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LOS 10 “MANDAMIENTOS”

Por Pablo Pereyra

Cuando hablamos de “mandamientos de Dios”, la mayoría de las personas en lo primero que piensa es en los conocidos como “los diez mandamientos”. La Biblia tiene muchos mandamientos más allá de esos diez, pero esos diez fueron escritos por Moisés en tablas de piedra y son muy representativos.

La frase “diez mandamientos” podemos verla en la Biblia en tres versículos:

ÉXODO 34:28 (RVA)
Moisés estuvo allí con Jehovah cuarenta días y cuarenta noches. No comió pan ni bebió agua. Y en las tablas escribió las palabras del pacto: los diez mandamientos.

DEUTERONOMIO 4:13 (RVA)
Él os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: Los Diez Mandamientos. Y los escribió en dos tablas de piedra.

DEUTERONOMIO 10:4 (RVA)
Y él escribió en las tablas lo mismo que estaba escrito en las primeras: Los Diez Mandamientos que Jehovah os había hablado en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. Luego Jehovah me las dio.

Lo interesante a notar es que, en estos tres versículos, la palabra “mandamientos” no es la palabra hebrea torah, ni ninguna otra que pueda traducirse como “mandamientos”. La palabra hebrea, en los tres versículos, es dabar, que significa “palabra, sentencia, declaración”, se refiere primeramente a aquello que es dicho o declarado, de allí puede tomar el sentido de “mensaje, asunto, plan, promesa”, entre otros sentidos, todo dependiendo del contexto. Así que, si bien los diez “mandamientos” son mandamientos, en estos versículos deberíamos leer literalmente “las diez palabras” o “las diez declaraciones”. Esto cobra importancia porque no son diez declaraciones humanas, sino diez declaraciones de Dios, diez instrucciones sobre cómo quería Dios que se conduzca Su pueblo.

Estas diez declaraciones están registradas en Éxodo y en Deuteronomio:

ÉXODO 20:1-17 (RVA)
|1| Y Dios habló todas estas palabras, diciendo:
|2| “Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:
|3| “No tendrás otros dioses delante de mí.
|4| “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
|5| No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.
|6| Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.
|7| “No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano.
|8| “Acuérdate del día del sábado para santificarlo.
|9| Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
|10| pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas.
|11| Porque en seis días Jehovah hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso Jehovah bendijo el día del sábado y lo santificó.
|12| “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que Jehovah tu Dios te da.
|13| “No cometerás homicidio.
|14| “No cometerás adulterio.
|15| “No robarás.
|16| “No darás falso testimonio contra tu prójimo.
|17| “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.”

DEUTERONOMIO 5:6-21 (RVA)
|6| ‘Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:
|7| “‘No tendrás otros dioses delante de mí.
|8| “‘No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
|9| No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto; porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.
|10| Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.
|11| “‘No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano.
|12| “‘Guarda el día del sábado para santificarlo, como te ha mandado Jehovah tu Dios.
|13| Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
|14| pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el forastero que está dentro de tus puertas; para que tu siervo y tu sierva descansen como tú.
|15| Acuérdate de que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Jehovah tu Dios te sacó de allí con mano poderosa y brazo extendido. Por eso Jehovah tu Dios te ha mandado que guardes el día del sábado.
|16| “‘Honra a tu padre y a tu madre, como Jehovah tu Dios te ha mandado, para que tus días se prolonguen y te vaya bien en la tierra que Jehovah tu Dios te da.
|17| “‘No cometerás homicidio.
|18| “‘No cometerás adulterio.
|19| “‘No robarás.
|20| “‘No darás falso testimonio contra tu prójimo.
|21| “‘No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.’

Iremos analizando estos dos relatos parte por parte. El primer punto interesante a notar es que en Éxodo el capítulo 20 comienza diciendo “Y Dios habló todas estas palabras…”. Por tradición muchos piensan que los diez mandamientos fueron dados por primera vez por Dios a Moisés, quien escribió las tablas, pero, en realidad, eso sucedió después, aquí Dios está hablando desde el monte y todo Israel oyendo. La primera vez que Dios dio estas diez declaraciones, todo el pueblo estaba escuchando, pero ellos tuvieron miedo, así que pidieron a Moisés que hablara él solo con Dios:

ÉXODO 20:18-19 (RVA)
|18| Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia.
|19| Y dijeron a Moisés: —Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.

DEUTERONOMIO 5:22 (RVA)
“Estas palabras habló Jehovah a gran voz a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, y no añadió más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, y me las dio a mí.

Como podemos ver, Dios primero dio estas 10 declaraciones en forma audible para todos los congregados, luego se las hizo escribir a Moisés (aquí dice que Dios las escribió, pero es una figura literaria que indica que aquello escrito en las tablas fue directamente revelado por Dios).

Otro dato importante, aunque no es visible en nuestras versiones en español, es que cada mandamiento comienza con un “tú” en singular. Por ejemplo, cuando dice “No tendrás otros dioses delante de mí”, literalmente desde el hebreo leeríamos “Tú no tendrás…” Lo interesante aquí es que Dios está hablando a una multitud, pero les habla en singular, con esto nos está mostrando que estos mandamientos no eran para un conjunto, sino para el individuo, o sea, cada persona es responsable de cumplirlos y no puede responsabilizar a los demás por sus fallas.

Separemos estas diez declaraciones (o “mandamientos”) de Dios y analicémosla:

1 – NO TENER OTROS DIOSES DELANTE DE DIOS

ÉXODO 20:2-3 (RVA)
|2| “Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:
|3| “No tendrás otros dioses delante de mí.

Este primer mandamiento es el más importante. Dios les recuerda quién es Él (YHWH), les recuerda que Él los sacó de la esclavitud de Egipto, así que lo que Él quería es que ellos lo tuvieran sólo a Él como Dios. Es importante ver que dice que Él no quiere otros dioses “delante de mí”. Esto no significa que Dios se agrada en que alguien tenga otros dioses lejos de Dios. En principio, toda la humanidad está “delante de Dios”, pero lo que creo que enfatiza este versículo es que es mucho peor adorar a otros dioses cuando una persona ya ha conocido al verdadero Dios. Es, hasta cierto punto, entendible, que alguien que fue educado en una nación pagana adore a un dios falso, pero es totalmente inaceptable adorar a otros dioses ya habiendo conocido al Dios verdadero y experimentado Su amor y poder.

1 TIMOTEO 2:5 (RVA)
Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

Por el sacrificio que Jesús hizo en la cruz, Dios le exaltó hasta lo sumo, haciéndolo Señor sobre toda la creación, siendo ahora el segundo después de Dios (Fil. 2:9), además, Jesús fue puesto como único mediador entre Dios y los seres humanos; y nadie puede ir hacia el Dios verdadero sino por medio de la fe en Jesús (Ro. 10:9-10; Jn. 14:6).

En la práctica del tiempo presente, este mandamiento consiste en adorar al único Dios verdadero, al cual accedemos por medio de la fe en Jesús. Cualquier religión que no tiene a Dios como único Dios verdadero y presenta a Jesús como el Salvador, está rompiendo con este primer mandamiento.

2 – NO HACERSE IMÁGENES E INCLINARSE ANTE ELLAS

ÉXODO 20:4-6 (RVA)
|4| “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
|5| No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.
|6| Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

La palabra “imagen” aquí es en hebreo pecel, que se refiere a ídolos tallados. La palabra “semejanza”, en hebreo es temuwnah, que significa “apariencia, representación”. El mandamiento no es una prohibición a hacer dibujos o representaciones de cosas en el cielo, la tierra o el agua (como si dibujar al sol fuera un pecado, por ejemplo). La prohibición es a no hacerse ídolos con imagen o representación de estas cosas. Dios quiere que sólo Él sea adorado, no quiere que la gente se incline, venere o adore a una imagen, ni a lo que eso representa (como hacían los paganos, que tenían al dios del sol, el de la guerra, el de la fertilidad, el de la abundancia, etc.). Dios es uno y no se ha mostrado con una imagen o apariencia visible y no quiere que le adoremos a través de una imagen, ni mucho menos que adoremos a otros dioses falsos.

En Deuteronomio 4 este mandamiento es mejor explicado:

DEUTERONOMIO 4:12-19 (RVA)
|12| Entonces Jehovah os habló de en medio del fuego. Vosotros oísteis el sonido de sus palabras, pero aparte de oír su voz, no visteis ninguna imagen [temuwnah].
|13| Él os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: Los Diez Mandamientos. Y los escribió en dos tablas de piedra.
|14| En aquel tiempo Jehovah también me mandó a mí que os enseñara las leyes y los decretos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis para tomar posesión de ella.
|15| “Por tanto, tened mucho cuidado de vosotros mismos, pues ninguna imagen [temuwnah] visteis el día que Jehovah os habló en Horeb de en medio del fuego.
|16| No sea que os corrompáis y os hagáis imágenes [pecel], o semejanza [temuwnah] de cualquier figura [cemel: “semejanza, ídolo”], sea en forma de hombre o de mujer,
|17| ni en forma de cualquier animal que esté en la tierra, ni en forma de cualquier ave alada que vuele en los cielos,
|18| ni en forma de cualquier animal que se desplace sobre la tierra, ni en forma de cualquier pez que haya en las aguas debajo de la tierra.
|19| No sea que al alzar tus ojos al cielo y al ver el sol, la luna y las estrellas, es decir, todo el ejército del cielo, seas desviado a postrarte ante ellos y a rendir culto a cosas que Jehovah tu Dios ha asignado a todos los pueblos de debajo del cielo.

Como vemos, el problema no es hacer una representación de un objeto o animal, sino el que las personas rindan culto a estas cosas. Dios conoce las intenciones de nuestro corazón, y sabe cuándo hay algún objeto o imagen a la que le estamos rindiendo culto o atribuyendo algún poder divino”.

Este mandamiento nos da a entender que Dios no quiere que exista nada en el plano físico a lo que le atribuyamos el “poder” de conectarnos con lo espiritual, incluyendo a Dios mismo. Los creyentes nos conectamos con Dios por medio de la oración, no por medio de objetos, estatuas, esculturas o figuras.

Hoy en día este mandamiento puede ser aplicado a religiones que usan imágenes y esculturas para “conectarse” con Dios. Dios no aprueba la adoración o veneración a imágenes de santos, vírgenes, ni, por supuesto, cualquier representación de alguna otra “divinidad”.

Los profesantes de la religión católica romana suelen orar a santos, a la virgen y también tener estatuas, esculturas e imágenes que los representan, pero la Biblia muestra que todos ellos están muertos (como hemos visto en el capítulo 4 de este libro), y también nos dice claramente que el único mediador entre Dios y la humanidad es Jesús (1 Ti. 2:5). Por lo tanto, ningún “santo” ni “virgen” puede interceder por nadie, este tipo de imágenes van en contra de la voluntad de Dios y puede dar lugar a la entrada de actividad espiritual maligna.

Además, este mandamiento también va en contra de cualquier objeto “de la suerte” o amuleto, Dios tiene que ser nuestra única fuente de poder espiritual y sólo deberíamos orarle a Él o a nuestro Señor Jesús, a quien Él ha puesto como mediador. Cualquier otro “intermediario” que busquemos no es de Dios y nos obstaculizará en la verdadera relación espiritual con Dios.

Antes de continuar, es importante aclarar otro punto en este contexto:

ÉXODO 20:4-6 (RVA)
|5| No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.
|6| Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

Tomando estos versículos, y algunos otros similares en la Biblia, algunos cristianos hablan de “maldiciones generacionales”, refiriéndose a éstas como maldiciones que pasan de generación en generación y que necesitan un tipo de liberación especial para “cortar” con esa maldición. Pero la Biblia no habla de este tipo de maldiciones.

Para comprender esto que se dice aquí, de que Dios “castiga” la maldad de los padres sobre los hijos sobre la tercera y cuarta generación, el punto clave está en las palabras que siguen: “de los que me aborrecen”. Si una persona aborrece a Dios e incurre en idolatría, va a transmitir esas costumbres a sus hijos y sus hijos serán más propensos a cometer los mismos actos de idolatría, por lo tanto, si las siguientes generaciones siguen en idolatría, seguirán recibiendo ese castigo de Dios.

Por otro lado, existe un asunto cultural en estos textos que hay que comprender. En aquellos tiempos, las familias vivían en tiendas y estaban siempre juntas para protegerse, así que, en un mismo espacio habitaba el bisabuelo, el abuelo, el padre, el hijo, tres o cuatro generaciones solían vivir juntas, así que es lógico que, si algunos de ellos estaban en idolatría, la influencia espiritual que recibían iba a traer consecuencias a toda la familia.

Entendiendo estos puntos podemos comprender que no se está hablando de maldiciones específicas, sino del hecho de que, si alguien está en idolatría, la influencia espiritual maligna que trae sobre sí va a afectar a sus descendientes, en parte porque las otras generaciones ya estaban con esa persona en su misma casa y entorno, y en parte porque las costumbres de los padres suelen ser copiadas por los hijos o nietos.

DEUTERONOMIO 24:16 (RVA)
“Los padres no serán muertos por culpa de los hijos, ni los hijos serán muertos por culpa de los padres; sino que cada cual será muerto por su propio pecado.

Aquí se puede ver que no es la voluntad de Dios que los hijos paguen por los pecados de sus padres, ni viceversa. Cada uno es responsable de su propia vida. Sólo que, si los hijos incurren en los mismos pecados que sus padres, tendrán similares consecuencias.

De todos modos, si leemos los libros de Samuel, Reyes y Crónicas, veremos varios ejemplos de reyes que amaron a Dios y tuvieron hijos que siguieron el paganismo y llenaron la nación de Israel de ídolos y también reyes idólatras a los que los sucedieron hijos que amaron a Dios y destruyeron los ídolos de la nación. Cada uno eligió su camino y fue bendecido o castigado por Dios según esas elecciones.

Si hoy en día una persona tiene padre y madre idólatra, influenciados por espíritus malignos, sin duda va a verse afectada por esos espíritus en sus padres, pero si cree en Jesús como Señor, el Señor va a limpiarla de todo mal espiritual y podrá tener una vida totalmente diferente a la de sus progenitores. Cada uno decide por su propia vida.

3 – NO TOMAR EN VANO EL NOMBRE DE DIOS

ÉXODO 20:7 (RVA)
“No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

Aquí la palabra “vano” en hebreo es shav, que significa “vacío, vanidad, falsedad, fraude, mentira”. Es así que esto se refiere a usar el “nombre de Dios” de forma mentirosa o fraudulenta, usar Su nombre de forma vacía, o sea, sin Su aval.

Al hablar de “nombre” no se está hablando de un nombre propio (YHWH), sino de Dios mismo. En la cultura oriental, al igual que sucede en el presente en muchas culturas, la palabra “nombre” se usaba para indicar la representación de alguien. Por ejemplo, si yo digo “hablo en nombre de Juan”, todos entienden que a lo que me refiero es que estoy hablando en representación de ese Juan. Del mismo modo, al hablar del “nombre de Dios”, se refiere a hablar o hacer cosas como si lo estuviésemos haciendo en representación de Dios.

Este mandamiento no es una prohibición a una mala pronunciación de Su nombre, como algunos enseñan.

Este mandamiento está prohibiendo decir que algo que hacemos o decimos lo hacemos por mandato de Dios o en representación Suya, pero sin Su aval y aprobación. Prohíbe mencionar a Dios (ya sea usando o no Su nombre) de forma mentirosa y fraudulenta.

Aunque muchos incrédulos comenten pecado hablando de Dios de forma burlona y blasfema, quienes más están expuestos con este mandamiento son aquellos que se presentan como enviados de Dios o “ungidos” por Dios y no lo son.

Muchos predicadores en este tiempo dicen haber tenido visiones y revelaciones de Dios, pero mienten; muchos dicen haber sido llamados por Dios como profetas, apóstoles, maestros, etc., pero Dios no los ha enviado; otros se paran frente a la gente diciendo “Dios me dijo tal cosa”, pero sin que Dios les haya hablado; todos aquellos que hablan en representación de Dios sin tener el aval de Dios, están desobedeciendo a este mandamiento, y aquí Dios dijo que Él no dará por inocente al que hace esto.

Cuando finalizaba el 2019, nadie se imaginaba la pandemia que vendría y cómo iba a afectar a las personas el 2020, muchos terminaron el 2019 “profetizando” que el 2020 iba a ser un año de bendición, de risa, de gozo, dijeron hablar en nombre de Dios, pero estaban usando en vano Su nombre, este es un claro ejemplo de lo que Dios prohíbe en este mandamiento y a éstos Dios no los tendrá por inocentes.

4 – SANTIFICAR EL DÍA DE REPOSO

ÉXODO 20:8-11 (RVA)
|8| “Acuérdate del día del sábado para santificarlo.
|9| Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
|10| pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas.
|11| Porque en seis días Jehovah hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso Jehovah bendijo el día del sábado y lo santificó.

DEUTERONOMIO 5:6-21 (RVA)
|12| “‘Guarda el día del sábado para santificarlo, como te ha mandado Jehovah tu Dios.
|13| Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
|14| pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el forastero que está dentro de tus puertas; para que tu siervo y tu sierva descansen como tú.
|15| Acuérdate de que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Jehovah tu Dios te sacó de allí con mano poderosa y brazo extendido. Por eso Jehovah tu Dios te ha mandado que guardes el día del sábado.

En este caso cito ambos relatos, porque si bien el mandamiento es igual en ambos, la razón final cambia. En Éxodo se dice que hay que guardar el sábado porque Dios “…reposó en el séptimo día”. Pero en Deuteronomio se dice que ellos debían reposar el sábado porque habían sido esclavos en Egipto y Dios los sacó de allí. Veremos a qué se debe esto, pero primero veamos otros detalles.

Lo primero a tener en cuenta es que la palabra “sábado” viene del hebreo shabbath, que significa “reposo”. La palabra “santificarlo” es en hebreo qadash, que significa “consagrar, poner aparte, santificar”. Al decir que Dios santificó el día sábado, está diciendo que Él consagró un día de reposo.

Al decir que hay que santificar el día de reposo Dios está mandando a separar uno de cada 7 días para reposar. Por un lado, Dios muestra dice que Él mismo descansó el séptimo día, por otro lado, Él dice a los israelitas que se acuerden de que fueron esclavos en Egipto y por eso les mandó a guardar un día de reposo semanal, porque Dios no quiere que la gente trabaje como esclavos y sin descanso.

El mandamiento no era algo estricto a no trabajar en absolutamente nada, sino más bien a no llevar cargas y trabajos mundanos en ese día, pero los sacerdotes seguían trabajando los sábados y otras actividades esenciales seguían haciéndose los sábados.

Un poco antes en Éxodo, Dios ya había mandado a los israelitas a reposar el sábado. En Éxodo 16:21-31 leemos sobre cómo Dios les envió el maná, que era un “pan del cielo”. Dios se los enviaba cada día para que lo recogieran, pero mandó no recoger el sábado, así que el viernes les daba doble ración y ellos cada día debían recoger el maná para ese día, si guardaban para el día siguiente se les ponía feo, pero los viernes podían recoger doble y al día siguiente no se les arruinaba. Había gente que salió en día sábado a buscar el maná, pero no encontró nada, de esta forma Dios ya los estaba preparando para luego darles este mandamiento de guardar el sábado.

Dios no sólo mandó a guardar un día de reposo semanal, sino que también ordenó fechas festivas en las que no deberían hacer actividades laborales, a éstas fechas también se las llama con la palabra hebrea shabbath, por lo cual algunas versiones traducen “sábado” y otras “días de reposo”.

En Éxodo 31 Dios ordena pena de muerte para quien no guarde los días de reposo:

ÉXODO 31:13-18 (RVA)
|13| “Tú hablarás a los hijos de Israel y les dirás: ‘Ciertamente guardaréis mis sábados, porque esto es una señal entre yo y vosotros a través de vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehovah, el que os santifico.
|14| Guardaréis el sábado, porque es sagrado para vosotros; el que lo profane morirá irremisiblemente. Cualquiera que haga algún trabajo en él será excluido de en medio de su pueblo.
|15| Seis días se trabajará, pero el séptimo día será sábado de reposo consagrado a Jehovah. Cualquiera que haga algún trabajo en el día del sábado morirá irremisiblemente.’
|16| “Los hijos de Israel guardarán el sábado, celebrándolo como pacto perpetuo a través de sus generaciones.
|17| Será señal para siempre entre yo y los hijos de Israel. Porque en seis días Jehovah hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.”
|18| Y cuando acabó de hablar con él en el monte Sinaí, dio a Moisés dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

ÉXODO 35:2 (RVA)
‘Seis días se trabajará; pero el séptimo día os será sagrado, sábado de reposo consagrado a Jehovah. Cualquiera que haga algún trabajo en él morirá.

Quizá hoy nos pueda parecer cruel matar a una persona por intentar trabajar el sábado o los días festivos, pero, por un lado, el mandamiento no es a no trabajar en absolutamente nada, sino que refiere a trabajos que se pueden evitar. De este modo Dios intenta romper con la explotación laboral y también poner a prueba la obediencia de Su pueblo.

Noten que el versículo 17 dice que el día de reposo “será señal para siempre” entre Dios y ellos. En realidad, las palabras “para siempre” deberían traducirse “durante la era”. La misma palabra “señal” (en hebreo owth) se usa en Génesis 17:11 al hablar de la circuncisión. En Génesis 17:9 al 14 leemos sobre cómo Dios estableció un pacto con Abraham y su descendencia y mandó a que se circunciden como señal de ese pacto. Todos sus descendientes varones debían circuncidarse y quien no lo hiciera debía ser “borrada de su pueblo” (Gn. 17:14), eso era considerado una violación al pacto de Dios.

Del mismo modo, la ley sobre el sábado no era sólo un mandamiento a reposar un día, sino que era una señal del pacto de Dios con Israel y desobedecer era violar ese pacto de Dios, no era un mero pecado, sino un acto de rebeldía contra Dios. Por eso, cuando un hombre fue encontrado recogiendo leña en día sábado, Moisés consultó a Dios y Dios mandó a que sea apedreado y muera (Nm 15:32-36).

No obstante, los sábados había actividad en el templo de Dios y los sacerdotes debían trabajar. En Números 28:9 y 10 leemos sobre sacrificios y ofrendas que debían ofrecerse cada sábado en el templo. También en 1 Crónicas 23:30-32 leemos sobre la actividad sacerdotal de los sábados. Otras actividades esenciales no cesaban el sábado, por ejemplo, 2 Reyes 11:4-8 nos muestra sobre el cambio de guardias reales en el sábado. Por supuesto, el rey debía tener custodia cada día, de otro modo daba lugar a un atentado contra su vida. Esto nos está mostrando que el mandamiento de Dios no era tan estricto como para obligar a todo el mundo a cesar todo tipo de actividad.

Como vimos, en Éxodo Dios dijo que quería que descansen el séptimo día porque Él había descansado el séptimo día. Los israelitas necesitaban un día de descanso y ¿qué mejor día de descanso que el mismo que Dios había usado para descansar? Pero en Deuteronomio, Dios conecta al día de reposo con la esclavitud en Egipto, Dios no quería que ellos vivieran como esclavos, trabajando sin descanso, quería que ellos descansaran y pudieran disfrutar del fruto de su trabajo.

Pero, aparte de ser un día de descanso, para los israelitas era una señal del pacto entre ellos y Dios. Quebrar este mandamiento era una muestra de falta de respeto hacia Dios y por eso Dios mandó a que se ejecute a los que violaban el mandato del día de reposo.

Veamos un relato de Ezequiel, para poder entender aún mejor este punto:

EZEQUIEL 20:10-12 (RVA)
|10| “Yo los saqué de la tierra de Egipto y los traje al desierto.
|11| Les di mis estatutos y les hice conocer mis decretos, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivirá.
|12| También les di mis sábados para que fueran una señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehovah, el que los santifico.

Noten que Dios aquí dice “les di mis estatutos… los cuales, el hombre (persona) que los cumpla, por ellos vivirá” y luego dice “también les di mis sábados para que fueran una señal…” O sea que está poniendo al descanso del sábado y otros días festivos como algo diferente del resto de mandamientos. El sábado y días festivos eran lo que podríamos llamar un “mandamiento-señal”, por eso había pena de muerte para quien lo incumpliera, no porque dejar de descansar el sábado sea tan grave como un asesinato o violación, sino porque para Israel era una señal y no cumplirlo era una falta de respeto total contra Dios.

EZEQUIEL 20:13 (RVA)
Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no anduvieron en mis estatutos. Más bien, rechazaron mis decretos, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Y profanaron gravemente mis sábados, por lo cual dije que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto, para acabar con ellos.

Los israelitas se rebelaron contra todos los mandamientos de Dios, y profanaron los sábados, así hicieron que Dios se enojara contra ellos. Lo importante es que entendamos la esencia del mandamiento, Dios quería que ellos se tomaran un descanso para dedicar tiempo a Dios. En realidad, a Dios no le interesaba tanto que se cumpliera estrictamente este mandamiento, sino que Él quería que ellos entendieran la necesidad de obedecer a Dios, establecer una relación con Él y conducirse con amor hacia los demás.

ISAÍAS 1:12-18 (RVA)
|12| Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
|13| No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
|14| Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
|15| Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
|16| “Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
|17| Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
|18| “Venid, pues, dice Jehovah; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Como vemos aquí, Dios estaba molesto con el pueblo a causa de su maldad. El pueblo evidentemente guardaba el sábado y las festividades, pero estaba lleno de injusticia, así que Dios dice que para él era una “abominación” sus festividades y días de reposo. Así que podemos darnos cuenta que no es que a Dios le importe tanto el hecho de cumplir estrictamente ciertos mandamientos, sino el corazón con el que se hacen las cosas. De nada sirve guardar estrictamente los sábados si vamos a conducirnos con injusticia y maldad.

A raíz de los mandamientos que hemos visto, muchos cristianos hoy piensan que es necesario guardar estrictamente el sábado como día de reposo y no hacer ninguna actividad, sin embargo, no están entendiendo la esencia del mandamiento. Veamos lo que dijo Jesús:

MATEO 12:1-8 (RVA)
|1| En ese tiempo, Jesús pasó por los sembrados en sábado. Sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
|2| Y al verlo los fariseos, le dijeron: —Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el sábado.
|3| Él les dijo: —¿No habéis leído qué hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él;
|4| cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, cosa que no les era lícito comer ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes?
|5| ¿Tampoco habéis leído en la ley que en los sábados los sacerdotes en el templo profanan el sábado y quedan sin culpa?
|6| Pero os digo que uno mayor que el templo está aquí.
|7| Si hubierais conocido qué significa Misericordia quiero y no sacrificio, no habríais condenado a los que no tienen culpa.
|8| Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.

Los discípulos de Jesús estaban arrancando espigas para comer, esto era considerado por los fariseos (los líderes religiosos) como un “trabajo”, así que estaba prohibido hacerlo en el sábado. Pero Jesús les refiere otros actos supuestamente ilícitos registrados en la Biblia y que fueron aprobados por Dios. Por un lado, menciona que David, cuando tuvo hambre, comió de los panes del santuario, algo que le estaba prohibido. Por otro lado, menciona el hecho de que los sacerdotes trabajaban el sábado y no eran castigados por Dios por ello. De este modo está señalando que la necesidad de comer es más importante para Dios que la observación estricta de ciertos mandamientos. Por otro lado, les está mostrando, desde la misma ley, que el objetivo del sábado no era cesar por completo toda actividad, sino dar descanso de actividades mundanas para tomarse un tiempo para Dios. Luego Jesús señala que la misericordia es más importante para Dios que la observación religiosa del sábado que hacían los fariseos, y luego dice que él era “Señor del sábado”, esto significa que él tenía autoridad dada por Dios para trabajar el sábado y tenía la correcta interpretación del mandamiento de Dios.

Mateo 2:23-28 nos cuenta la misma historia, pero nos da detalles adicionales de la respuesta de Jesús, en el versículo 27 leemos:

MARCOS 2:27 (RVA)
—También les dijo—: El sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.

¿Qué es lo que Jesús está queriendo decir aquí? Él está dando a entender que Dios no dio el mandamiento del sábado porque a Él le importara el sábado, sino porque le importaban las personas. Dios dio el sábado como mandamiento para ayudar y bendecir a las personas, para que tengan un descanso semanal y no exploten a otros, o se exploten a sí mismos trabajando. Dios no quiere que la gente trabaje sin parar, sino que quiere que disfrutemos tiempo libre, con Dios, con la familia y con lo que nos sea de bendición.

Hay otros relatos en la Biblia en donde leemos sobre Jesús trabajando y sanando el sábado. Por ejemplo, en Lucas 13:10-17, vemos que Jesús sanó a una mujer encorvada en un día sábado. En Marcos 3:1-6 sanó a un hombre con una mano paralizada. En Juan 5:1-19 tenemos el relato de un hombre paralítico que es sanado por Jesús un sábado. En los versículos 1 al 15 leemos el relato sobre cómo este hombre fue sanado por Jesús y, por haber sido sanado un sábado, los judíos religiosos lo perseguían. En los versículos 16 y 17 leemos:

JUAN 5:16-19 (RVA)
|16| Por esta causa los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
|17| Pero Jesús les respondió: —Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo.

Estas palabras de Jesús son muy importantes: “Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo”. La Biblia nos dice que Dios descansó el séptimo día de Su obra de creación, pero no nos dice que Dios se tome “descanso” todos los sábados ¡Dios está trabajando tiempo completo! Jesús estaba haciendo la obra de Dios, el ministerio de Jesús era corto, ¡no había tiempo que perder! Por lo tanto, él debía predicar el Evangelio y mostrar el poder y amor de Dios a tanta gente como fuera posible hasta el momento de ser sacrificado. Jesús entendió que el sábado fue hecho para beneficio de los seres humanos y no los seres humanos para servir al sábado. Él entendió que a veces la obra de Dios requiere trabajar también los sábados. Él todo el tiempo hizo la voluntad de Dios y, al hacerlo, mostró el verdadero sentido de muchos de los mandamientos de Dios.

COLOSENSES 2:6-13 (RVA)
|6| Por tanto, de la manera que habéis recibido a Cristo Jesús el Señor, así andad en él,
|7| firmemente arraigados y sobreedificados en él, y confirmados por la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
|8| Mirad que nadie os lleve cautivos por medio de filosofías y vanas sutilezas, conforme a la tradición de hombres, conforme a los principios elementales del mundo, y no conforme a Cristo.
|9| Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad;
|10| y vosotros estáis completos en él, quien es la cabeza de todo principado y autoridad.
|11| En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha con manos, al despojaros del cuerpo pecaminoso carnal mediante la circuncisión que viene de Cristo.
|12| Fuisteis sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados juntamente con él, por medio de la fe en el poder de Dios que lo levantó de entre los muertos.
|13| Mientras vosotros estabais muertos en los delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, Dios os dio vida juntamente con él, perdonándonos todos los delitos.

En estos versículos el apóstol Pablo nos alienta a andar de la manera que hemos recibido a Cristo Jesús. ¿Cómo lo recibimos? Lo recibimos por fe, por lo cual nuestro andar tiene que ser por fe, siguiendo la guía del Señor. En la fe en él estamos completos, por lo tanto, no nos es necesario circuncidarnos físicamente. Recordemos que la circuncisión era un acto en el plano físico que servía de señal de un pacto que Dios hizo con Abraham y su descendencia. Pero hoy estamos bajo un nuevo pacto y la “señal” de ese pacto es espiritual, el pacto se sella con nuestra fe y no con una acción en el plano físico. Del mismo modo, vimos que el mandamiento del sábado fue una señal del pacto con Israel, pero, lógicamente, si el pacto cambió y estamos completos en Cristo, no es un requisito indispensable que guardemos el sábado para tener una buena relación espiritual con Dios.

Por eso, unos versículos más adelante Pablo dice:

COLOSENSES 2:16-17 (RVA)
|16| Por tanto, nadie os juzgue en asuntos de comida o de bebida, o respecto a días de fiesta, lunas nuevas o sábados.
|17| Todo ello es sólo una sombra de lo porvenir, pero la realidad pertenece a Cristo.

Ya analizamos este pasaje, en el capítulo 11. Claramente el apóstol Pablo nos dice aquí que los días festivos y días de reposo (incluyendo al sábado semanal) eran “sombra de lo porvenir”, y que nadie debería juzgarnos por estos asuntos. Ya sea que decidamos descansar el sábado o no hacerlo, nadie debería juzgarnos por eso.

Guardar estrictamente el sábado no nos hará más espirituales, pero entender que Dios quiere que tengamos descanso y que dediquemos tiempo para Él, orándole y estando en comunión con otros hermanos, entonces vamos a procurar separar el tiempo apropiado, que puede ser un sábado, o cualquier otro día de la semana, o incluso ir variando según las necesidades y responsabilidades del momento.

5 – HONRAR AL PADRE Y A LA MADRE

DEUTERONOMIO 5:16 (RVA)
“‘Honra a tu padre y a tu madre, como Jehovah tu Dios te ha mandado, para que tus días se prolonguen y te vaya bien en la tierra que Jehovah tu Dios te da.

En este caso cito Deuteronomio, porque tiene casi las mismas palabras que Éxodo, pero añade “y te vaya bien…”

La palabra “honra” en el hebreo es kabad, cuyo significado raíz es “ser pesado, dar peso”. De ahí se deriva el sentido de “dar importancia, respetar, reverenciar, honrar”. “Honrar” no significa tener una obediencia ciega hacia alguien, sino respetarla, darle valor.

Dios quiere que demos valor y respeto a nuestro padre y madre.

Honrarlos no quiere decir obedecerlos en todo. Si un padre o madre incitan a sus hijos a hacer cosas fuera de la voluntad de Dios, los hijos, si aman y respetan a Dios, tienen que obedecer a Dios antes que a sus propio padre y madre. No obstante, esto no significa deshonrarlos o dejar de mostrarles respeto.

En Éxodo 21:17 también leemos:

ÉXODO 21:15, 17 (RVA)
|15| “El que hiera a su padre o a su madre morirá irremisiblemente.

|17| “El que maldiga a su padre o a su madre morirá irremisiblemente.

“Irremisiblemente” significa “sin perdón”, o sea, que no había absolución para quien hiriera o maldijera a su padre o madre, en palabras de estos días, podríamos decir que no había “fianza”, debía recibir el castigo de muerte.

Ahora bien ¿A qué se refiere al hablar de “herir” y “maldecir” a padre o madre?

La palabra traducida “hiera” en hebreo es nakah, que refiere a una herida grave, generalmente con intención de matar, por eso muchas veces se traduce como “matar” o “herir de muerte”. En este caso, no nos está indicando una herida hecha sin querer, sino un daño grave hecho a propósito.

La palabra traducida “maldiga” (en el versículo 17) en hebreo es qalal (o kalal), cuyo significado raíz es “aliviar, descargar”, pero de donde derivan varios otros significados, tanto positivos como negativos. Desde el lado negativo tenemos palabra como “maldecir, abatir, despreciar, envilecer, injuriar, deshonrar, hacer mal”. Por ejemplo, tenemos esta palabra en Génesis 8:21 cuando Dios dice que no iba a volver a maldecir a la Tierra por causa del ser humano, y sabemos que Dios no sólo “dijo” algo malo sobre la Tierra, sino que envió un diluvio de destrucción sobre ésta; en 1 Samuel 3:13 se usa hablando de blasfemar a Dios; en 1 Samuel 17:43 se usa de cuando Goliat “maldijo” a David.

Si estudiamos los usos vemos que con frecuencia esta palabra refiere a pronunciar algún tipo de maldición a nivel espiritual, por eso entendemos que Éxodo 21:17 no habla simplemente de pronunciar algunas palabras groseras a un padre o madre (lo cual no es correcto, pero no es tan grave como para matar a alguien), sino que habla de una condición en el corazón del hijo que lo lleva a tomar acciones malignas, a nivel espiritual, contra su padre o madre, muy probablemente refiere a adoptar creencias paganas y así invocar a esos “dioses” (que en realidad son demonios) para maldecir a la propia familia. Dios estaba protegiendo a Su pueblo de la entrada de demonios a través de establecer un castigo tan severo contra cualquiera que quisiera maldecir a su padre o madre.

Entonces, el mandamiento de Dios es a honrar y respetar a nuestro padre y nuestra madre. Esto no implica obedecerlos en todo, sino ser respetuosos con ellos aún si no fueran buenos con nosotros y jamás actuar con un corazón de maldad hacia ellos.

Efesios nos dice que este mandamiento es el primer mandamiento con promesa:

EFESIOS 6:1-4 (RVA)
|1| Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
|2| Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa)
|3| para que te vaya bien y vivas largo tiempo sobre la tierra.
|4| Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la instrucción del Señor.

La palabra “obedeced” en el primer versículo, es en griego hupakouö, que es la unión de dos palabras: hupo: “debajo de” y akouö: “escuchar”. Así que, literalmente sería “escuchar debajo de”. Se refiere a escuchar a otro con la actitud de considerarlo como un superior, de ahí que puede entenderse como “obedecer, sujetarse, atender, respetar”. Pero su sentido principal es el de obedecer.

Efesios nos reafirma la importancia del mandamiento de honrar padre y madre, este no es un mandamiento “obsoleto”, todo lo contrario, sigue siendo un mandamiento “con promesa”. Si respetamos a nuestro padre y madre, tendremos la bendición de Dios. Aquí se nos dice que hay que “obedecer”, pero dice “obedeced en el Señor”. Siempre que un padre o madre esté en alineación y armonía con la voluntad de Dios, sus hijos deberían obedecerle. Si ellos están “en el Señor”, sus órdenes o instrucciones serán para bien de sus hijos.

Por otro lado, Efesios también dice a los padres que no provoquen a sus hijos a ira, sino que los críen en la disciplina e instrucción del Señor. Así como los hijos deberían respetar a sus padres, también los padres tienen que cuidar a sus hijos, criarlos en amor, instruirlos en la verdad y tratarlos con justicia.

DEUTERONOMIO 5:16 (RVA)
“‘Honra a tu padre y a tu madre, como Jehovah tu Dios te ha mandado, para que tus días se prolonguen y te vaya bien en la tierra que Jehovah tu Dios te da.

Este es el primer mandamiento “con promesa” y esa promesa es “para que tus días se prolonguen y te vaya bien…” El propósito de Dios para la humanidad es que vivamos en familia, manifestando mutuo amor. Por eso para Dios la familia es esencial y uno de los objetivos centrales del Diablo es destruir la familia. El Diablo intenta separar matrimonios, separar padres e hijos, separar hermanos, siempre intentará destruir las familias. Una familia en donde hay respeto, amor y unidad será bendecida por Dios, porque el amor de familia es uno de los objetivos centrales de la creación misma.

6 – NO ASESINAR

ÉXODO 20:13 (RVA)
“No cometerás homicidio.

Otras versiones leen: “no matarás”, no obstante, la instrucción no es a no matar, sino a no cometer homicidio, no asesinar a otra persona sin causa. Podríamos traducirlo también como “no asesinarás”.

En Génesis 9:6 Dios le dijo a Noé “El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre”. “Hombre” aquí se refiere a un ser humano, la instrucción es a dar pena de muerte a los asesinos. Además, a lo largo de la Biblia vemos otros casos en que Dios instruyó a dar muerte por ciertos delitos, por lo tanto, sería absurdo que Dios dijera “no matarás”. Hay casos en que matar a otra persona está permitido por Dios, estos casos incluyen defensa personal, defensa civil (la pena de muerte) y defensa de un país (en las guerras).

En un próximo estudio veremos más en detalle los casos en que se aplicaría la pena de muerte, por el momento lo importante es comprender que este mandamiento no prohíbe cualquier forma de muerte hacia otro ser humano, sino la muerte injustificada.

Este mandamiento prohíbe a una persona matar a otra persona sin una causa justa.

7 – NO COMETER ADULTERIO

En la Biblia la palabra “adulterio” tiene un sentido literal de “tener una relación amorosa con otra persona que no es el propio cónyuge”. También tiene un sentido figurativo refiriéndose a la idolatría, a “traicionar” a Dios, adorando a otros dioses. En este contexto, claramente se está refiriendo al adulterio entre personas.

En la Biblia cualquier tipo de relación sexual que es contraria a la voluntad de Dios es llamada genéricamente “fornicación”, la cual veremos en más detalle más adelante. Pero el adulterio refiere específicamente a lo que hoy solemos llamar “infidelidad”. Se considera “adúltero” al hombre o mujer que, estando en matrimonio, tienen relaciones con otra persona que no es su esposa o esposo.

Entre las leyes dadas en Levíticos, el adulterio fue considerado por Dios un pecado tan grave que debía ser castigado con la muerte:

LEVÍTICO 20:10 (RVA)
“Si un hombre comete adulterio con una mujer casada, si comete adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera morirán irremisiblemente.

Hoy en día, en nuestras sociedades, sería difícil pensar en aplicar una pena tan dura para una infidelidad, no obstante, aún sin un castigo de parte de las autoridades de un país, el adulterio es destructivo para una persona a nivel espiritual.

PROVERBIOS 6:32 (RVA)
Así también el que comete adulterio con una mujer es falto de entendimiento; el que hace tal cosa se destruye a sí mismo.

Jesús también dijo:

MATEO 15:18-19 (RVA)
|18| Pero lo que sale de la boca viene del corazón, y eso contamina al hombre.
|19| Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias.

Como podemos ver, el adulterio, entre otras cosas, es resultado de un corazón que está contaminado. En nuestra actual sociedad la infidelidad o adulterio es muy común y muchas personas no entienden lo grave que es. El adulterio destruye a una familia, y la familia está en el centro del propósito de Dios en Su creación. Dios nos creó para formar familias con una relación en amor, el adulterio genera una herida muy grande en el otro cónyuge, y también da lugar a la acción del Diablo en una persona.

En estos tiempos no sería lo correcto castigar con la muerte a alguien que comete adulterio, pero sin dudas, si queremos una sociedad justa, que ayude a cumplir los propósitos de Dios, el adulterio tendría que tener algún tipo de castigo. Normalizar el adulterio es una puerta de entrada a muchos males en nuestra sociedad y en la familia y quizá sería necesario poner un freno de índole legal a este tipo de conductas.

8 – NO ROBAR

ÉXODO 20:15 (RVA)
“No robarás.

Aquí el mandamiento es claro y no necesita mucha explicación, Dios no quiere que robemos a otros, sino que trabajemos para obtener nuestros bienes.

9 – NO DAR FALSO TESTIMONIO CONTRA EL PRÓJIMO

ÉXODO 20:16 (RVA)
“No darás falso testimonio contra tu prójimo.

Muchas personas creen que este mandamiento se refiere a no decir mentiras, pero no es lo que comunica. Si bien Dios quiere que desechemos la mentira y hablemos la verdad unos con otros (Ef. 4:25), este versículo en particular no nos está hablando tan sólo de mentir, sino de dar falso testimonio contra el prójimo. El “prójimo” es el hermano, el compañero, el amigo, el coterráneo, el vecino.

La palabra que se traduce aquí como “testimonio” en hebreo es ed. En el diccionario de W.E. Vine leemos acerca de esta palabra:

“El término se relaciona con el campo legal o jurídico. Primero, en el campo de asuntos civiles el vocablo puede referirse a alguien que está presente durante un trámite legal y que puede atestiguar al respecto en caso de necesidad. Por lo general, se trataba de escribanos o notarios; por ejemplo, para constatar un acuerdo verbal sobre traspaso de propiedad…

Más adelante los «testigos» no solo testificaban en cuanto a la transacción y lo confirmaban oralmente, sino firmaban un documento o escritura legal. Es así como el término adquiere un matiz adicional que indica tanto la capacidad como la disponibilidad del «testigo», lo cual les permite avalar con su firma…”

En palabras simples, este noveno mandamiento se refiere a no testificar fraudulentamente contra otra persona. No actuar como testigos falsos. Muchas veces en la Biblia se nos dice que Dios aborrece al testigo falso:

PROVERBIOS 6:16-19 (RVA)
|16| Seis cosas aborrece Jehovah, y aun siete abomina su alma:
|17| Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,
|18| el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que se apresuran a correr al mal,
|19| el testigo falso que habla mentiras y el que provoca discordia entre los hermanos.

PROVERBIOS 19:5 (RVA)
El testigo falso no quedará impune, y el que respira mentiras no escapará.

La pena para un testigo falso debía ser la misma que tendría la persona contra la que éste dio su falso testimonio:

DEUTERONOMIO 19:16-19 (RVA)
|16| “Cuando se levante un testigo falso contra alguien, para acusarle de transgresión,
|17| entonces los dos hombres que están en litigio se presentarán delante de Jehovah, ante los sacerdotes y los jueces que haya en aquellos días.
|18| Los jueces investigarán bien, y si aquel testigo resulta ser falso, por haber testificado falsamente contra su hermano,
|19| le haréis a él lo que él pensó hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti.

Testificar falsamente contra alguien no es sólo mentir, sino que es una mentira cuyo propósito es hacer un daño a otra persona y este tipo de conductas debería estar severamente castigadas para que nadie quisiera atreverse a testificar falsamente.

10 – NO CODICIAR

ÉXODO 20:17 (RVA)
“No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.”

La palabra “codiciarás” aquí en hebreo es la palabra chamad. En las citas del Nuevo Testamento sobre este mandamiento, se traduce chamad con la palabra griega epithumeö (Ro. 7:7). Ambas palabras denotan un deseo fuerte, intenso, aunque no necesariamente es algo malo.

En este caso Dios prohíbe tener esa clase de deseo intenso hacia la mujer, sirvientes, animales o cosas del prójimo. Los deseos en sí mismos no son un pecado, muchas veces los pensamientos de deseo vienen a nuestra mente casi sin pensarlo. Podríamos ver algo que tiene otra persona que realmente nos guste y nos cause deseo tenerlo y eso no es malo en sí mismo. Pero lo importante es no alimentar ese deseo hasta que se convierta en algo desmedido. Porque si alimentamos ese deseo, puede que lleguemos al punto de tomar acciones para quitar a esa persona aquello que deseamos y eso se constituye una falta grave.

SANTIAGO 1:13-15 (RVA)
|13| Nadie diga cuando sea tentado: “Soy tentado por Dios”; porque Dios no es tentado por el mal, y él no tienta a nadie.
|14| Pero cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propia pasión.
|15| Luego la baja pasión, después de haber concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez llevado a cabo, engendra la muerte.

En estos versículos, las palabras traducidas como “pasión” y “baja pasión” en griego son epithumia, que es el sustantivo relacionado con epithumeö, se refiere a un deseo intenso, a la codicia. Santiago nos está diciendo que la tentación comienza por un deseo intenso que, al darle lugar, lleva al pecado y éste a la muerte.

La codicia es el punto de partida de muchos otros pecados. Por ejemplo, el adulterio comienza por codiciar a la mujer del prójimo; el robo comienza por codiciar los bienes que tiene otra persona, muchos asesinatos también tienen su origen en la codicia. Así que, si evitamos la codicia, si logramos controlar nuestros deseos, vamos a evitar muchos otros pecados.

Antes de la acción vienen los deseos, así que, si nos damos cuenta que estamos deseando los bienes de otra persona, tenemos que controlar esos deseos y quitarlos de nosotros, no alimentarlos y dejar que se conviertan en acciones.

Dios conoce nuestras necesidades, sabe qué es lo que nos bendice y hace bien, así que, lejos de querer lo que otro tiene, tenemos que aprender a confiar en Dios y en Su provisión para nuestras vidas.

ROMANOS 13:13-14 (RVA)
|13| Andemos decentemente, como de día; no con glotonerías y borracheras, ni en pecados sexuales y desenfrenos, ni en peleas y envidia.
|14| Más bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisión para satisfacer los malos deseos de la carne.

En este versículo, son interesantes las palabras “no hagáis provisión para satisfacer los malos deseos de la carne”. La palabra “deseos” en griego es epithumia, la codicia o deseo intenso de la carne; y la palabra “provisión” en griego es pronoia, que significa “premeditación, previsión, pensamiento anticipado, planificación”. Además, las palabras “no hagáis” en el griego tiene más bien el sentido de “dejen de hacer” o “no sigan haciendo”.

Así que, este versículo podría traducirse como “…y no sigan haciendo premeditación sobre cómo suplir los deseos intensos de la carne”.

Pablo nos dice aquí, en Romanos, que hay que evitar siquiera el planificar o premeditar cómo suplir los deseos de nuestra carne, o sea, nuestros deseos pecaminosos, aquello que es objeto de codicia, pero no que va contra la voluntad de Dios.

Si eliminamos el pensamiento previo al pecado eliminaremos mucho pecado de nuestra vida.

Es cierto que hay pecados que cometemos sin saber que es pecado y otros pecados que se cometen sin pensarlo anticipadamente. De todos modos, también hay muchos pecados que comienzan en nuestros pensamientos mucho antes de concretarse en la acción, si evitamos esos pensamientos, evitaremos la acción resultante.

Con esto terminamos el análisis de estas 10 declaraciones de Dios (conocidas como “los Diez Mandamientos”). Estas 10 declaraciones, como vimos antes, fueron oídas por todo Israel y constituyen la base para otros mandamientos dados por Dios. Este sería el “ABC” de la ley de Dios para Israel, de lo cual podemos aprender algunas cosas para nuestros tiempos. En un próximo estudio analizaremos más mandamientos dados por Dios a Israel e intentaremos extraer los principios morales y espirituales que nos comunican y cómo poder aplicarlos en el tiempo presente.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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