Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
categorías

EL PROPÓSITO DE DIOS A TRAVÉS DE LOS 4 “EVANGELIOS”

Por Pablo Pereyra

Los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos relatan la vida de Jesús en la Tierra. Dios es el Autor de las Escrituras (2 Timoteo 3:16) y, por lo tanto, tiene un propósito definido al comunicar Su verdad de la manera en que lo hace. El hecho de que haya 4 relatos de la vida de Jesús no es casual, hay un propósito específico en haber relatado la vida de Jesús en cuatro libros y no en uno, y es por esto mismo que los intentos por hacer un solo relato de los cuatro terminan por generar más confusión que claridad.

Los cuatro libros son llamados “evangelios”, aunque sabemos que toda la Biblia relata el evangelio del reino de Dios, por lo cual llamar “evangelios” sólo a esos cuatro puede traer confusión, sencillamente diremos que son 4 relatos de la vida de Jesús en la Tierra. Los 4 escritores relatan la vida de Jesús desde perspectivas diferentes, que al ser unidas nos dan un panorama completo de quién es Jesús, qué vino a hacer a la Tierra y cómo fue su andar y su relación con Dios.

Filipenses 2:5 nos dice que debemos desarrollar el mismo “sentir” (la misma disposición en la mente) que hubo en Cristo Jesús; para poder hacer esto, es necesario que conozcamos cómo vivió, y para hacerlo adecuadamente, debemos entender el porqué de los cuatro relatos de la vida de Jesús, por qué Dios inspiró a escribir la vida de Jesús en la Tierra desde estos cuatro distintos ángulos.

La mayoría de los teólogos y estudiantes bíblicos llaman a Mateo, Marcos y Lucas los “evangelios sinópticos”. “Sinopsis” significa, literalmente “ver en conjunto,” estos libros son así llamados debido a las coincidencias que tienen con respecto a la vida de Jesús, mientras que Juan parece ser un relato totalmente diferente y aislado, y presenta a Jesús de un modo único.

Algunos eruditos bíblicos han formulado la hipótesis de que Mateo, Marcos y Lucas basaron su relato sobre la vida de Jesús de un relato anterior y que cada uno de ellos le añadió detalles de sus propias experiencias. Sin embargo, jamás se halló algún documento que pruebe esta hipótesis, y quienes creemos que Dios es el Autor de la Biblia, entendemos que si hay similitudes entre ellos es porque Dios así lo reveló, y si hay diferencias es porque Dios así lo quiso, y que, como hemos dicho, hay un propósito para que existan esas similitudes y diferencias.

Para comenzar a clarificar el propósito de los cuatro evangelios, estudiaremos algunos usos de la palabra hebrea tsemach, que significa “brote, retoño, descendencia.” Da la idea de un nuevo retoño saliendo de un árbol o rama seca. Esta palabra se utiliza cinco veces relacionada con alguna profecía sobre el Mesías.

JEREMÍAS 23:5 (RVA)
“He aquí vienen días, dice Jehovah, en que levantaré a David un Retoño justo. Reinará un Rey que obrará con inteligencia y que practicará el derecho y la justicia en la tierra.

JEREMÍAS 33:15 (RVA)
En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar para David un Retoño de justicia, que practicará el derecho y la justicia en la tierra.

Estos dos pasajes relacionan a este retoño con David, y lo señalan como rey.

ZACARÍAS 3:8 (RVA)
Escucha, pues, oh Josué, sumo sacerdote; tú, y tus amigos que se sientan delante de ti, puesto que son hombres de carácter simbólico: He aquí yo traigo a mi siervo, el Retoño.

En esta profecía el retoño es descripto como un siervo (un sirviente).

ZACARÍAS 6:12 (RVA)
Y le hablarás diciendo que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ‘¡He aquí el hombre cuyo nombre es el Retoño brotará de su lugar y edificará el templo de Jehovah!

Este versículo nos muestra que el renuevo sería un hombre.

ISAÍAS 4:2 (RVA)
En aquel día el retoño de Jehovah será hermoso y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el esplendor de los sobrevivientes de Israel.

Es este pasaje se habla del retoño como procediendo directamente de Dios.

Estas profecías nos muestran 4 aspectos o cuatro características del “Retoño” (el Mesías prometido), él iba a ser:

    1) REY
    2) SIRVIENTE
    3) HOMBRE
    4) HIJO DE DIOS

Dos de estas características (la de rey y la de siervo), describen la función del Mesías; las otras dos (la de hombre y la de hijo de Dios) describen su persona, su naturaleza. Este mismo patrón lo veremos en distintas secciones de la Biblia, y es el patrón que vemos en los cuatro relatos de la vida de Jesús:

    1) MATEO lo muestra como REY 2) MARCOS lo muestra como SIRVIENTE 3) LUCAS lo muestra como HOMBRE 4) JUAN lo muestra como HIJO DE DIOS

Teniendo esto en mente, podremos ver claramente que el relato de Mateo resalta su posición de autoridad como rey; Marcos hace énfasis en el constante servicio que brindó durante su vida; Lucas destaca sus aspectos más humanos; Juan lo muestra en toda su gloria como hijo de Dios. Por eso podemos ver que Marcos y Lucas muestran más de cerca su humillación (como sirviente y como hombre), mientras que Mateo y Juan muestras más de cerca su exaltación (como rey y como hijo de Dios).

Por esta causa es que vamos a ver los siguientes patrones en los cuatro relatos:

    1) MATEO: presenta a Jesús como Rey, se hará importante su relación con el linaje de David, su autoridad que tiene para hablar, el poder y dominio que Dios le da sobre los espíritus demoníacos, y todo lo que tiene que ver con su reinado.

    2) MARCOS: presenta a Jesús como sirviente, no importa tanto su autoridad, sino su servicio, Marcos relata una atrás de otra las cosas que hacía Jesús, sus prédicas y sanidades, muestra a Jesús como alguien en servicio constante, pareciera que todo el tiempo estaba sirviendo a todos.

    3) LUCAS: presenta a Jesús como hombre y va a poner énfasis es sus partes más humanas, sus sentimientos, emociones, tentaciones, etc. Debido a que Lucas muestra su faceta humana, suele ser el relato preferido para hacer películas o narraciones sobre Jesús.

    4) JUAN: presenta a Jesús como hijo de Dios. Por eso Juan toma una perspectiva totalmente distinta sobre Jesús. Juan muestra a Jesús no tanto desde su vida misma, sino desde el plan de Dios. Comienza diciendo que “en el principio era la Palabra…”, mostrando que Jesús estuvo desde un principio en los planes de Dios. Jesús es retratado por Juan como alguien que siempre existió, que vino desde el cielo, que está siempre en un plano superior y es que Juan habla de Jesús como desde el pensamiento y plan de Dios y no desde la perspectiva humana. Si no entendemos esto, el relato de Juan puede volverse muy confuso.

En los relatos de las genealogías vemos un claro ejemplo de estos cuatro “ángulos” de la vida de Jesús:

Mateo comienza diciendo que Jesús era “hijo de David” (descendiente de David), el gran rey de Dios, y traza la genealogía hasta Abraham, que fue el primero a quien se le prometió un territorio por heredad. Marcos no da genealogía, la genealogía de un sirviente no es importante. Lucas traza la genealogía hasta Adán, el primer ser humano. Juan muestra a Jesús como viniendo directamente de Dios y habiendo habitado en el plan de Dios desde el principio; Juan, además, suele hablar de Jesús como el “unigénito hijo”, un título para Jesús que sólo lo usa Juan (en el 1:14, 18; 3:16, 18).

Veamos otras diferencias notables:

MATEO: habla del “reino de los cielos” más de 30 veces, mientras que esta expresión no es usada en ninguna otra parte entre los otros relatos. El “reino de los cielos” es una expresión que refiere al reinado de Jesús en la Tierra, al usar esta expresión tantas veces Mateo refuerza la idea de Jesús como Rey. Mateo es el único que relata la visita de los magi a Jesús, quienes lo reconocieron como el Rey de los judíos (Mt. 2:2). La expresión “hijo de David” es usada con más frecuencia por Mateo que por los demás escritores. Mateo es el más “hebreo” de los 4 relatos (de hecho, se cree que hubo un “original” de Mateo en arameo), y esto también concuerda con el hecho de que eran los israelitas que esperaban un Mesías rey que viniera a conquistar la Tierra.

MARCOS: el relato de Marcos es mucho más conciso y con cambios abruptos. Comienza diciendo “principio del evangelio de Jesucristo”, aquí no es importante cómo nació ni qué sucedió con su vida personal, lo que importa es mostrar su servicio. Por eso Mateo comienza hablando brevemente de la prédica de Juan el bautista y el bautismo de Jesús. Se menciona rápidamente que Jesús fue tentado luego de esto (en el 1:12 y 13) y ya en el versículo 14 del primer capítulo lo vemos entrar en acción, predicando el evangelio. Marcos se centra más en los hechos de Jesús que en sus palabras. Además, Mateo hace mayor énfasis en los últimos días de vida de Jesús, aproximadamente una tercera parte de su relato cubre la última semana de vida de Jesús.

LUCAS: retrata a Jesús como ser humano, como el “postrer Adán” (1 Co. 15:45). Nos da un relato con detalles más personales de Jesús. El primer capítulo nos habla de cómo fue concebido y nació Juan el bautista, nos habla del anuncio de Gabriel a María, de la visita de María a Elisabeth, recién en el segundo capítulo nos comienza a hablar de Jesús. Nos da detalles de cómo nació Jesús, de su presentación en el templo, en el 2:40 nos dice que “el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría…” haciendo más énfasis sobre su lado humano. El libro de Lucas más que los otros, muestra a Jesús preocupándose por los pobres y humildes, por las mujeres y las viudas, por los niños y la familia, nos muestra el amor y calor humano de Jesús para con todas las personas. Lucas también enfatiza más el perdón, la compasión y la oración de Jesús más que los otros tres relatos. De los tres relatos, es el que muestra mayor afinidad con los gentiles (las naciones no israelitas).

JUAN: para Juan, Jesús es el “unigénito de Dios”, quien ya era parte de los planes de Dios desde antes de la fundación del mundo (Jn. 17:24), por eso Jesús es retratado como en un plano superior, como existiendo desde el principio en los planes y propósitos de Dios (Jn. 1:1, 14; Jn. 8:58). La unidad espiritual de Jesús con Dios es enfatizada una y otra vez por Juan, la palabra “Padre” se usa más en Juan que en los otros tres relatos combinados. También se hace énfasis en el poder sobrenatural manifestado por Jesús en formas únicas.

Este patrón de cuatro ángulos puede verse también en las descripciones de las criaturas de Apocalipsis 4:6 y 7 y los cuatro seres vivientes descriptos en Ezequiel 1:10, que son descriptos como teniendo rostro de hombre, de león (el rey), de buey (el animal de servicio) y de águila (que está por encima de todo, representando la gloria del hijo de Dios).

También lo encontramos en los cuatro “nombres” dados a Jesús: Jesús, Cristo, Jesucristo y Cristo Jesús; en donde “Jesús” resalta su parte humana (siendo su nombre humano), “Cristo” (que significa “ungido”) enfatiza su función de servicio, “Jesucristo” es la combinación más utilizada en relación al “Padre,” resaltando su faceta como hijo de Dios; y “Cristo Jesús” enfatiza su exaltación en posición de autoridad como rey.

También los colores utilizados en el tabernáculo (púrpura, rojo, azul y blanco) se relacionan con estos cuatro aspectos (púrpura es el color relacionado con la realeza, el rojo con el servicio, el azul con lo humano y el blanco con su gloria como hijo de Dios) .

Además de esto, en Efesios 3:18 el apóstol Pablo dice que él oraba para que los creyentes conocieran la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del “misterio” (o “secreto espiritual”). Este misterio se centra en Cristo como cabeza de un Cuerpo espiritual formado por todos los hijos de Dios. Conocer las cuatro facetas de Jesús nos ayuda a conocer más y más la forma en que actúa también hoy, como cabeza del Cuerpo, que es la Iglesia.

Como hijos de Dios hoy formamos parte de un Cuerpo en Cristo y compartimos sus atributos, él es Rey, gobernando por sobre toda autoridad humana y espiritual; es sirviente, y así como Cristo sirvió perfectamente, su deseo es que andemos en servicio a Dios y a las demás personas, jamás usar el poder de Dios para fines egoístas; él también es humano, y su ejemplo nos muestra que Dios obra en el mundo por medio de los seres humanos; y él también es hijo de Dios, y todos los miembros del Cuerpo fuimos hechos hijos de Dios y Dios quiere que seamos imitadores de Él (Ef. 5:1), que seamos representantes de Su gracia, Su bondad, Su gloria, Su amor, Su misericordia y todos Sus atributos.

Mientras más comprendamos a Jesús, más podremos entender nuestra identidad en Cristo y la obra que Dios hizo por nosotros por medio de Jesús. Por eso en Efesios 4:13 Dios revela que Su deseo es que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento de Su hijo. Conocer a Jesús es conocer todo lo que Dios hizo, hace y hará por nosotros espiritualmente y conocer nuestra función y todo el poder que Dios ha hecho disponible para nosotros.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

Si esta publicación te bendijo, por favor ayúdame orando por mi servicio a Dios, compartiéndo esta página con tus amigos y seres queridos y dándole tu «me gusta» a la página de Facebook de «En Honor a Su Verdad»

Ante cualquier duda o consulta, puedes contactarte conmigo por e-mail a [email protected] o por mensaje privado en mi Facebook personal

Si este sitio te es de bendición, me ayudarías mucho haciendo una donación para poder seguir otorgando material de calidad y llegar a más personas en todo el mundo.

Donaciones

4 comentarios en «El propósito de Dios en los 4 «evangelios»»

    • ¡De nada! Con la perspectiva correcta muchas cosas cobran mayor sentido, se entiende mejor el estilo con el que escribe cada uno y también por qué algunos dan ciertos detalles que otros omiten, todo está relacionado con el aspecto específico que quisieron mostrar de Jesús.

      Responder

Deja un comentario