LA NECESIDAD DE AUTORIDADES

Por Pablo Pereyra

Romanos 13:1 nos dice que toda persona debe someterse a las «autoridades superiores», en este artículo veremos quiénes son esas autoridades y a qué se refiere la Escritura al decir que debemos someternos a éstas.

LAS “AUTORIDADES SUPERIORES”

ROMANOS 13:1 (RVA)
Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios; y las que hay, por Dios han sido constituidas.

Estos versículos comienzan diciendo que toda persona (el texto griego literalmente se traduciría “toda alma”) debe someterse a las “autoridades superiores”. La palabra griega traducida “sométase” es hupotassö, que tiene el sentido de “ordenarse debajo de” y de ahí “estar bajo la autoridad de”, “someterse o sujetarse a” u “obedecer a”. Aquí la instrucción es a sujetarnos a las “autoridades superiores”, que refiere, por contexto, a autoridades civiles.

Cuando analizamos el primer versículo en los textos griegos antiguos, vemos que cuando dice que “no hay autoridad que no provenga de Dios”, por un lado, la palabra “NO” es enfática, se refiere a que “de ningún modo” existe autoridad que no sea de Dios. La palabra “provengan” no está en el texto griego. Lo que este versículo nos transmite es que “no existe autoridad sino por la acción de Dios”. El versículo no nos está diciendo que todas las autoridades que existen en el mundo son ordenadas en su puesto por Dios, esto claramente no puede ser posible, porque de ser así todos los gobiernos del mundo obedecerían a Dios y la realidad es muy diferente.

Lo que este versículo nos está diciendo es que es la voluntad de Dios que existan autoridades, Dios desea que exista un sistema de autoridades en el mundo.

Por eso Dios desea que respetemos a las autoridades y cumplamos con las leyes de nuestro país, a menos que éstas se opongan al mandato que Dios mismo nos dé, ya sea en Su Palabra Escrita como en Su revelación personal, como sucedió con Pedro y Juan.

En Hechos 4 leemos que Pedro y Juan estaban predicando la Palabra y muchos estaban creyendo y siendo sanados. Los sacerdotes, los saduceos y otros líderes religiosos y políticos de entre los judíos, los hicieron encarcelar e intentaban enjuiciarlos, pero no hallando cómo acusarles, en el 17 deciden entre ellos amenazarlos para que no hablen más acerca de Jesús. En el 19 ellos responden: “Juzgad vosotros si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios. Porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” Más adelante, en el capítulo 5:27 Pedro y Juan son nuevamente increpados por hablar de Jesús y son llevados ante el Sanedrín:

HECHOS 5:27
|27| Cuando los trajeron, los presentaron al Sanedrín, y el sumo sacerdote les preguntó
|28| diciendo: —¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en este nombre? ¡Y he aquí habéis llenado a Jerusalén con vuestra doctrina y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre!
|29| Pero respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: —Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Con estos textos de las Escrituras podemos ver claramente, que, por un lado, hay autoridades tanto políticas como religiosas que operan en contra de Dios, por lo cual queda claro que no son establecidas u ordenadas por Dios, por otro lado, vemos que no en todo tiempo es el deseo de Dios de que obedezcamos a las autoridades gubernamentales.

Entonces, lo que vemos en las Escrituras es que:

Por norma general debemos someternos a las autoridades y leyes de nuestras naciones, pero si éstas se oponen al mandato de Dios, nuestra primera responsabilidad es obedecer a Dios antes que a las personas.

Sigamos leyendo Romanos 13:

ROMANOS 13:2 (RVA)
Así que, el que se opone a la autoridad, se opone a lo constituido por Dios; y los que se oponen recibirán condenación para sí mismos.

Quien se opone a la autoridad llevará condena en sí mismo. Siguiendo el hilo del contexto, no está hablando de oponerse a todo tipo de ordenanza y autoridad, como en el caso de Pedro y Juan, sino que quien se opone a la autoridad de por sí, quien no desea respetar ningún tipo de autoridad y quien desobedece sin razón justa, llevará un castigo por su rebeldía. Aquí no se está hablando de obedecer ciegamente a toda autoridad y someterse a la tiranía y maldad de personas de poder, sino que se refiere a aquellos que son rebeldes a todo tipo de autoridad sin tener una causa razonable.

ROMANOS 13:3-5 (RVA)
|3| Porque los gobernantes no están para infundir el terror al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza;
|4| porque es un servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no lleva en vano la espada; pues es un servidor de Dios, un vengador para castigo del que hace lo malo.
|5| Por lo cual, es necesario que estéis sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por motivos de conciencia.

En términos ideales, los gobernantes están para infundir terror al que hace lo malo. Esta es la razón principal por la que Dios quiere que haya autoridades sobre la Tierra, para mantener la justicia y la paz. La persona de buen corazón que busca hacer el bien y se conduce con rectitud no necesita de un “control” de lo que hace, pero el malvado busca dañar a otros para sus propios deseos egoístas y por eso es necesario que haya castigos ejemplares, porque ellos no se detendrán de hacer el mal a menos que tenga “terror” del castigo que les puede sobrevenir por la desobediencia.

Un buen gobierno debería asegurar la paz y la justicia, dando castigo a los malvados.

En el primer siglo no existía policía, el control ciudadano lo hacían los mismos militares, la espada esa su instrumento de castigo, los soldados podían usarla si lo creían necesario y podían matar a una persona sin tener que pedir autorización del gobierno. El gobierno romano no era particularmente “justo” y bondadoso, y las muchas de las autoridades judías no estaban sirviendo a Dios, sino que perseguían a los cristianos. No obstante, Pablo reafirma aquí que era la voluntad de Dios que existieran autoridades, Dios no quiere una anarquía total, Él quiere un sistema de autoridades que mantenga la paz en una nación. Como dije antes, en una situación ideal, las autoridades tienen que causar terror al malvado y dar paz y justicia a los que hacen el bien.

EL PAGO DE IMPUESTOS

ROMANOS 13:6-7 (RVA)
|6| Porque por esto pagáis también los impuestos, pues los gobernantes son ministros de Dios que atienden a esto mismo.
|7| Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.

Aquí Pablo nos habla de los impuestos, él no sólo no dice que esté mal pagar ciertos impuestos, sino que dice que “por esto pagáis también los impuestos”, refiriéndose a la seguridad que menciona previamente. Además, habla de pagar lo que corresponde a cada uno. Nuevamente, esto no significa que vayamos a estar de acuerdo con todos los impuestos generados por el gobierno, sino que nos habla de mantener un orden social.

El Estado tiene siempre más poder ejecutor que una persona, así que, la mayoría de las veces, es mejor sufrir cierta injusticia pagando un impuesto injusto que tener problemas legales, aunque, claro está, hay casos extremos para los cuales muchas veces hay que recurrir a la ayuda y sabiduría de Dios para poder actuar apropiadamente. La mayoría de los gobiernos en el mundo cobran impuestos injustos y malgastan mucho del dinero recaudado, pero si los impuestos son excesivos terminan “ahogando” a las personas, todo tiene que tener un equilibrio.

Conforme a lo dicho en este versículo:

Idealmente los impuestos deberían estar destinados a mantener el orden y la justicia en una sociedad.

En el versículo 7 de Romanos 13, la palabra “tributo” es en griego phoros, que es descrita, en el léxico de Louw-Nida como “Un pago hecho por la gente de una nación a otra con la implicancia de que esto es un símbolo de sumisión y dependencia”. Este tributo era pagado por los israelitas a los romanos, quienes eran sus conquistadores. Si bien parece bastante claro que todo el contexto está hablando de “autoridades” gubernamentales, hay quienes enseñan que aquí se está hablando de autoridades de una iglesia o congregación. Tenemos varios indicios en el contexto de que esto no es así (como la mención de los soldados), pero esta palabra “tributo” es una evidencia contundente al respecto: ¡sin dudas se está hablando de autoridades gubernamentales!

Romanos fue escrito durante el reinado de Nerón, que duró desde el 54 hasta el 68 d.C., los historiadores romanos señalan que durante el reinado de Nerón los impuestos en Roma eran tan altos que había una queja popular constante contra éstos. Mucho de ese dinero era gastado en cosas que para nada eran conforme a la voluntad de Dios, no obstante, Pablo igualmente dice a los romanos que paguen sus impuestos. Dios desea que paguemos los impuestos, aun los que son injustos, pero eso no significa agachar la cabeza ante cada nuevo impuesto que el gobierno impone, tenemos el derecho y responsabilidad de luchar por un gobierno más justo con impuestos más justos. De hecho, la queja continua en Roma hizo que, en su tiempo, Nerón tuviera que hacer una reforma impositiva.

Los ciudadanos no somos esclavos del gobierno, así que tenemos derecho a disponer del fruto de nuestro trabajo y usarlo en aquello que queramos, los altos impuestos son un robo al trabajador, se le está quitando por medio de la fuerza del Estado gran parte de aquello que ganó con su esfuerzo. Un gobierno recto intentará cobrar sólo los impuestos necesarios para mantener la paz y justicia, mientras que dejará que cada trabajador disfrute de la mayor porción posible de aquello que ganó con su trabajo.

SUJETOS A TODA AUTORIDAD CREADA POR EL SER HUMANO

1 PEDRO 2:13-16 (RVA)
|13| Estad sujetos a toda institución humana por causa del Señor; ya sea al rey como quien ejerce soberanía,
|14| o a los gobernantes como quienes han sido enviados por él para el castigo de los que hacen el mal y para la alabanza de los que hacen el bien.
|15| Porque ésta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos.
|16| Actuad como libres, y no como los que hacen de la libertad un pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.

En el versículo 13 las palabras “estad sujetos” en griego son hupotassö, que es la misma palabra griega que habíamos visto que se traduce “sométase” en Romanos 13:1, se refiere a estar sujetos, rendir obediencia.

La palabra “institución” en griego es ktisis, que se traduce literalmente “creación”, y se refiere a autoridades “creadas” por los seres humanos, lo cual se ve claramente en el contexto. Lo que nos está diciendo Pedro aquí es que, aunque las autoridades terrenales no sean “creadas” por Dios, sino por seres humanos, de todos modos, tenemos que sujetarnos a éstas (siempre que no se opongan al mandato de Dios, tal como vimos previamente).

Pedro, al igual que Pablo dijo a los romanos, dice que los gobernantes “han sido enviados para el castigo de los que hacen el mal”. La palabra “enviados” puede ser traducida como “señalados” o “asignados”. La palabra “alabanza” (en griego epainos) puede ser traducida, en este contexto, como “aprobación” o también “recomendación”. En un buen gobierno, los diferentes gobernantes deberían ser asignados o enviados para dar castigo a los que hacen el mal y dar su aprobación y recomendación a los que hacen el bien, ¡para esto quiere Dios que existan autoridades!

Pedro dice que debemos actuar como libres, pero no usando la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Y en este contexto “hacer lo malo” implica ser rebeldes a las autoridades. Recordemos que Pedro mismo desobedeció a las autoridades cuando le dijeron que no predique más a Cristo, por lo tanto, Pedro no está hablando de obedecer ciegamente a cualquier mandamiento humano, sino a conducirnos con respeto a nuestras autoridades y sujetarnos a éstas, siempre y cuando esa sujeción no nos obligue a ir contra la voluntad de Dios.

En definitiva, lo que vemos, tanto de parte del apóstol Pablo como de Pedro, es que:

Dios quiere que respetemos y obedezcamos las leyes de nuestro país y a sus autoridades, a veces incluso soportando ciertas injusticias, pero jamás yendo en contra de los mandamientos de Dios.

Como cristianos tenemos que obedecer primeramente a Dios, pero eso no implica ser “rebeldes sin causa” a las autoridades humanas. Tenemos que hablar de Dios, tenemos que exponer las injusticias y luchar contra éstas, pero tratando siempre de mantener un orden en la vida. La línea entre lo correcto y lo incorrecto a veces puede ser muy fina y difícil de discernir, por eso necesitamos tener conocimiento de las Escrituras, pero, sobre todo, una diaria comunión con Dios, en constante oración, para que Dios nos guíe paso a paso, especialmente cuando vivimos en sociedades donde hay leyes injustas y con gobiernos corruptos.

ORAR POR LOS GOBERNANTES

1 TIMOTEO 2:1-4 (RVA)
|1| Por esto exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres [todos los seres humanos];
|2| por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y reposada en toda piedad y dignidad.
|3| Esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador,
|4| quien quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad.

Entre tanto que vivimos en este tiempo, en donde el mundo es imperfecto y hay maldad e injusticia, jamás tendremos un gobierno perfecto, no obstante, podemos orar a Dios y hacer lo posible para tener sociedades más justas, que sean conducentes a hacer la voluntad de Dios. Dios quiere que todos sean salvos y conozcan Su verdad, tener autoridades que sigan los mandamientos de Dios, castigando a los malos y ayudando a los buenos, propicia el ambiente para que podamos hablar la Palabra de Dios y más gente sea salva y venga al conocimiento de la verdad. Por eso es importante que oremos por nuestros gobernantes y que procuremos tener autoridades que actúen con justicia.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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