¿Cantidad o calidad?
En este breve estudio vamos a explorar un episodio en el ministerio de Jesús que nos dejará ver que, a diferencia de muchos líderes religiosos de nuestros tiempos, que buscan llenarse de seguidores, a la hora de buscar sus discípulos Jesús prefirió la calidad antes que la cantidad.
Mateo 8:19-22 (RV-1960)
|19| Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
|20| Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.
|21| Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
|22| Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Aquí tenemos el relato de dos personas que habían oído el mensaje de Jesús y querían acompañar a Jesús en su ministerio. Pero a simple vista, muchos lectores se pierden el verdadero sentido de lo dicho por Jesús en estos pasajes. Para comprender apropiadamente lo que estos versículos nos comunican, tendremos que comprender algunas cuestiones culturales y también exploraremos un poco el contexto.
En primer lugar, muchos creen que Jesús, al decir que él no tenía “donde recostar su cabeza”, estaba dando a entender que era muy pobre, pero esto no es así. En Marcos 6:35 al 38, cuando Jesús hace el milagro de alimentar a 5000 personas, los discípulos preguntaron a Jesús si quería que fueran a comprar pan por 200 denarios. Un denario era el salario estándar por un día de trabajo. 200 denarios equivaldrían a más de 6 meses de trabajo de una persona común. Si los discípulos estaban dispuestos a gastar ese dinero para alimentar a esas 5000 personas, sin duda tendrían mucho más, por lo cual podemos ver que Jesús se movía con buena cantidad de dinero. Cuando Jesús fue crucificado, los soldados romanos vieron que su túnica era de una sola pieza, algo muy costoso en la época, por eso no quisieron partirla, sino que la echaron a la suerte entre ellos.
La expresión de Jesús en el versículo 20, al decir que “no tiene dónde recostar su cabeza” se refiere al hecho de que Jesús no tenía un lugar de residencia estable, porque se movía de un pueblo a otro predicando la buena noticia (o evangelio) del reino de Dios. Jesús andaba de un lado para otro, moviéndose constantemente de una ciudad a otra, durmiendo en los lugares donde le dieran hospitalidad y alojamiento, este tipo de vida habría sido un cambio drástico para una persona con un hogar, acostumbrado a tener un lugar de residencia fijo.
Jesús aquí no dio una instrucción específica a este escriba, sobre si debía seguirlo o no, sencillamente le declaró cuáles eran las condiciones, el hombre podía elegir hacer lo que quisiera y, de hecho, la Biblia no nos dice si al final él lo siguió o no, probablemente deja esa historia allí para darnos a entender que cualquiera fuera la decisión no estaba mal. Algunos pueden servir a Dios desde su hogar, cuidando también a su familia, y otros están dispuestos a ir de un lado a otro para poder predicar en otras regiones.
Luego, en el versículo 21, tenemos el caso de otro discípulo que dijo que quería seguir a Jesús, pero pide primero poder enterrar a su padre. Aquí debemos entender la costumbre oriental de aquellos tiempos, para poder comprender el pasaje. En aquellos tiempos no había métodos para conservar un cadáver, así que cuando alguien moría, cuanto antes se hacía su entierro, por lo general el mismo día de la muerte, o, más tardar, al día siguiente. Si el padre de este hombre hubiese muerto ese día, él no habría estado allí con Jesús.
Recordemos que en aquellos tiempos no había medios de comunicación como los hay hoy, si este hombre se iba de la ciudad y su padre moría en ese tiempo, podrían tardar días, o incluso semanas en ubicarlo para contarle la noticia, y de ese modo él no podría estar presente en la ceremonia de entierro de su padre y hacerse cargo del asunto. Por eso, cuando este hombre pide primero poder “enterrar” al padre, lo que está diciendo a Jesús es que él lo seguiría luego de la muerte del padre. ¡Pero el ministerio de Jesús no iba a durar tanto! Jesús iba a ser crucificado en poco tiempo, debía predicar la Palabra por todos lados, él no podía esperar indefinidamente a que el padre de este discípulo muriera ¿qué pasa si pasaban años hasta que este hombre falleciera? Jesús no tenía tiempo que perder y fue honesto con este discípulo.
Jesús le dijo “deja que los muertos entierren a sus muertos”, esta expresión es un juego de palabras para decir que aquellos que están espiritualmente muertos (por no creer en Cristo), debían (en este caso) ocuparse de enterrar a su padre en el momento que muriera (en su muerte física). De este modo Jesús enfáticamente le está diciendo a este discípulo que debía hacer el sacrificio y dejar a su familia, Jesús no podía esperar a que este hombre concluyera con todos sus asuntos familiares y el hombre debía tomar la decisión de seguir a Jesús, aun cuando esto le costara el no estar allí cuando su padre muriera y también el disgusto de su familia por elegir seguir a Jesús antes que quedarse al lado de su padre.
A veces el servicio a Dios puede requerir incluso hacer a un lado a la propia familia, a veces temporalmente, a veces en forma definitiva, por eso Jesús dijo:
Mateo 10:37-39 (RV-1960)
|37| El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;
|38| y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
|39| El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Jesús no dijo que no debíamos amar a nuestro padre, o madre, o familiares, sino que nuestro amor debe ser primero a él. “Tomar la cruz” es tomar la propia responsabilidad, a veces el llamado de Dios es a quedarnos a cuidar de la familia y a veces es a hacerla a un lado por un propósito mayor. Jesús aquí también dijo que “el que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”. Aquí la palabra “vida” se usa, por medio de la figura metonimia para referirse al estilo de vida, a las cosas que una persona normalmente hace con su vida. Lo que Jesús enseña aquí es que el llamado al servicio muchas veces puede llevarnos a cambiar nuestro estilo de vida, a “perder la vida” que estábamos acostumbrados a tener y así “hallar” una nueva vida en Cristo, un nuevo estilo de vida en servicio a Él, con nuevas responsabilidades y mayores bendiciones.
Jesús mismo tuvo que elegir entre su propia familia y su misión para con Dios:
Marcos 3:31-35 (RV-1960)
|31| Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.
|32| Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.
|33| Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?
|34| Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
|35| Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
En este punto de su ministerio, María y sus otros hijos (hermanos de Jesús) vinieron a buscar a Jesús, claramente no vinieron sólo a ver cómo estaba, sino que lo vinieron a “buscar” para que vuelva a su casa y los ayude con los asuntos familiares. Como hermano mayor Jesús seguramente sería el mejor obrero y ayudante de su padre adoptivo, José, y parte importante del sostén de la familia. Pero Jesús tenía que estar en los asuntos de Su Padre celestial, y tuvo que elegir hacer a un lado su vida con su familia para así efectuar su servicio a Dios. Jesús no sólo renunció a pasar más tiempo con su padre, madre y hermanos, sino que también tuvo que hacer a un lado la idea de casarse y tener hijos, sin duda más allá de su sacrificio en la cruz, hizo un gran sacrificio, un gran esfuerzo al dedicar su vida al servicio a Dios.
Lucas 14:26-35 (RV-1960)
|26| Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
|27| Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
|28| Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
|29| No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
|30| diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
|31| ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
|32| Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
|33| Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
|34| Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?
|35| Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.
“Aborrecer a su padre y madre, etc…” no significa literalmente aborrecerlos, es una figura de exageración (una hipérbole), en donde Jesús intenta enfatizar el hecho de que él debía ser la prioridad para aquellos que quisieran servirle.
Jesús da dos ejemplos, uno el del constructor, otro el del rey que va a la guerra, dándonos a entender que, si realmente queremos servirle en un ministerio específico, debemos “calcular” qué cosas requerirá esa forma de servicio, para no terminar “quedándonos cortos” con lo que se requería. Por esta causa Jesús fue siempre honesto con quienes le querían seguir, él dejó en clara las condiciones y dio a cada uno la oportunidad de elegir qué querían hacer.
A lo último Jesús dice que si la sal se hiciere insípida no podrá ser sazonada (ni tampoco dar sabor a otras cosas). Si ellos querían seguirle en el ministerio, debían pensarlo bien, porque si a mitad de camino quedaban “insípidos”, quedaría sin provecho el trabajo en el servicio.
Noten todo el contexto hablando de lo mismo:
1) Poner a Dios y a Cristo por encima de toda otra cosa, sean familiares, el estilo de vida o la vida misma.
2) “Llevar la cruz”, que es cumplir la propia responsabilidad dada por Dios.
3) Hacer el cálculo de qué es lo necesario para edificar.
4) Hacer el cálculo de cuántos hombres se necesitan para la batalla.
5) Renunciar a todo lo que se posee para ser discípulo de Jesús
6) Que la sal no se vuelva insípida
Jesús con estos 6 ejemplos, que son 6 figuras, pone énfasis en el hecho de que piensen bien qué clase de servicio querían brindar a Dios, porque si se quedaban a mitad de camino y se volvían atrás, habría pérdida. ¡Lógico! Piensen que pasaría si alguien asume una función de pastorear una congregación y comienza siendo un pastor diligente, cuidadoso de las personas, pero de un día para otro decide que él ya no quiere servir más a Dios y quiere dedicarse a otro oficio ¿no generaría desconcierto y desilusión en muchas personas? Esto es un simple ejemplo, se puede aplicar a cualquier actividad en la vida, si vamos a fijar un rumbo, debemos hacerlo con la guía de Dios y pensando bien lo que vamos a hacer, si el llamado realmente es de Dios, Dios nos encaminará a bien.
Las tareas a veces son difíciles y el camino puede ser confuso, pero Dios es misericordioso. Pedro 3 veces volvió a los peces luego de que Jesús le dijo que le siguiera (lean mi estudio “4 llamamientos de Pedro”). Pedro fue llamado 3 veces por Jesús mientras estaba en su vida en la tierra, luego de su muerte, Pedro volvió a su antiguo oficio de pescador y Jesús, ya resucitado, lo llamó una cuarta vez al servicio a Dios. Jesús conocía el corazón de Pedro, pero Pedro necesitó ser alentado y fortalecido, y lo mismo con nosotros, si vamos a seguir el llamado del Señor.
Para finalizar, y volviendo al punto inicial del estudio, lo que vemos es que Jesús, al hablar con sus “candidatos” al servicio, no les creó una falsa imagen del servicio, no buscó tener una gran cantidad de seguidores, todo lo contrario, sus palabras muchas veces fueron duras y desalentadoras. Luego de su discurso en Juan 6, muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no le siguieron (Juan 6:66). La verdad muchas veces es dura, pero es la verdad, Jesús no ocultó la realidad, fue honesto con sus seguidores. Él no buscó tener una gran cantidad de seguidores “encantados” con sus prédicas y sin compromiso y preparación, él buscó gente comprometida con Dios y gente que estuviera dispuesta a todo por servir a Dios.
Esto debería servirnos como una luz de alerta contra muchos líderes cristianos que, en el afán de hacerse de muchos seguidores, diluyen la verdad de la Palabra de Dios y mienten a la gente, proponiéndoles una vida presente llena de éxito y sin aflicciones, sufrimiento ni presiones. Sin duda, en el futuro viviremos en una tierra sin dolor, sin muerte, enfermedad ni maldad en donde disfrutaremos la vida en toda su plenitud, en la continua presencia de nuestro Padre celestial y de nuestro Señor Jesucristo. Pero no hay que olvidar que esta es nuestra esperanza para el futuro, no para el presente.
Lucas 6:22-23 (RV-1960)
|22| Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
|23| Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.
NOTA: la información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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