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JUAN 9:1-7 – EL CIEGO DE NACIMIENTO

Por Pablo Pereyra

JUAN 9:1-7 (RVA)
|1| Mientras pasaba Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento,
|2| y sus discípulos le preguntaron diciendo: —Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?
|3| Respondió Jesús: —No es que éste pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él.
|4| Me es preciso hacer las obras del que me envió, mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.
|5| Mientras yo esté en el mundo, luz soy del mundo.
|6| Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo untó los ojos del ciego.
|7| Y le dijo: —Vé, lávate en el estanque de Siloé—que significa enviado—. Por tanto fue, se lavó y regresó viendo.

El relato nos dice que este hombre había nacido ciego tan sólo para que el poder de Dios se manifieste sobre él. Tal como se lee pareciera que Dios mismo hubiese hecho que este hombre naciera ciego para luego poder manifestar Su poder en él y mostrar que Jesús era el Mesías. Pero al analizarlo veremos que no es esto lo que realmente dice el texto.

Al leer la Biblia debemos tener siempre en cuenta que el texto original de la Escritura no fue español, sino que fue escrita en hebreo, griego y arameo. Los textos antiguos de lo que llamamos “Nuevo Testamento” están en griego, y si bien los traductores de la Reina Valera y otras versiones hicieron lo mejor que pudieron para traer el texto al español, eran seres humanos, cometieron errores y, lamentablemente, algunos de estos errores no son fáciles de detectar, hay que tener ciertos conocimientos técnicos de los idiomas originales para poder comprenderlos, aunque el contexto general de toda la Escritura nos va a dar ciertas pautas para dudar de algunos pasajes.

Santiago 1:13 nos dice que Dios no tienta a nadie con el mal. Dios no enviará jamás un mal para tentar a alguien o ponerlo a prueba. Dios no es el causante de enfermedades, así que no es posible que Dios haya hecho ciego a este hombre para luego mostrar Su poder.

En el versículo 2 los discípulos preguntan a Jesús si es que este hombre había pecado o si fueron sus padres como para que naciera ciego. Esto parecería una pregunta sin sentido para nosotros hoy ¿cómo podría alguien pecar antes de nacer? Algunos proponen que los discípulos creían en la rencarnación o en que el espíritu de una persona vivía fuera del cuerpo antes de nacer, pero no es así. En los tiempos de Jesús algunos rabinos enseñaban que una persona podía cometer pecado aún desde el vientre de su madre y si sucedía esto, la persona nacía en “completo pecado” y por eso tendría serias consecuencias. Si revisan Juan 9:34, los judíos, discutiendo con este hombre ciego, le dijeron “tú naciste del todo en pecado”, esta era la creencia de algunas sectas judías en el tiempo de Jesús, que algunos pecaban desde el vientre materno y nacían en completo pecado. 1

En el versículo 3 Jesús dice que no es que él haya pecado, ni tampoco sus padres. Por supuesto, sabemos que todos tenemos pecado, pero lo que Jesús intenta señalar es que la ceguera de este hombre no había sido producto de algún pecado en particular de sus padres, ni de él mismo. Estamos en un mundo caído y a veces las cosas malas suceden por la misma corrupción que hay en el mundo, no todos los males del mundo son producto de algún pecado puntual de una persona.

Pero el problema está en la siguiente declaración: “Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él.” Esta declaración hace pensar que Dios fue el responsable de que este hombre naciera ciego para luego sanarlo y glorificarse en Él. Esto sería como si un médico investigador a propósito enfermara a su hijo para luego poder ser glorificado por encontrar la cura de esa enfermedad ¿les parece coherente?

Sucede que, al analizar este versículo desde el texto griego, encontramos una expresión que puede ser traducida de dos modos distintos y según qué tipo de traducción consideremos la correcta, el mensaje cambia radicalmente. Para esto tendré que señalar algunos tecnicismos gramaticales del griego, pero es la única forma de entender qué es lo que sucede aquí.

En el griego hay una construcción gramatical que se produce con la palabra griega hina seguida de un verbo en modo subjuntivo. Cuando aparece esta construcción gramatical, se puede traducir la expresión como una cláusula de propósito, cláusula de resultado o cláusula de mandato. La cláusula de propósito nos indica el objetivo o propósito de algo, responde a la pregunta “¿Por qué?”. La cláusula de resultado, indica qué sucedió a consecuencia de una evento o acción, responde a la pregunta “¿Qué sucedió luego?” La cláusula de mandato expresa una orden. El contexto es el que determina cuál sería la forma correcta de hacer la traducción. Sin embargo, si el contexto no queda claro, el traductor va a utilizar aquella forma que él considere la más apropiada según su propio entendimiento y teología.

En el griego la frase lee así: hina phaneröthë ta erga tou theou en auto. Aquí tenemos la palabra hina seguida de un verbo en modo subjuntivo: phaneröthë (manifestar). Tal como dije antes, esta construcción tiene tres formas de traducirse, las cuales serían así:

    1) Como cláusula de propósito: “para que sean manifestadas…”.
    2) Como cláusula de resultado: “de modo que sean manifestadas…”.
    3) Como cláusula de mandato: “que sean manifestadas…”.

La segunda opción, en este contexto, es poco probable debido a la construcción gramatical de todo el versículo. Sin embargo, la cláusula de mandato encajaría perfectamente, el versículo se leería así: “Respondió Jesús: – No es que éste pecó, ni tampoco sus padres. Que sean manifestadas las obras de Dios en él.”2 En lugar de ponerse a discutir sobre quién tiene la culpa, Jesús se enfoca en su misión, que era hacer que las obras de Dios se manifiesten en esta persona, no era momento para discutir el por qué había esa persona había nacido ciega. Fíjense que esto encaja también con el versículo que sigue:

JUAN 9:3-4
|3| Respondió Jesús: —No es que éste pecó, ni tampoco sus padres. Que sean manifestadas las obras de Dios en él.
|4| Me es preciso hacer las obras del que me envió, mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.
|5| Mientras yo esté en el mundo, luz soy del mundo.

¿Se dan cuenta que en el versículo siguiente Jesús habla de la urgencia de hacer las obras de Dios? Jesús sabía que no tenía mucho tiempo hasta el momento de su crucifixión, así que debía evitar distracciones y demoras y redimir el tiempo haciendo las obras de Dios. No era tiempo de discutir sobre la causa de la ceguera de este hombre ¡era tiempo de actuar!

Entonces, podemos ver que hay una forma más apropiada de traducir este versículo, que se corresponde con la enseñanza de la Escritura de que Dios es amor y no planea el mal contra nosotros (Jer. 29:11). La teología de muchos traductores los ha llevado a traducir este versículo de modo que se vea como que Dios mismo hizo ciego a este hombre para luego manifestar Su poder. Este tipo de pensamiento tienen aquellos que creen que Dios tiene predestinado todo lo que sucede en la humanidad y él controla todo. Esta doctrina fue introducida al cristianismo por Agustín de Hippona y luego promovida por Lutero y Calvino, pero la “predestinación” de la que habla la Biblia se trata de un plan de Dios que ha sido trazado desde antes de la fundación del mundo y no implica que Dios controle todo lo que le sucede o sucederá a cada persona en todo momento en todo tiempo.

Hechos 10:38 nos dice que Jesús, mientras estuvo en la Tierra, anduvo sanando a todos los oprimidos por el Diablo. No dice que Jesús sanó a gente oprimida por Dios ¡no fue Dios quien causó la ceguera a este hombre! También Juan dice que Jesús vino a deshacer las obras del Diablo:

1 JUAN 3:8 (RV-1960)
|8| El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Dios no es responsable de las enfermedades del mundo, Dios no causa el mal a las personas, el mal entró en el mundo a causa de la desobediencia de Adán:

ROMANOS 5:12 (RV-1960)
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Como podemos ver, la muerte pasó a todos los seres humanos por causa del pecado de un hombre (se refiere a Adán). Él dio el permiso legal al Diablo de entrar en el mundo y transmitir muerte, dolor, enfermedad a toda la humanidad y a todos los otros seres creados (para más información recomiendo que lean el artículo “¿Quién es Jesús y por qué es importante conocerlo?”)

Dios no quiere nuestro mal, no quiere que estemos enfermos, no es causante de las dolencias, males y enfermedades del mundo, sino que es quien perdona, sana y restaura.

SALMOS 57:10-11 (RV-1960)
|10| Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las nubes tu verdad.
|11| Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria.

NOTAS:
1 – Para más información recomiendo revisar el comentario sobre Juan 9 de la Revised English Version, por John Schoenheit.
2 – Si desean ver información extra sobre hina y el subjuntivo y cómo afecta a este versículo, recomiendo leer el comentario sobre Juan 9:3 de la Revised English Version, por John Schoenheit.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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2 comentarios en «El hombre que nació ciego»

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