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LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

Por Pablo Pereyra

En este artículo analizaremos lo que la Biblia nos enseña acerca de las consecuencias que trae el pecado y andar en pecado en el creyente.

VIDA EN LA ERA VENIDERA GARANTIZADA

Primeramente es importante siempre tener en mente que, para el que ha hecho a Jesús su Señor, ningún pecado podrá alejarlo tanto de Dios al punto de perder su salvación para el reino venidero. ¡La entrada en la vida en el reino futuro está asegurada para el creyente!

EFESIOS 1:13-14 (RVA)
|13| En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido,
|14| quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.

En estos versículos Pablo dice que fuimos “sellados” con el espíritu santo que había sido prometido, el “sello” simboliza algo que está garantizado, pero, por si esto no fuera suficiente, el versículo 14 nos dice que el espíritu santo es la garantía de nuestra herencia (ahí en lugar de decir “quien” debería decir “que”). La palabra “herencia” hace referencia a una porción asignada en el reino venidero. Así que, al haber creído en Jesús como Señor recibimos el “sello” del espíritu santo y tenemos la garantía de Dios de que vamos a tener una parte en el reino venidero. No obstante, como ya hemos visto, si andamos en fe y obediencia a Dios, podremos tener recompensas extra.

EL CASTIGO POR LOS PECADOS

El sólo hecho de saber que tendremos vida perpetua en el reino venidero debería motivarnos a querer servir a Dios por mero agradecimiento a lo que ya hizo por nosotros, no obstante, tenemos otros motivadores para hacer Su voluntad. Podríamos decir que las recompensas en el reino venidero son un motivador positivo a querer hacer la voluntad de Dios, pero también hay un motivador negativo, que son los castigos por el pecado.

Si bien la Biblia nos muestra que por el sacrificio de Cristo las consecuencias futuras del pecado fueron anuladas para los que creemos en él como Señor, y que no hay condena de muerte final e ira de Dios para nosotros, esto no significa que nuestros pecados presentes quedarán impunes. Tal como veremos, los pecados presentes tienen consecuencias en el tiempo presente y esto es especialmente cierto para los creyentes cristianos.

ROMANOS 6:1-2 (RVA)
|1| ¿Qué, pues, diremos? ¿Permaneceremos en el pecado para que abunde la gracia?
|2| ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos todavía en él?

En capítulos previos de Romanos Pablo habló de la gracia de Dios por medio de Cristo y de cómo recibimos la vida perpetua en la era futura por medio de la fe en él. Entonces alguien podría sugerir que, puesto que no habrá condena de muerte para los cristianos, entonces podemos vivir en pecado, ya que, de todos modos, la vida perpetua está asegurada. Y si cometemos muchos pecados, entonces, al recibir el perdón en la era venidera, podríamos decir que la gracia de Dios “abunda” en nosotros. Este es el argumento que Pablo va a refutar en este capítulo.

ROMANOS 6:9-11 (RVA)
|9| Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
|10| Porque en cuanto murió, para el pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, vive para Dios.
|11| Así también vosotros, considerad que estáis muertos para el pecado, pero que estáis vivos para Dios en Cristo Jesús.

En principio, lo que dice Pablo aquí es que Jesús murió para el pecado una vez por todas, él nunca pecó, pero murió para pagar por nuestros pecados, murió como sustituto por nosotros. Nosotros merecemos morir y no entrar en el reino a causa de nuestros pecados, pero él con su muerte pagó por nuestros pecados, por eso, lo lógico sería que nos consideremos “muertos” al pecado y vivos para Dios. Si Dios nos ha dado vida perpetua ¿cómo no querer andar según Su voluntad?

ROMANOS 6:12-14 (RVA)
|12| No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcáis a sus malos deseos.
|13| Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado, como instrumentos de injusticia; sino más bien presentaos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
|14| Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, ya que no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Hemos hecho a Jesús nuestro Señor, por lo tanto, tenemos que vivir con él como nuestro rey ¿será lógico querer seguir siendo gobernados por el pecado? ¡No! Por eso Pablo nos alienta a no dejar que el pecado nos gobierne, nos guíe, con sus malos deseos, sino que nos presentemos ante Dios como vivos de entre los muertos. ¡Merecíamos morir y Dios nos dio vida! ¿Qué daría una persona para no morir y poder vivir para siempre? Pero Dios nos regaló la vida, pagando el precio con la muerte de Jesús, así que lo mínimo que podemos hacer en agradecimiento es presentar nuestras vidas como instrumentos de justicia, al servicio de Dios.

ROMANOS 6:15-16 (RVA)
|15| ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
|16| ¿No sabéis que cuando os ofrecéis a alguien para obedecerle como esclavos, sois esclavos del que obedecéis; ya sea del pecado para muerte o de la obediencia para justicia?

Nuevamente Pablo hace la pregunta retórica “¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?” La respuesta es “¡De ninguna manera!” Pero así es como viven muchos cristianos, aceptaron a Jesús como Señor, quizá lo recibieron de corazón y cambiaron algunas cosas de su vida al principio, pero luego continúan sus vidas como cualquier incrédulo, ocupándose de las cosas del mundo, casi sin relación con Dios y sin usar sus dones al servicio de Dios.

Pero cuando una persona le “sirve” al pecado, lo que obtiene es “muerte”.

ROMANOS 6:20-23 (RVA)
|20| Porque cuando erais esclavos del pecado, estabais libres en cuanto a la justicia.
|21| ¿Qué recompensa, pues, teníais entonces por aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
|22| Pero ahora, libres del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis como vuestra recompensa la santificación, y al fin la vida eterna [“vida de la era”].
|23| Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

El versículo 23 ya lo hemos visto varias veces en este estudio. “La paga del pecado es muerte”. Y esto tiene un doble aspecto. Por un lado, ya vimos que lo que merecemos por nuestro pecado es morir y no vivir en la era venidera. Ese precio ya fue pagado por Cristo y no tenemos que preocuparnos. Pero también existe una “paga” presente del pecado, que es “muerte” para el tiempo presente. Veremos que esta “muerte” tiene un sentido amplio, por un lado, un creyente que anda en continuo pecado puede encontrar antes de tiempo su muerte en la era presente; pero, además, el pecado nos hace “morir” en cuanto al fruto y bendiciones que Dios quiere darnos. Un árbol muerto es uno que no da frutos, y un andar de pecado es un andar que no va a producir frutos.

EL FRUTO DEL ESPÍRITU

GÁLATAS 5:16-23 (RVA)
|16| Digo, pues: Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis los malos deseos de la carne.
|17| Porque la carne desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, para que no hagáis lo que quisierais.
|18| Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
|19| Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: fornicación, impureza, desenfreno,
|20| idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos,
|21| envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales os advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
|22| Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
|23| mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley,

“Andar en el Espíritu” significa andar conforme a la guía de nuestro Señor Jesucristo. Los deseos de Dios y nuestro Señor son opuestos a los de nuestra “carne”. La “carne” aquí simboliza todos los malos deseos. No todos nuestros deseos son malos, pero lo cierto es que tenemos muchos impulsos internos que nos llevan a un mal camino. En los versículos 19 al 21 Pablo enumera alguna de las obras pecaminosas que suelen ser el resultado de seguir los deseos carnales. La lista no está completa, porque, obviamente, sería larguísima, pero nos da una idea de qué cosas son contrarias a la voluntad de Dios.

El versículo 21 dice que quienes hacen tales cosas no van a heredar el reino de Dios. Esto no se refiere a los cristianos, sino que los incrédulos que andan así, no van a formar parte del reino. Entonces, si a Dios, que nos dio la vida, le desagradan estas cosas ¿por qué seguir haciéndolas? ¿Acaso no queremos agradar a nuestro Padre por todo lo que hizo por nosotros?

Los versículos 22 y 23 nos dicen también que el fruto del espíritu, o sea, el resultado de tener un andar conforme a la guía del Señor, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. Si andamos conforme a la voluntad de Dios, vamos a crecer en todas estas cosas en nuestras vidas. Pero si andamos en pecado, va a suceder todo lo contrario, vamos a tener menos amor, menos paz, vamos a estar más irritables, amargados, actuar con malicia, perder la fe y la esperanza, vamos a tener más miedo y dudas, incertidumbre e intranquilidad, etc. Esta es la “muerte” de la que hablaba antes, si el árbol está muerto, no puede producir frutos.

El andar conforme a la voluntad de Dios trae frutos espirituales, mientras que el andar en pecado trae muerte, que es la carencia de esos frutos y eventualmente, incluso la enfermedad y muerte física.

JUICIO PRESENTE SOBRE CREYENTES QUE HACEN LO MALO

La Biblia nos muestra que el juicio por los pecados de los incrédulos será hecho por Dios en el futuro, de momento, Dios está siendo paciente, para darles la oportunidad de arrepentirse.

2 PEDRO 3:9 (RVA)
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Los malvados tarde o temprano recibirán su justo castigo, algunos reciben parte de su castigo en el presente, otros parecen vivir el presente sin problemas, pero al final recibirán su castigo. No obstante, para los cristianos la realidad es otra. Nosotros hemos recibido el don de la vida perpetua, Dios no nos castigará por nuestros pecados, pero eso no significa que estamos exentos de Su juicio y de las consecuencias del pecado. Para los cristianos, el juicio por los pecados es en el tiempo presente y las consecuencias por el pecado las recibimos en el tiempo presente, muchas veces con dolores, enfermedades y la muerte.

1 PEDRO 4:12-17 (RVA)
|12| Amados, no os sorprendáis por el fuego que arde entre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña.
|13| Antes bien, gozaos a medida que participáis de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con regocijo.
|14| Cuando sois injuriados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.
|15| Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometerse en asuntos ajenos.
|16| Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; más bien, glorifique a Dios en este nombre.
|17| Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si primero comienza por nosotros, ¿cómo será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

Pedro está hablando a una comunidad de creyentes que estaba siendo perseguida por causa de su fe en el Señor. Pedro les dice que si padecían injustamente eran “bienaventurados”, esto es porque, como vimos, quienes padecen por causa de la voluntad de Dios tendrán mayor recompensa. No obstante, hay quienes padecen por hacer mal las cosas, hay quienes padecen por ser homicidas, ladrones, malhechores, o por entrometerse en asuntos ajenos. Pedro menciona algunas conductas impropias que pueden traer aflicción a una persona y luego dice que “es tiempo que el juicio comience por la casa de Dios”. Esto significa que el juicio de Dios comienza sobre Su “casa” (o sea, Su familia, los cristianos). Por supuesto, Dios no trae enfermedades y daño a nuestras vidas, Su juicio consiste en que no puede darnos las bendiciones y protección que Él tiene para nosotros y, de este modo, sufrimos las consecuencias de nuestras acciones.

Los cristianos estamos recibiendo el juicio de Dios en el tiempo presente. Cuando andamos en fe es justo para Dios llenarnos de bendiciones, cuidarnos, protegernos, darnos sanidad y vigor. Pero si desobedecemos, le impedimos ayudarnos del modo que Él quisiera.

Esto mismo nos señala el apóstol Pablo en su primera carta a los corintios:

1 CORINTIOS 11:17 (RVA)
Pero al encargaros lo siguiente no os alabo; pues no os reunís para lo mejor, sino para lo peor.

¿Qué tan malas tienen que ser las reuniones para que Pablo diga aquí que se reunían para lo peor y no para lo mejor?

1 CORINTIOS 11:18-21 (RVA)
|18| Primeramente, porque cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros disensiones, y en parte lo creo;
|19| porque es preciso que haya entre vosotros hasta partidismos, para que se manifiesten entre vosotros los que son aprobados.
|20| Porque cuando os reunís en uno, eso no es para comer la cena del Señor,
|21| pues cada cual se adelanta a comer su propia cena; y mientras uno tiene hambre, otro se halla embriagado.

En primer lugar, en esta reunión en Corinto había divisiones entre los cristianos. La palabra “preciso” en el 19, es una palabra griega que según el contexto puede traducirse como “preciso, necesario”, pero también como “inevitable”. En este contexto Pablo está diciendo que es inevitable que haya divisiones, cuando hay gente “aprobada” delante de Dios y gente que no, esas divisiones ponen de manifiesto quienes son los que están aprobados, los que realmente están haciendo la voluntad de Dios. Luego Pablo habla de la forma en que comían “la cena del Señor”.

Esta cena era un evento en el que se recordaba el sacrificio de Cristo haciendo una cena juntos. Pero lo que estos creyentes estaban haciendo es que algunos adinerados llevaban buena comida y otros sin dinero no llevaban nada y los de dinero no estaban compartiendo con los otros, cada uno comía “su propia cena”, por lo que unos estaban bien llenos, incluso embriagados, y otros pasaban hambre. Esto era una actitud completamente egoísta que fallaba por completo al deseo de Dios de que haya unidad y comunión entre creyentes.

1 CORINTIOS 11:22-27 (RVA)
|22| ¿Acaso no tenéis casas en donde comer y beber? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? ¡En esto no os alabo!
|23| Porque yo recibí del Señor la enseñanza que también os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan;
|24| y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: “Tomad, comed. Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de mí.”
|25| Asimismo, tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Haced esto todas las veces que la bebáis en memoria de mí.”
|26| Todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que él venga.
|27| De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.

Pablo explica que Jesús en su última cena tomó el pan (UN SOLO PAN) y lo partió diciendo “esto es mi cuerpo”, lo cual significa “esto representa mi cuerpo”. Jesús estaba mostrando la realidad que vendría de que todos los creyentes formaríamos un Cuerpo en Cristo (Ro. 12:4-5; 1 Co. 12:12-31) y que, a través de su sangre derramada, íbamos a comenzar a formar parte del nuevo pacto prometido (Hebreos 9:15; 12:24). Es así que la idea de juntarse a celebrar la “cena del Señor”, no era para cada uno comer por su lado, mientras veían pasar hambre al que no tenía nada, la idea era entender que todos formamos un Cuerpo en Cristo y que tenemos que estar unidos y preocuparnos unos por otros como hermanos en Cristo.

Al juntarse de este modo y actuar egoístamente, ellos estaban “comiendo juicio para sí mismos”.

1 CORINTIOS 11:28-33 (RVA)
|28| Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa.
|29| Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo, juicio come y bebe para sí.
|30| Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen.

La palabra “duermen” en el versículo 30 es un eufemismo para decir que han muerto. Pablo dice que, al actuar erróneamente en esta cena del Señor, sin discernir el cuerpo, estaban comiendo juicio para sí mismos y por eso había entre ellos muchos enfermos, debilitados y muertos, gente que moría antes del tiempo normal de vida.

“Sin discernir el cuerpo” se refiere a no entender que somos un Cuerpo en Cristo y que Dios nos quiere unidos, que a Dios no le gusta el egoísmo, que Dios quiere que nos ayudemos y edifiquemos mutuamente. Por otro lado, Pablo dice que estaban “comiendo juicio para sí mismos”, porque ellos estaban juntándose para recordar los logros de Cristo y estaban actuando de modo contrario a lo que debían. No es que no tuvieran la doctrina correcta, la tenían, pero no la estaban aplicando. Por ejemplo, si yo enseño que robar está mal y luego salgo a robar, con mis palabras me estoy condenando a mí mismo, luego no puedo decir que yo no sabía que robar es algo malo.

Por actuar egoístamente y hacer aquello que sabían que estaba mal, no poniéndose al servicio de otros hermanos, ni teniendo compasión por ellos, se estaban acarreando juicio sobre sí mismos y a causa de esto tenían enfermedades, debilidad y muerte que podría haberse evitado.

1 CORINTIOS 11:31-34 (RVA)
|31| Pero si nos examináramos bien a nosotros mismos, no se nos juzgaría.
|32| Pero siendo juzgados, somos disciplinados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
|33| Así que, hermanos míos, cuando os reunáis para comer, esperaos unos a otros.
|34| Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando llegue.

Pablo aquí dice que, al ser juzgados, o sea, al recibir las consecuencias de los malos actos, los cristianos somos disciplinados. En otras palabras, el hecho de que haya cristianos enfermos, debilitados, o muriendo antes de tiempo nos tiene que dar a la reflexión sobre qué cosas estamos haciendo mal y así cambiar. Nosotros no vamos a ser condenados con el resto del mundo (los incrédulos), pero la realidad es que podemos sufrir las consecuencias de nuestras malas decisiones.

Los cristianos deberíamos ser ejemplo para el mundo. Si hacemos la voluntad de Dios vamos a tener plena salud, Dios nos va a cuidar y vamos a estar llenos de fruto espiritual, además, vamos a formar una comunidad llena de mutuo amor, bendición y poder, esto es lo que el mundo tiene que ver y así desear acercarse a Dios a causa de nuestro testimonio.

NADA MALO PROCEDE DE DIOS

SANTIAGO 1:13-17 (RVA)
|13| Nadie diga cuando sea tentado: “Soy tentado por Dios”; porque Dios no es tentado por el mal, y él no tienta a nadie.
|14| Pero cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propia pasión.
|15| Luego la baja pasión, después de haber concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez llevado a cabo, engendra la muerte.
|16| Mis amados hermanos, no os engañéis:
|17| Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación.

Santiago nos dice que no es Dios quien tienta hacia el pecado, de Él sólo puede salir “toda buena dádiva y todo don perfecto”, de Él sólo puede salir luz y no oscuridad. Nosotros somos seducidos por nuestras propias pasiones, nuestros deseos desmedidos. Todo comienza por un deseo y ese deseo se convierte en pecado y ese pecado engendra muerte. No es malo desear cosas, pero si esas cosas son contrarias a la voluntad de Dios, debemos reprimir esos deseos. También puede pasar que deseemos cosas buenas, pero que nuestro deseo sea tan intenso que terminemos por tomar un camino de pecado para alcanzar lo que deseamos.

De una forma u otra, el pecado se gesta siempre en nuestro interior y luego se convierte en acción, así que, si logramos controlar nuestros deseos, podremos evitar muchos pecados y de este modo evitaremos también la “muerte” que viene con estos pecados.

En capítulos anteriores vimos que cuando Dios haga juicio sobre los malvados, derramará Su ira y los destruirá. Pero con los creyentes es diferente, Dios no envía mal a los creyentes, sin embargo, si actuamos contra Su voluntad, Él no puede darnos todo lo necesario en todas las cosas, porque no sería justo.

Pensemos en una empresa en donde el jefe hace un contrato de trabajo con cada empleado. Si el empleado cumple con su horario y hace bien su trabajo tendrá el sueldo estipulado, es “justo” que reciba ese salario. Pero si el empleado no se presenta al trabajo, o se la pasa holgazaneando, ya no sería justo que reciba el sueldo acordado. El jefe podría tener misericordia y darle algo de dinero para que no muera de hambre, pero no estaría en la obligación de darle su sueldo, e incluso no sería justo para con los otros trabajadores que sí hicieron su parte. Si el empleado no trabaja, su jefe tiene que “juzgar” su situación y no darle su salario completo. Del mismo modo, si nosotros no hacemos la voluntad de Dios, Él juzga la situación y no podrá darnos todos los recursos espirituales que necesitamos, Él tiene que ser Justo. Así como el empleado no va a poder cubrir hacer frente a las necesidades de la vida sin su sueldo, nosotros no podemos hacer frente a nuestras necesidades espirituales sin el suministro de Dios, y el Adversario aprovecha que estamos debilitados y vulnerables para atacarnos con escasez, enfermedad, dolor, e incluso muerte.

Cabe aclarar que con esto no estoy diciendo que toda enfermedad o todo problema en la vida viene por hacer las cosas mal o tomar malas decisiones. Estamos en un mundo corrompido y muchas veces las personas sufren aún sin haber hecho nada malo. Pero cuando sufrimos haciendo el bien, Dios lo ve y nos recompensará por eso. Si sufrimos haciendo el mal, sólo tenemos las consecuencias de nuestros actos y no habrá un premio por esos sufrimientos.

1 JUAN 2:15-17 (RVA)
|15| No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él;
|16| porque todo lo que hay en el mundo—los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida— no proviene del Padre sino del mundo.
|17| Y el mundo está pasando, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Juan nos dice que no amemos “al mundo”, o sea a las cosas que nos ofrecen las personas del mundo que no creen y aman a Dios. Lo que el “mundo” nos va a ofrecer puede satisfacer los deseos de nuestra carne, puede satisfacer los deseos de nuestros ojos, puede llevarnos a ganar fama, honra, prestigio, a darnos motivos para ser soberbios y hacernos ver como que somos mejores que las demás personas, pero no pueden satisfacer nuestras necesidades espirituales y no pueden darnos vida perpetua y recompensa en la era venidera. El mundo y sus deseos “pasan”, se terminan, pero Dios permanece para siempre y Sus recompensas son para esta era y la venidera.

LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

Muchos textos en la Biblia nos hablan de las diferentes consecuencias que trae el andar de pecado y de cómo Dios nos alienta al arrepentimiento y el cambio. Veamos algunos de esos versículos:

PROVERBIOS 13:6 (RVA)
La justicia guarda al íntegro de camino, pero la impiedad arruina al pecador.

PROVERBIOS 13:21 (RVA)
El mal perseguirá a los pecadores, pero el bien recompensará a los justos.

ISAÍAS 1:17-18 (RVA)
|17| Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
|18| “Venid, pues, dice Jehovah; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

MIQUEAS 6:7-8 (RVA)
|7| ¿Aceptará Jehovah millares de carneros o miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
|8| ¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti Jehovah? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.

El pecado no sólo afecta a una persona, a veces también a una nación entera:

PROVERBIOS 14:34 (RVA)
La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es afrenta para los pueblos.

El pueblo de Israel sufrió serias consecuencias cuando las personas se apartaron de Dios.

ISAÍAS 59:2-3 (RVA)
|2| Vuestras iniquidades son las que hacen separación entre vosotros y vuestro Dios. Vuestros pecados han hecho que su rostro se oculte de vosotros para no escuchar.
|3| Porque vuestras manos se han contaminado con sangre, y vuestros dedos con iniquidad. Vuestros labios hablan mentira, y vuestra lengua murmura maldad.

JEREMÍAS 5:23-25 (RVA)
|23| No obstante, este pueblo tiene corazón obstinado y rebelde; se han apartado y se han ido.
|24| No dicen en su corazón: ‘Temamos, pues, a Jehovah nuestro Dios, que da en su tiempo la lluvia temprana y la tardía, y nos guarda los tiempos establecidos para la siega.’
|25| Vuestras iniquidades han desviado estas cosas, y vuestros pecados os han privado del bien.

DANIEL 9:16 (RVA)
Oh Señor, conforme a tu justicia, apártense, por favor, tu ira y tu furor de sobre Jerusalén, tu ciudad, tu santo monte. Porque a causa de nuestros pecados y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo han sido entregados a la afrenta en medio de todos los que nos rodean.

En todos estos versículos podemos ver que los pecados traen consecuencias en lo individual, pero también en lo grupal, una nación cuyos habitantes andan mayormente en pecado y maldad y que permiten la injusticia, va a sufrir las consecuencias de ese mal.

Todo pecado tiene sus consecuencias. Para los incrédulos, la consecuencia final será la destrucción en el Gehena, para los creyentes, las consecuencias se viven en el tiempo presente.

Pero siempre hay esperanza, porque tanto para los individuos, como para las naciones, existe la posibilidad de arrepentirse y cambiar la conducta. Dios está siempre con los brazos abiertos esperando el cambio.

EL PERDÓN DE PECADOS

Jesús se refirió al perdón de Dios en esta parábola:

LUCAS 15:11-32 (RVA)
|11| Dijo además: —Un hombre tenía dos hijos.
|12| El menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.” Y él les repartió los bienes.
|13| No muchos días después, habiendo juntado todo, el hijo menor se fue a una región lejana, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
|14| Cuando lo hubo malgastado todo, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad.
|15| Entonces fue y se llegó a uno de los ciudadanos de aquella región, el cual le envió a su campo para apacentar los cerdos.
|16| Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.
|17| Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
|18| Me levantaré, iré a mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.
|19| Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.’”
|20| Se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y le besó.
|21| El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.”
|22| Pero su padre dijo a sus siervos: “Sacad de inmediato el mejor vestido y vestidle, y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies.
|23| Traed el ternero engordado y matadlo. Comamos y regocijémonos,
|24| porque este mi hijo estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron a regocijarse.
|25| Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando vino, se acercó a la casa y oyó la música y las danzas.
|26| Después de llamar a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
|27| Este le dijo: “Tu hermano ha venido, y tu padre ha mandado matar el ternero engordado, por haberle recibido sano y salvo.”
|28| Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió, pues, su padre y le rogaba que entrase.
|29| Pero respondiendo él dijo a su padre: “He aquí, tantos años te sirvo, y jamás he desobedecido tu mandamiento; y nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos.
|30| Pero cuando vino éste tu hijo que ha consumido tus bienes con prostitutas, has matado para él el ternero engordado.”
|31| Entonces su padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
|32| Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos, porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado.”

Esta parábola nos muestra el deseo de Dios de que la gente se acerque a Él. Dios no está buscando a quien peca para castigarlo, todo lo contrario, Él está esperando que la gente se acerque a Él para perdonarlos, limpiarlos de su pecado y restaurar sus vidas. Dios no quiere darnos vidas mediocres, sino que quiere que disfrutemos de un “banquete” a Su lado, quiere bendecirnos y llenarnos de alegría.

1 JUAN 1:4-10 (RVA)
|4| Estas cosas escribimos nosotros para que nuestro gozo sea completo.
|5| Y éste es el mensaje que hemos oído de parte de él y os anunciamos: Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas.
|6| Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad.
|7| Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
|8| Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
|9| Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
|10| Pero si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Dios no se complace en el pecado, no obstante, Él sabe que somos humanos, somos débiles y vamos a seguir pecando. Andar en la luz no significa jamás pecar, sino que significa que procuramos andar sin pecado, no obstante, vamos a caer y Dios dice que si confesamos nuestro pecado (a Dios) Él es fiel y justo para perdonarnos. Quien dice que no tiene pecado, está mintiendo, nadie puede decir que tiene un andar perfecto, lo dice aquí Juan. Pero una cosa es un creyente que hace la voluntad de Dios y comete pecados y otra cosa distinta es una persona que decide andar en pecado, alejándose de Dios.

Quien se aleja de Dios puede perder sus recompensas, tal como lo vimos antes, y también puede sufrir serias consecuencias en el presente a causa de sus pecados. Si andamos en comunión con Dios, al pecar, si bien vamos a recibir consecuencias, muchas veces al pedir perdón a Dios, Dios extiende Su misericordia y nos protege para que no recibamos todas las consecuencias de ese pecado.

PROVERBIOS 28:13 (RVA)
El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia.

En Salmos leemos:

SALMOS 25:7-9 (RVA)
|7| No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis rebeliones. Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehovah.
|8| Bueno y recto es Jehovah; por eso él enseñará a los pecadores el camino.
|9| Encaminará a los humildes en la justicia y enseñará a los humildes su camino.

SALMOS 103:10-11 (RVA)
|10| No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
|11| Pues como la altura de los cielos sobre la tierra, así ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen.

Cuando amamos y respetamos a Dios, recibimos de Su misericordia, por eso, si bien cada pecado tiene sus consecuencias, Dios está siempre obrando sobre Sus hijos para que no recibamos todas esas consecuencias de esos pecados.

SALMOS 130:3-4 (RVA)
|3| Oh Jehovah, si tienes presente los pecados, ¿quién podrá, oh Señor, mantenerse en pie?
|4| Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.

Si Dios dejara que recibamos todas las consecuencias de nuestros pecados nadie podría mantenerse en pie. ¡Este es el gran amor de Dios! No obstante, como hemos visto, Su gracia y misericordia no debe ser excusa para andar en pecado. La Biblia nos habla una y otra vez de como el pecado arruina la vida de las personas.

MIQUEAS 7:18-19 (RVA)
|18| ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No ha guardado para siempre su enojo, porque él se complace en la misericordia.
|19| Volverá a compadecerse de nosotros. Pisoteará nuestras iniquidades y echará nuestros pecados en las profundidades del mar.

ANDAR EN AMOR

1 PEDRO 4:3-4 (RVA)
|3| Porque ya es suficiente el haber hecho en el tiempo pasado los deseos de los gentiles, habiendo andado en sensualidad, en bajas pasiones, en borracheras, en orgías, en banqueteos y en abominables idolatrías.
|4| A ellos les parece cosa extraña que vosotros ya no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y por eso os ultrajan.

Cuando una persona se acerca a Cristo, comienza un cambio en su conducta, pero aquellos que lo conocieron antes del cambio, les cuesta entender ese cambio, les parece extraño, no entienden cómo es que una persona ya no se deleite en los placeres del pecado que antes compartían y por eso suelen criticar a esa persona, la presionan y buscan desprestigiarla, ellos quieren seguir con sus vidas de pecado y autodestrucción.

1 PEDRO 4:7-8 (RVA)
|7| El fin de todas las cosas se ha acercado. Sed, pues, prudentes y sobrios en la oración.
|8| Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados.

Pedro nos dice que seamos “prudentes y sobrios en la oración”. La palabra “prudentes” en griego es sophroneö, que significa “tener una mente sana, una forma de pensar equilibrada”. La palabra “sobrios” es en griego nephö, que significa “sobrio, auto controlado”, es lo contrario a estar ebrio.

Ser prudentes y sobrios significa que tenemos que adquirir una forma equilibrada de pensar y vivir conforme a nuestra realidad presente y no “escaparnos” de esta realidad como hacen los que se embriagan. Beber alcohol en exceso es una forma de escaparse de la realidad, pero no es la única, las drogas son otra forma, el pasarse muchas horas del día jugando juegos, o viendo televisión, o videos, o pasando horas en las redes sociales, o mirando pornografía, esto por sólo mencionar algunas cosas, hay muchas formas de escaparse de la realidad, pero Dios no quiere que nos escapemos, sino que vivamos nuestra vida de manera sobria y prudente, con equilibrio en lo que hacemos y pensamos y esto se logra con constante oración. Si hay problemas en nuestra vida, en lugar de escaparnos de éstos, tenemos que enfrentarlos, y la mejor forma de comenzar es orando a Dios por Su guía, ayuda y sabiduría.

Luego Pedro dice que tengamos “ferviente amor”. Dios quiere que desarrollemos un amor ferviente, intenso hacia nuestros hermanos en Cristo, que nos dediquemos a ayudarnos y edificarnos mutuamente, y cuando hacemos esto, este amor “cubre una multitud de pecados”.

Muchas de las consecuencias de nuestros pecados se ven frenadas cuando estamos andando en amor.

Y si queremos andar en amor, primero tenemos que entender qué es el amor:

1 JUAN 4:10-12 (RVA)
|10| En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados.
|11| Amados, ya que Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
|12| Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.

Nuestra capacidad de amar como Dios quiere que amemos viene de Dios mismo. En la medida que vamos comprendiendo cuánto nos ama Dios, nuestra capacidad de amar a los demás se va incrementando. En la medida que vamos entendiendo cómo actúa Dios en nuestras vidas, vamos aprendiendo a tratar a otros tal como Dios nos trata a nosotros.

Mientras más amamos, más misericordia de Dios recibimos y en una comunidad de cristianos que andan en amor, la gracia y misericordia de Dios van en constante aumento y Su poder se hace manifiesto continuamente. Por esta causa el Diablo está interesado principalmente en evitar que los cristianos entendamos el amor de Dios y lo apliquemos en nuestras vidas. Al Diablo le interesa distraernos en suplir nuestros deseos carnales, quiere que seamos egoístas, que busquemos nuestro propio bien todo el tiempo y así nos separemos unos de otros, porque sabe que Dios nos quiere unidos, que nos diseñó para ser un Cuerpo en Cristo.

Así que:

Si queremos agradar por completo a nuestro Padre celestial y estar llenos de Su gracia, misericordia, sabiduría y poder, nuestro principal objetivo tiene que ser conocer Su amor en nosotros y aprender a amar a los demás como Él nos ama.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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