¿DÓNDE ESTÁ EL CIELO DE DIOS?
La Biblia nos habla de Dios estando en “los cielos” y también que Él está “arriba”.
Por ejemplo, en Mateo 6:9 Jesús instruyó a orar “Padre nuestro que estás en los cielos…”. Colosenses 3:1 nos dice que busquemos las cosas “de arriba”, donde está Cristo sentado. Hechos 1:2 dice que Jesús fue recibido “arriba”. Y esto por mencionar sólo unos pocos versículos.
Pero ¿dónde es “arriba”? La Tierra es una esfera, así que si estoy en un punto de la Tierra y otra persona está en el lado opuesto, “arriba” para mí sería “abajo” para esa persona y viceversa. El cielo que yo veo está arriba mío, pero el cielo que ve esa persona, está arriba de esa persona y, al mismo tiempo, abajo mío. Si Dios habita en esos cielos ¿no debería más bien decir que está “alrededor”?
¿Cómo se explica todo esto? Tenemos que entender que el mundo espiritual está en un plano diferente al natural, humano. El mundo espiritual puede interactuar con el natural, pero se rige con diferentes leyes, no sabemos realmente cómo funciona, salvo por aquello que Dios nos revela en la Biblia.
No podemos ver al mundo espiritual, no podemos ver a Dios, o a los ángeles, si bien pueden hacerse visibles, en su forma “natural” no podemos verlos, porque pertenecen al mundo de los espíritus. Entonces ¿cómo hace Dios para explicarnos cómo funciona un mundo que no vemos y apenas podemos comprender? ¡Lo hace con figuras!
La altura siempre representa respeto para el ser humano. Si estamos frente a una persona más alta, naturalmente nos transmite mayor fuerza o poder. Si nos ponemos al lado de un monte, nos sentimos una muy pequeña parte de la creación a su lado. Es así que al pensar en Dios “en las alturas”, nos impone ese respeto de entender que Él creó todo y tiene un poder y sabiduría que va más allá de nuestra capacidad de comprensión.
Se dice que Jesús fue recibido “arriba” y está “sentado” a la diestra de Dios. Pero ¿realmente Jesús está sentado? ¡Claro que no! Él está trabajando continuamente. “Sentado a la diestra” es una figura, cuando alguien se sentaba a la derecha de un rey, generalmente es porque era su hombre de confianza, además, la derecha era la mano de bendición en tiempos antiguos.
Entonces, vemos que “arriba” y “sentado” son figuras, y es que Dios eligió también la palabra “cielo” para referirse al plano donde Él habita, pero no se refiere al cielo de nubes que nosotros conocemos, ni tampoco al espacio que hay en la galaxia. El “cielo” donde está Dios es un espacio en el ámbito espiritual.
Hebreos 9:8-12 (RVA)
|8| Con esto el Espíritu Santo daba a entender que todavía no había sido mostrado el camino hacia el lugar santísimo, mientras estuviese en pie la primera parte del tabernáculo.
|9| Esto es una figura para el tiempo presente, según la cual se ofrecían ofrendas y sacrificios que no podían hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que rendía culto.
|10| Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.
|11| Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por medio del más amplio y perfecto tabernáculo no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
|12| entró una vez para siempre en el lugar santísimo, logrando así eterna redención, ya no mediante sangre de machos cabríos ni de becerros, sino mediante su propia sangre.
Hebreos 9:24 (RVA)
Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor.
Aquí vemos que se nos dice que Jesús no entró en el lugar santísimo FIGURA del verdadero, sino en el CIELO mismo.
El templo que Dios mandó a construir tenía una parte externa, donde se hacían los sacrificios y lavamientos, luego un espacio llamado “el lugar santo”, donde sólo podían entrar los sacerdotes levitas; y un “lugar santísimo” o “santo de los santos”, que era un cuadrado en la parte más interna del templo y hacia arriba (descripto en Hebreos 9).
Este lugar era el lugar santísimo, donde estaba el arca del pacto y había dos querubines de oro, era un lugar cúbico cubierto de oro. El oro, por su brillo, era lo más representativo que tenían de la luz de Dios. Este lugar santísimo era representativo del cielo donde está Dios, el lugar de encuentro con Dios, donde hay una luz “inaccesible” o “irreproducible” (1 Tm. 6:16).
Los sacerdotes servían en un templo hecho de manos que era “figura” del verdadero lugar donde habita Dios, que está en un plano espiritual. Ahora bien ¿dónde está este lugar? ¿Está arriba nuestro? ¿Está en otra galaxia?
Hebreos 10:19-22 (RVA)
|19| Así que, hermanos, teniendo plena confianza para entrar al lugar santísimo por la sangre de Jesús,
|20| por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo (es decir, su cuerpo),
|21| y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
|22| acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Si el cielo donde está Dios estuviera en otra galaxia, no podríamos acercarnos a Él, pero aquí en Hebreos se nos dice que podemos entrar al lugar santísimo ¡podemos encontrarnos con Dios! El cielo no está “arriba”, sino que está con nosotros, pero en otro plano, el plano espiritual.
Y ¿cómo accedemos a ese plano? ¡Orando y sirviendo a Dios!
Hebreos 13:16 (RVA)
No os olvidéis de hacer el bien y de compartir lo que tenéis, porque tales sacrificios agradan a Dios.
Hebreos 4:15-16 (RVA)
|15| Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado.
|16| Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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