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¡ELIGE EL BIEN!

Por Pablo Pereyra

Génesis 2:9, 15-17 (RV-1960)
|9| Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

|15| Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
|16| Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
|17| mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Estos versículos de Génesis nos hacen ver que, desde el principio, Dios puso en medio del Edén un árbol “de la ciencia del bien y del mal”. Hay quienes piensan que la capacidad para elegir el mal la trajo el Diablo a la humanidad, pero no es esto lo que dice aquí la Biblia, nos dice claramente que Dios puso ese árbol en medio del jardín.

Por supuesto, sabemos que no hay un árbol cuyo fruto sea “ciencia del bien y del mal”, esto es una figura. Esto representa la capacidad del ser humano de elegir hacer la voluntad de Dios o no.

Proverbios, hablando sobre la sabiduría de Dios, nos dice:

Proverbios 3:18 (RV-1960)
Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen.

Quizá no podamos precisar con total certeza qué era el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal en Génesis, pero la misma Escritura nos da indicios de que tienen que ver con la condición del corazón del ser humano y su capacidad para elegir entre la sabiduría de Dios o un camino diferente, que lo llevaría a conocer lo malo.

Lo que Dios dijo a Adán y Eva: que no coman del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que de él comieran “ciertamente morirían”, es bastante similar a lo que Dios dijo a Su pueblo en Deuteronomio:

Deuteronomio 30:14-18 (RV-1960)
|14| Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
|15| Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;
|16| porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.
|17| Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres,
|18| yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella.

En ambos casos (Génesis y Deuteronomio) Dios les da a elegir entre el bien y el mal, la vida y la muerte. Claro que las condiciones son distintas, pero ¿notan la similitud? Muchos males entraron en el mundo cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, pero, algo que siguió presente en el ser humano fue su capacidad de elegir hacer la voluntad de Dios o no.

Dios se encargó de dar a conocer Su voluntad, pero el Diablo, que se opone a Dios, siempre ha buscado que el ser humano rompa las leyes de Dios, por eso, cada vez que Dios dio leyes, el Diablo intentó que el ser humano rompa esas leyes, porque cuando pecamos, él adquiere autoridad o capacidad para traernos muerte.

1 Corintios 15:56 (RV-1960)
ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

Romanos 7:10-11 (RV-1960)
|10| Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
|11| porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

Estos versículos nos dejan en claro que la muerte llega a nosotros a través del pecado y el pecado tomar fuerza por la ley de Dios ¿por qué? Porque si sabemos cuáles son las leyes de Dios, somo plenamente responsables de cumplirlas. Si no conocemos Sus leyes, igualmente somos culpables de nuestros pecados, pero no con el mismo nivel de conciencia.

Santiago 1:13-15 (RV-1960)
|13| Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
|14| sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
|15| Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

Nadie es tentado de parte de Dios, Dios no tienta a nadie CON EL MAL (lo cual no quiere decir que no nos ponga a prueba). Si bien Dios no tienta a nadie con el mal, tampoco impide que las personas cometan pecados.

Para que exista verdadero amor, tiene que existir capacidad de elegir. Si programo una app para que escriba “te amo” en la pantalla, ese software no me está amando, sólo está haciendo aquello para lo que lo programé. Pero Dios nos ha diseñado para amar, una característica propia de Él mismo, pero ¿cómo podría haber verdadero amor sin la posibilidad de elegir?

Si Jesús dio su vida como parte de un “programa” en su cabeza que era ineludible, entonces no podríamos decir que él nos “amó”. Él pudo elegir sacrificarse o no y eligió morir por nosotros, por eso es que es nuestro mayor ejemplo de amor (Jn. 15:13).

Entonces, considero que el hecho de que tengamos capacidad de elegir, incluso de elegir contra la voluntad de Dios, dañar a otros, dañarnos a nosotros mismos, y que Dios no nos detenga, es una de las mayores muestras de amor de Dios, y también la forma en que nosotros podemos poner a prueba nuestro amor.

Los animales generalmente actúan por “reacción”, si a un perro lo tratan bien, lo más probable es que sea compañero y fiel, si lo maltratan, será agresivo. Raramente un perro devuelva bien por mal o mal por bien. Pero el ser humano es capaz de dar bien por mal y mal por bien. Hay gente que daña a otra sin razón, simplemente porque tiene maldad en su corazón, y genera daño aún a los que jamás le han hecho ningún mal. Pero también están las personas que son capaces de devolver algo bueno a quien le ha hecho daño, buscando que el victimario se arrepienta y cambie su forma de actuar.

Devolver mal por mal y bien por bien es algo bastante característico de los animales. Devolver mal al que hizo bien, es característico del Diablo y sus huestes, que sólo buscan frustrar los planes de Dios, consecuentemente, las personas que se llenan de maldad actúan así. Devolver bien por mal es característico de Dios y los que están con Él, y es la forma en que realmente se evidencia el amor de Dios.

Nuestra elección básica en el andar cristiano es alejarnos del pecado y seguir las instrucciones de Dios, pero la elección más difícil es cuando tenemos que dar bien a quien nos hizo mal o tener alguna clase de padecimiento para poder bendecir a nuestros hermanos, este es el ejemplo que nos dejó el apóstol Pablo:

Colosenses 1:24 (RVA)
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y completo en mi propia carne lo que falta de las tribulaciones de Cristo a favor de su cuerpo, que es la iglesia.

2 Timoteo 1:12 (RVA)
Por esta razón padezco estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quién he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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