12 LECCIONES EN LA HISTORIA DE GEDEÓN
“300” es una película que se hizo muy conocida, en donde 300 espartanos luchan contra un ejército “invencible”, la historia se basa en un episodio de la llamada “batalla de las Termópilas”.
Sin embargo, mucho tiempo antes hubo una batalla que también involucró a 300 hombres, con Gedeón comandándolos. La forma en que se desarrolló esta batalla quizá no es tan atractiva para los productores de cine, pero para nosotros, los cristianos, nos deja un gran mensaje de aliento y varias lecciones que aprender.
El relato pueden encontrarlo en el libro de Jueces, capítulos 6, 7 y 8. Voy a darte una lista de 12 lecciones que podemos tomar de este relato, que, por supuesto, no son todas las lecciones que se pueden extraer, pero espero te sirvan de aliento y reflexión.
1. NO TE APARTES DE DIOS SI QUIERES EVITAR PROBLEMAS
El capítulo 6 comienza diciéndonos que el pueblo de Israel había hecho lo malo ante Dios y por eso el pueblo de Madián los había atacado y sitiado. Los israelitas estaban viviendo en escondites en las montañas y en cuevas, ya que los madianitas y amalequitas les arruinaban las cosechas y no les dejaban tampoco animales que comer.
De haber confiado en Dios, conduciéndose con justicia y no cayendo en idolatría, no habrían llegado a tal estado de opresión.
2. AUNQUE HAYAS HECHO TODO MAL, ARREPIÉNTETE Y ORA A DIOS
Ante tal opresión el pueblo de Israel comenzó a clamar a Dios, Dios entonces envió un profeta que les explicó por qué estaban así: por venerar a otros dioses y no confiar en Dios.
Cuando nos acercamos a Dios de corazón, aún si hemos hecho todo mal y estamos llenos de pecado, Dios va a ayudarnos. Primero nos hará saber qué es lo que hemos hecho mal, nos pedirá que cambiemos nuestras acciones, pero también nos ayudará a salir de las circunstancias adversas.
3. DIOS NO MIRA LO EXTERIOR, MIRA EL CORAZÓN
Después de que el profeta hablara a Israel, un ángel se acercó a Gedeón hablando de parte de Dios, el cual lo envió a pelear contra los madianitas (6:14). Gedeón, preguntó cómo podría él, siendo insignificante, librar al pueblo (6:15). Dios dijo que estaría con él y así derrotaría fácilmente a los madianitas (6:16).
Cuando el ángel se le presenta le dice “Jehová está contigo, valiente guerrero”. Las palabras “valiente guerrero” (en la RVA) desde el texto hebreo se podrían traducir literalmente como “hombre fuerte de valor”. corazón.
Lo interesante es que se nos dice que Gedeón estaba desgranando el trigo para esconderlo de los madianitas. Seguramente no lucía muy fuerte y valiente, pero Dios mira más allá de las circunstancias, sabe lo que hay en nuestro corazón y para Sus trabajos difíciles no elige necesariamente al mejor preparado humanamente, sino al que tiene preparado su corazón.
4. ELIMINA LA IDOLATRÍA
Antes de ir a pelear, lo primero que debía hacer Gedeón era eliminar los ídolos de la casa de su padre, eliminar la idolatría en su familia (5:25-27). Más importante que cualquier habilidad humana, es estar limpios de todo tipo de idolatría.
5. OBEDECE A DIOS, AUNQUE TENGAS MIEDO
Cuando el ángel le dijo a Gedeón que debía derribar los altares de Baal y Asera, Gedeón tenía miedo de las represalias que podría recibir por esto, ya que gran parte del pueblo estaba en idolatría, así que hizo el trabajo de noche (6:27). A veces tenemos miedo de hacer lo que Dios nos pide, lo importante es que ese miedo no nos detenga, que hagamos lo que Dios nos manda. En efecto, el pueblo se enojó contra Gedeón, pero el padre de Gedeón habló astutamente y lo dejaron en paz (6:28-32). Dios siempre provee de las personas y recursos necesarios para protegernos y llevarnos a la victoria.
6. NO TENGAS MIEDO DE TUS PROPIAS DUDAS, PIDE A DIOS QUE TE FORTALEZCA
Aún después de que el ángel se presentara a Gedeón, él todavía tenía dudas, por lo cual pidió a Dios que le confirmara Su palabra a través de una prueba con un vellón puesto a la intemperie. Gedeón puso el vellón en la era (una porción de tierra aplanada) y pidió que el rocío de esa noche mojara el vellón y la tierra quedara seca, y Dios así lo hizo. Luego pidió, una segunda vez, que el vellón quedara seco y la tierra mojada, y así sucedió. (6:36-40). De este modo Dios edificó la fe de Gedeón para que diera su siguiente paso. El proceso de crecimiento en fe es paso a paso, pero si estamos dispuestos a servir a Dios, Dios hará lo necesario para edificar nuestra fe y alejar nuestras dudas.
7. LA GLORIA DEBE SER PARA DIOS
Gedeón había reunido un ejército de 32.000 hombres para ir a luchar contra un ejército que la Biblia nos dice que era en extremo numeroso. Aún así, Dios dijo que esa cantidad era demasiada, que quizá si ganaban la pelea iban a decir que la victoria había venido por sus propias habilidades y cualidades y no por la gracia y poder de Dios, así que Dios quiso reducir ese número, para que fuera evidente que la victoria era de Él (7:1-2).
8. LOS INCRÉDULOS Y COBARDES PUEDEN SER UN OBSTÁCULO
El primer “filtro” que Dios aplicó para reducir al ejército fue la orden de que “quien tema y tiemble, que se vuelva”. 22.000 se volvieron y sólo quedaron 10.000. ¡Más de dos tercios se volvieron!
Esto nos sirve para entender que la incredulidad y la cobardía son un obstáculo para los planes de Dios. Para los planes de Dios “calidad” es mejor que “cantidad” ¿cuánta gente cobarde e incrédula hay a tu alrededor que en lugar de ayudarte a crecer espiritualmente te está frenando?
9. ELIMINA LA IDOLATRÍA
No, ¡no me equivoqué! Repito este punto, porque fue lo que Dios hizo con el resto del ejército. Los hizo ir a tomar agua y dijo a Gedeón que debía apartar a todos los que lamían el agua de rodillas y como un perro. Esta no era una forma normal de tomar agua, sino que era la forma en la que lo hacían la gente que estaba muy acostumbrada al paganismo. De esos 10.000 hombres ¡quedaron sólo 300! (7:4-7).
Esto nos demuestra que pocas personas de fe pueden lograr mucho más que muchas personas fuertes e inteligentes que están llenas de incredulidad e idolatría
10. DIOS CONOCE TUS MIEDOS Y TE AYUDARÁ A SUPERARLOS SI CONFÍAS EN ÉL
Justo antes de ir a la batalla, Dios dijo a Gedeón que, si aún tenía miedo, bajara a escondidas al campamento enemigo para oír lo que hablaban. Gedeón escuchó a un hombre contando un sueño a otro y el otro lo interpretó como que Dios daría la victoria a Gedeón en la Batalla. Esto dio a Gedeón el ánimo y valor que le faltaba y así prosiguió con las instrucciones de Dios (7:8-15).
11. LA MEJOR FORMA DE LUCHAR ES LA OBEDIENCIA A DIOS
Gedeón debía enfrentarse a un ejército enorme sólo con 300 hombres, pero no fue a pelearles frente a frente. Secretamente rodearon al campamento enemigo con teas ardiendo en la mano (que eran madera o resina prendida fuego) dentro de unos cántaros vacíos (probablemente para tapar la luz) y con una corneta o trompeta (eran unos instrumentos hechos con cuerno de algún animal) en la otra. A la orden de Gedeón, ellos rompieron los cántaros, dejando ver las luces de las teas y comenzaron a tocar la corneta o trompeta (7:16-22).
Al verse rodeados y con las luces y el ruido, los enemigos quedaron confundidos, comenzaron a huir y matarse entre ellos. Luego Gedeón llamó a hombres de todos diferentes partes de Israel para perseguir y matar a los que estaban huyendo, principalmente a sus líderes (7:23-25). Pero la victoria sobre la batalla estuvo en una estrategia revelada por Dios en la que las “armas” fueron un cántaro, una tea y una corneta.
No fue el poderío militar, la cantidad de soldados, ni armas avanzadas las que dieron la victoria, sino la sabiduría dada por Dios para hacer lo necesario para obtener la victoria.
12. CALIDAD ES MEJOR QUE CANTIDAD
Lo que Dios mostró que debían hacer era muy temerario, probablemente los otros 31.700 hombres que descartó Dios habrían temido cumplir con las instrucciones de Gedeón, le habrían dicho que estaba loco si pensaba que de esta forma iba a librar al pueblo.
Inicialmente fueron 32.000 personas, menos del 1% cumplieron las condiciones que Dios puso, pero ese 1% tuvo la fe necesaria para obedecer a Dios y el resultado de esa fe y obediencia benefició al otro 99% ¡y a todo el pueblo! Muchas veces una minoría fiel a Dios puede hacer una gran diferencia.
Este pequeño número de valientes, obedientes a Dios, luego inspiró a los demás, que fueron tras el ejército enemigo y juntos obtuvieron la victoria. Los 300 solos no habrían podido tener la victoria completa, pero hicieron lo necesario para debilitar al enemigo e inspirar a los demás de modo que obtuvieran la victoria.
Hoy los cristianos somos una minoría en el mundo, y los que se comprometen al servicio aún menos. Pero nuestra fidelidad a Dios es de gran valor, con ella tendremos recompensa en el reino venidero, pero también, si Dios así lo dispone, podemos ser medios de gran bendición y liberación para los demás.
Filipenses 1:27-28 (RVA)
|27| Solamente procurad que vuestra conducta como ciudadanos sea digna del evangelio de Cristo, de manera que sea que yo vaya a veros o que esté ausente, oiga acerca de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo juntos y unánimes por la fe del evangelio,
|28| y no siendo intimidados de ninguna manera por los adversarios. Para ellos esta fe es indicio de perdición, pero para vosotros es indicio de salvación; y esto procede de Dios.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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