GENTE TÓXICA
Las personas tóxicas…
… dificultan la vida en positivo porque tienen una mentalidad negativa.
… no han alcanzado madurez emocional.
… son egocéntricas hablan mucho de sí mismas, exageran sus logros, minimizan o esconden sus errores.
… son pesimistas, se quejan continuamente.
… se victimizan en lugar de aceptar la responsabilidad de sus hechos e intentar mejorar.
… son personas cuyo ego no les permite aprender de otros.
… no realizan los cambios necesarios para crecer, ya sea porque temen a lo desconocido o porque son perezosas y prefieren la comodidad de la vida que ya conocen.
… envidian a los demás, te quitan la alegría, se muestran como felices, pero son infelices.
Hasta aquí lo que muchos te dirán sobre la «gente tóxica». La pregunta que yo hago no es ¿a cuánta gente tóxica conoces? sino ¿Cuánto grado de toxicidad reconoces en ti?
Eclesiastés 7:20 nos dice que «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.» ¡Todos somos tóxicos! La realidad es que jamás encontrarás a alguien que tenga «toxicidad cero» ¡El único fue Jesús!
No esperes encontrar a alguien que no sea «tóxico» en algún área u otra, porque todos tenemos cosas que mejorar en nuestras vidas. Lo importante es estar cerca de gente que a pesar de esas cosas negativas que pueda tener, sean de bendición y edificación. Si intentamos evitar toda «toxicidad» en los demás, tendríamos que salir del mundo. Sólo evitemos aquello que verdaderamente nos hace daño.
La Biblia también nos dice, en 1 Corintios 15:33, que «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.” El consejo es alejarse de esa «mala compañía» que puede corromper lo bueno que hay en ti. Pero hoy no se trata sólo de la gente que te rodea físicamente, los videos de YouTube, los mensajes en Facebook y WhatsApp, la música que escuchas, las películas o series que veas, los libros que leas, todo eso te está «acompañando» y también pueden corromperte. No sólo hay que alejarse de «gente tóxica», sino también de todo el material «tóxico» que nos llega desde otras fuentes.
Pero más importante aún, alejarnos de lo tóxico sólo nos ayudará a no contaminarnos nosotros, pero ¿Cómo contribuimos a disminuir la toxicidad del mundo? La única forma es presentando a los demás a Aquél que limpia los corazones.
¡Seamos la clase de personas que no sólo no contaminan a los demás, sino que los ayudan a limpiarse de la corrupción de este mundo! Quizá no podamos ser perfectos, pero podemos contribuir a que haya menos «contaminación» espiritual y emocional.
JUAN 15:2-5 (RVA)
|2| Toda rama que en mí no está llevando fruto, la quita; y toda rama que está llevando fruto, la limpia para que lleve más fruto.
|3| Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
|4| “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como la rama no puede llevar fruto por sí sola, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
|5| Yo soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero separados de mí, nada podéis hacer.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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