La verdad os hará libres»
Juan 8:32 es un versículo muy citado, incluso por gente que no cree en Dios, allí Jesús dijo “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. De aquí la mayoría deduce que el conocimiento de la verdad da libertad a una persona, pero, ¿de qué verdad nos está hablando? Y ¿De qué tipo de libertad nos está hablando?
El problema es no tener en cuenta el contexto.
JUAN 8:32-36 (RVA)
|32| y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
|33| Le respondieron: —Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Llegaréis a ser libres”?
|34| Jesús les respondió: —De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado.
|35| El esclavo no permanece en la casa para siempre; el Hijo sí queda para siempre.
|36| Así que, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres.
Algunos judíos que estaban escuchando a Jesús no entendieron sus palabras, ellos pensaban que ya eran “libres”, pero Jesús dice que sólo si él da la libertad alguien puede ser verdaderamente libre.
Pero la clave sobre qué tipo de libertad hablaba Jesús está en el versículo 35. Él dice que el esclavo no permanece en la casa para siempre. Es así que, la libertad de la que habla Jesús es la libertad de la muerte y destrucción final.
En Romanos 8:21 el apóstol Pablo dice que, por la fe en Jesús fuimos librados de la esclavitud de la corrupción, y en el 6:6 nos dice que nos liberó de la esclavitud del pecado. Entonces, ya sabemos a qué tipo de libertad ser refería Jesús.
Ahora bien, él dijo que la verdad los haría libres y luego dice que sólo si él los libraba serían verdaderamente libres ¿se contradijo Jesús aquí? ¿Podría alguien conocer la verdad y aun así no ser librado por Jesús?
Nuevamente, si queremos aclarar las cosas, necesitamos leer el contexto, en este caso, el versículo anterior:
JUAN 8:31-32
|31| Por tanto, Jesús decía a los judíos que habían creído en él: —Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
|32| y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Jesús habla de permanecer en su palabra y así ser sus verdaderos discípulos. Ser “discípulos” implica disciplina, no se puede ser discípulo sin disciplina. Así que, Jesús nos muestra que el requisito previo para conocer la verdad de la que él habla es ser sus discípulos y permanecer en su palabra (o sea, cumplirla).
Unos versículos más adelante, en el 51, Jesús dice: “…si alguno guarda mi palabra, nunca verá la muerte para siempre.” Y en Juan 14:6 dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Cuando unimos todos los puntos, la instrucción se hace clara. La “verdad” que tenemos que conocer es a Jesús mismo, es conocerlo a él, conocer la justificación y salvación que Dios nos dio a través de Cristo y ser seguidores y discípulos de Jesús, el cual nos conecta en una relación con Dios. Sólo así podemos ser libres de la corrupción y la muerte que hay en nosotros.
Este cuerpo va a morir, la salvación completa es para el futuro, no obstante, en la medida que seguimos a Jesús, vamos conociendo y comprendiendo más la verdad y eso nos da mayor plenitud de vida para el tiempo presente. Pero ser discípulo de Jesús no es sólo leer la Biblia y orar, es un estilo de vida.
HEBREOS 12:5-14 (RVA)
|5| ¿Y habéis ya olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos? Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor ni desmayes cuando seas reprendido por él.
|6| Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo.
|7| Permaneced bajo la disciplina; Dios os está tratando como a hijos. Porque, ¿qué hijo es aquel a quien su padre no disciplina?
|8| Pero si estáis sin la disciplina de la cual todos han sido participantes, entonces sois ilegítimos, y no hijos.
|9| Además, teníamos a nuestros padres carnales que nos disciplinaban y les respetábamos. ¿No obedeceremos con mayor razón al Padre de los espíritus, y viviremos?
|10| Ellos nos disciplinaban por pocos días como a ellos les parecía, mientras que él nos disciplina para bien, a fin de que participemos de su santidad.
|11| Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.
|12| Por lo tanto, fortaleced las manos debilitadas y las rodillas paralizadas;
|13| y enderezad para vuestros pies los caminos torcidos, para que el cojo no sea desviado, sino más bien sanado.
|14| Procurad la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor.
En el versículo 6 la palabra “castiga” es mastigoö, que literalmente se traduce como “azotar”. Es difícil pensar en Dios “azotando” a alguien. Pero, entendamos que Dios es espíritu, no se puede ver o percibir con los sentidos, así que ha usado figuras de cosas que conocemos para que entendamos algo de Su forma de actuar. La gente en aquel tiempo daba golpes (no brutales) a sus hijos para corregirlos y Dios usa esa misma costumbre para darnos a conocer Su forma de actuar.
Si Dios nos librara de todos los problemas que causamos con nuestras malas decisiones, entonces seríamos como niños malcriados, egoístas, a quien no le importa hacer daño a los demás para obtener su propio beneficio. Pero Dios deja que suframos consecuencias por nuestros actos, y muchas veces, no da su liberación de inmediato, porque quiere disciplinarnos, quiere que crezcamos y que busquemos la santidad en nuestras vidas, quiere que enderecemos nuestro camino para que seamos sanados.
Vemos que la verdad por sí sola no nos hace libres, tenemos que creer y practicar esa verdad. Conocer la verdad es conocer y seguir al Señor Jesús, e implica un camino de vida en el que Dios nos va disciplinando para ser personas rectas y justas, que guardan Su Palabra y tienen a Dios como prioridad en sus vidas.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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