El lago de fuego no es un lugar de tortura eterna
Muchos cristianos creen que los incrédulos serán castigados con una tortura eterna en el infierno, pero esta idea no proviene de la Biblia.
En las versiones de la Biblia al español, la palabra “infierno” es la traducción de una de tres palabras griegas: hades, que se refiere al estado mismo de la muerte; otra es Gehenna, que era el nombre de un valle donde se quemaba basura; y tartaroö, que es una prisión para ciertos espíritus malignos. Ninguna de estas tres palabras griegas describe un lugar de castigo eterno. Además, la Biblia menciona al lago de fuego, que es donde serán echados los espíritus malignos y los incrédulos, pero allí serán finalmente destruidos, no es un lugar de tortura eterna.
La idea de un lugar de tortura eterna viene de las antiguas creencias paganas, no de la Biblia. Hay un solo versículo que parecería decir que existe un castigo perpetuo, pero si prestamos atención a unos detalles, veremos que ha sido malinterpretado.
Apocalipsis 20:10 (RVA)
Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Aquí se dice que el diablo, la bestia y el falso profeta serán arrojados al lago de fuego y azufre y serán atormentados “por los siglos de los siglos”. Más adelante se nos dice que en este lago de fuego serán arrojados los incrédulos y también la muerte y el hades y que ésta es la “muerte segunda” (20:14). Si el lago de fuego es una muerte segunda, entonces no habrá vida perpetua allí, nadie será castigado perpetuamente. Por otro lado, la muerte y el hades no son personas, ni espíritus, son conceptos, pero al decir que serán echados allí, se simboliza la final destrucción de la muerte misma, cuando todo termine, nadie más va a morir.
Algunos creen que “por los siglos de los siglos” significa “eternamente”, pero esto no es verdad. La expresión, traducida más literalmente, sería “por las eras de las eras” y se refiere a un largo período de tiempo, que no se puede contar. Piensen que los romanos no tenían numerales tan grandes como los que tenemos ahora, en el orden de millones, si se quería expresar un número muy grande, se usaban expresiones simbólicas.
Además, también hay que tener en cuenta que, incluso hasta el presente, muchas veces usamos la palabra “eternidad” para referirnos a un período de tiempo largo en relación a lo normal. Por ejemplo, si tuvimos que esperar dos horas que nos atiendan en un negocio, quizá digamos que estuvimos esperando “una eternidad”, cuando, en realidad, sólo estuvimos esperando dos horas.
Con esto podemos entender que la expresión “por los siglos de los siglos” es simbólica de largo tiempo, pero no se refiere a una eternidad (al menos en este contexto). No puede referirse a una eternidad, porque el mismo contexto nos dice que el lago de fuego es “la muerte segunda”, no es una vida perpetua de tortura, sino muerte.
Por otro lado, es importante notar que no dice que todos los incrédulos estarán por los siglos de los siglos en el lago de fuego, que sólo se dice que el diablo, la bestia y el falso profeta serán atormentados “por los siglos de los siglos”, no las personas. En otras palabras, aún si la expresión tuviera que ver con perpetuidad, se aplicaría sólo a estos tres y no a todos los que son lanzados en ese lago.
Es fácil deducir que este lago no es un castigo físico, que no es fuego y azufre literal, ya que el fuego pertenece al plano físico y los espíritus no son afectados por éste. Así que el “fuego y azufre” más bien son simbólicos. La palabra griega para fuego es pur, de donde derivan las palabras “puro” y “purificar”. El fuego era tenido como simbólico de purificación, porque quema todo lo malo. Así que el lago de fuego es un lugar donde habrá un castigo (que no sabemos exactamente en qué consiste) luego del cual los castigados serán completamente destruidos.
Romanos 2:5 nos dice lo siguiente:
Romanos 2:5 (RVA)
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, acumulas sobre ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.
Como podemos ver, la ira de Dios es acumulativa, a mayor mal hace una persona, mayor ira o castigo recibirá (a menos que se arrepienta y acepta a Jesús como Señor). Siendo así, lógicamente, el castigo para una persona que pasó su vida como atea, pero sin hacer ningún daño severo a la humanidad, no va a recibir el mismo castigo que un asesino serial, o que un genocida.
El Diablo es el primer asesino y responsable de incontables muertes y daños atroces a lo largo de toda la historia, por lo cual es lógico que su castigo sea mayor al del resto de personas y espíritus. Por lo tanto, el castigo para él será “por los siglos de los siglos”, o sea, muy largo, porque arruinó incontables vidas. Pero, lógicamente, no sería justo que nadie reciba un castigo “eterno”, porque nadie ha estado haciendo mal desde la eternidad.
Cada castigo será proporcional al daño que cada uno haya hecho, la idea de un lugar de tortura eterna para los incrédulos es totalmente antibíblica, no sólo no tiene sustento en las Escrituras, sino que va totalmente en contra de la justicia y el amor de Dios.
Si quieres ver un estudio donde analizo más en detalle al lago de fuego y los diferentes castigos que la Biblia menciona para los incrédulos, puedes ver mi artículo «Castigo de Dios para los incrédulos»
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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