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EL HABLAR EN LENGUAS Y EL OLOR DEL JAZMÍN

Por Pablo Pereyra

¿Has olido un jazmín? ¿Podrías describir su olor? ¿Crees que si jamás lo hubieras olido podrías saber realmente cómo es su aroma?

Supongamos que te encuentras con alguien que jamás olió un jazmín, intentas explicarle cómo es ese aroma, podrías describirlo como un aroma “floral, dulce, cálido, etc.”, pero no puedes pasarla la experiencia real a esa persona, sólo darle una descripción de tu percepción de ese aroma.

Ahora supongamos que alguien más le dice a esa persona “no es cierto”, el jazmín huele feo, huele a podrido, olerlo podría hacerte daño, además, jamás podrás oler un jazmín, porque se extinguieron hace 1000 años. Luego tú le dices “tengo una planta de jazmín en mi casa, lo huelo todos los días, en un aroma precioso”. Y esta otra persona replica: “no puede ser, seguramente es un jazmín falso, los de verdad ya no existen”.

Nadie podrá convencerte a ti de que el jazmín que tienes en tu casa no es real, o que huele feo, porque lo estás viendo y oliendo continuamente, ya lo has experimentado lo suficiente. Pero el que jamás lo ha visto, tocado, ni olido, sólo tiene tu palabra y la de la otra persona, tiene que decidir a quién creerle y, si decide mal, quizá jamás llegue a oler el aroma del jazmín en toda su vida.

¡Esto mismo sucede con el hablar en lenguas! Muchas personas hoy, incluyendo gran parte del cristianismo, jamás ha hablado en lenguas y, lo que es aún peor, niegan que se pueda hacer, piensan que fue algo del pasado, o que los que hablan en lenguas hablan lenguas falsas y que podrían ser “dañinas”.

Yo hablo en lenguas desde que tengo 12 años y no creo recordar un día en mi vida, en mucho tiempo, que no haya hablado en lenguas a lo largo del día y experimento constantemente los beneficios espirituales que esto trae. ¿Podría alguien convencerme de que no se puede hablar en lenguas, que lo que hago es falso, no tiene beneficio o está “extinto”? ¡Claro que no! ¡Sólo puedes convencer que el jazmín tiene un olor putrefacto a quien jamás lo ha olido!

Ya escribí sobre el hablar en lenguas, no voy a hacer una exposición en esta reflexión, pero, si lees 1 Corintios 14, verás que el que habla en lenguas no entiende lo que dice (así que no se trata de aprender un idioma extranjero); habla a Dios “misterios” (sin entender lo que está hablando); ora en espíritu, y “se edifica a sí mismo”. Otros pasajes nos dicen que al hablar en lenguas oramos por necesidades propias y de la Iglesia sobre las que quizá ni siquiera tenemos conocimiento, y también nos edificamos en la fe. Además, Pablo dice que quisiera que TODOS hablen en lenguas (1 Co. 14:5) y que nadie debería impedir a otros el hablar en lenguas (1 Co 14:39).

Es así que quien impide a otros hablar en lenguas, está oponiéndose a la voluntad de Dios. Entonces ¿a quién le vamos a creer? ¿A los que olieron el jazmín o a los que niegan su existencia? ¿Le creemos a la Biblia, que nos dice que Dios quiere que todos hablen en lenguas o a las personas que no quieren que nadie hable en lenguas?

Hablar en lenguas es una forma completa de orar que nos dio Dios por medio de nuestro Señor Jesús, todo el que aceptó a Jesús como Señor puede hacerlo, es una herramienta que Dios nos ha dado y depende de nosotros comenzar a usarla o no. Al hablar en lenguas te edificarás en tu fe, edificarás a tus hermanos, estarás combatiendo en la lucha espiritual, al hacerlo continuamente sentirás que se potencian tus dones espirituales y tu entendimiento de Dios.

Lo único que tienes que hacer es comenzar a pronunciar palabras que no conozcas, una atrás de otra, con la fe puesta en que Dios estará operando Su poder en el momento que comiences a hablar. Al principio pueden ser dos o tres palabras, puede que titubees, que te sientas raro/a o incómodo/a, lo cual es normal, todo lo que hacemos por primera vez se siente extraño, especialmente esto que es algo espiritual.

Confía en Dios, Jesús dijo que Dios jamás daría piedra por pan, pon tus acciones en Sus manos y Él no te dejará caer en un error, pídele fe y confianza si te falta. ¡Y comienza a hablar! Hay personas que dicen que lo intentaron y no pudieron, pero lo que sucedió, en realidad, es que no comenzaron a hablar. Si no dijiste la primera sílaba, es porque no lo intentaste. ¡Hazlo! ¡Sentirás ese precioso “aroma” de comenzar a manifestar esta perfecta forma de orar que Dios nos ha dado!

Deja que los incrédulos sigan en su incredulidad, denigrando lo que nunca han experimentado, muchos creyentes hoy tienen el “jazmín” en sus hogares y pueden testificarte sobre lo grato que es sentir su aroma cada día.

En tiempos de gran dificultad, es cuando más necesitamos de esta preciosa y poderosa oración a nuestro Padre.

Si quieres saber más sobre qué es hablar en lenguas y cómo comenzar a hacerlo, te recomiendo leas mi artículo ¿Qué es hablar en lenguas?

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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