Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
categorías

MARTA Y MARÍA

Por Pablo Pereyra

LUCAS 10:38-42 (RVA)
|38| Prosiguiendo ellos su camino, él entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
|39| Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual se sentó a los pies del Señor y escuchaba su palabra.
|40| Pero Marta estaba preocupada con muchos quehaceres, y acercándose dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado servir sola? Dile, pues, que me ayude.
|41| Pero respondiendo el Señor le dijo: —Marta, Marta, te afanas y te preocupas por muchas cosas.
|42| Pero una sola cosa es necesaria. Pues María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Aquí vemos que estas dos hermanas habían recibido en su casa a Jesús. María se había sentado a oír a Jesús, mientras que Marta estaba preocupada por servirle. Marta interrumpe a Jesús, porque ella pensaba que María estaba haciendo mal, ¡debía servir al Señor junto con ella! Sin embargo, evidentemente Jesús había comenzado a hablar sobre el evangelio y el mensaje de Jesús la absorbió. En lugar de reprochar a María, Jesús corrigió a Marta. En ningún momento dijo que Marta tuviera mal corazón, o que hacía mal en servir, sino que su problema estaba en preocuparse por muchas cosas y no dar prioridad al mensaje que Jesús le traía.

María aquí estaba haciendo algo que en aquellos tiempos estaba prohibido para la mayoría de las mujeres: ¡estaba aprendiendo la Palabra de Dios! Muy pocas mujeres tenían acceso a una buena educación en aquellos tiempos, a la mayoría sólo se las educaba para hacer las tareas domésticas, criar a los hijos y servir a sus maridos. Marta estaba haciendo aquello para lo cual fue educada, que era servir, mientras que María se había sentado a escuchar la enseñanza de Jesús y Jesús no sólo no la reprocha por no estar sirviéndole ¡sino que corrige a Marta!

Es interesante que en el versículo 41 la palabra “afanas” es la palabra griega merimnaö, que significa “estar ansioso”, es tener una ansiedad excesiva, que distrae de lo importante. Por otro lado, la palabra “preocupas” es en griego thorubazö, que se usa sólo acá en toda la Biblia, e implica un disturbio en la mente. Un derivado de esta palabra se usa para describir los disturbios generados cuando una multitud hace mucho ruido y griterío. Es como si todos los quehaceres y responsabilidades le estuvieran gritando constantemente en la cabeza a Marta, y eso no la dejaba oír lo verdaderamente importante. Quizá también la presión social y cultural estaban obstruyendo a Marta, su voz interna estaría diciéndole: “recuerda que las mujeres sólo deben servir en los quehaceres domésticos”, por otro lado, María se estaba rebelando (de un modo sano) contra los estándares culturales.

Esto no significa que el servicio de Marta estuviera mal, sino que, en ese momento, había algo más importante que hacer y María había escogido esa buena parte. Sin embargo, vemos que Marta aprendió la lección:

JUAN 11:17, 20-22 (RVA)
|17| Cuando llegó Jesús, halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.

|20| Entonces cuando oyó que Jesús venía, Marta salió a encontrarle, pero María se quedó sentada en casa.
|21| Marta dijo a Jesús: —Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
|22| Pero ahora también sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.

En este caso, vemos que Marta salió a recibir al Señor, cuando él venía para visitar a Lázaro, que había muerto. No sabemos por qué María se quedó en casa, pero podemos imaginar que ella estaba muy desanimada por la muerte del hermano, Marta fue más fuerte y salió a recibir a Jesús, e incluso demostró tener fe para que su hermano resucitara.

Después de la resurrección de Lázaro leemos:

JUAN 12:2-3 (RVA)
|2| Le hicieron allí una cena. Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
|3| Entonces María, habiendo traído una libra de perfume de nardo puro de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los limpió con sus cabellos. Y la casa se llenó con el olor del perfume.

Aquí vemos nuevamente a Marta sirviendo a Jesús y María derramando perfume en sus pies. Pero en este caso, Marta no reprochó la acción de María, ni tampoco Jesús dijo que hiciera mal en servir. Cada una había asumido su rol y, evidentemente, Marta ya no tenía ese griterío en la cabeza que la distraía de poder dar y recibir igualmente del Señor.

Lo que podemos ver con esta historia es que no necesariamente está mal que una mujer se dedique a los quehaceres del hogar, ni tampoco está mal que una mujer intente educarse para servir en una congregación de cristianos. Cada persona tiene su rol, su función dentro del Cuerpo de Cristo y cada llamado de Dios es único y personal. Se puede edificar al Cuerpo enseñando las Escrituras, y se lo puede edificar sirviendo un plato de comida, se puede edificar a los hermanos con la prédica, con música, con bienes materiales, con pasar tiempo con ellos, con interesarnos y cuidar de otros, hay miles de formas diferentes de bendecir y edificar a otros cristianos y debe ser Dios quien dirija nuestros pasos hacia el servicio.

Debe quedar que la Biblia nos muestra que la mujer tiene igual valor espiritual que el hombre y puede cumplir cualquier rol o función conforme Dios la envíe y capacite. En Cristo todos somos un Cuerpo y lo que debe importarnos no es el sexo, color de piel, ojos, condición social o cultural de los otros hermanos, sino que debemos intentar conectarnos en Cristo, amándonos con el amor de Dios y esforzándonos por mantener la unidad de todo el Cuerpo, cada uno dentro la función a la que Dios nos llama.

EFESIOS 4:16 (RVA)
De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todas las coyunturas, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros, para ir edificándose en amor.

COLOSENSES 3:11-17 (RVA)
|11| Aquí no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es todo y en todos.
|12| Por tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, vestíos de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia,
|13| soportándoos los unos a los otros y perdonándoos los unos a los otros, cuando alguien tenga queja del otro. De la manera que el Señor os perdonó, así también hacedlo vosotros.
|14| Pero sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
|15| Y la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones, pues a ella fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
|16| La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros, enseñándoos y amonestándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando con gracia a Dios en vuestros corazones.
|17| Y todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

¡Eliminemos la confusión y desorden en nuestra mente! No dejemos que nuestra educación, nuestro entorno, la sociedad o la moda nos ensordezcan con sus gritos sobre qué podemos o debemos hacer y qué no. ¡Escuchemos la voz de Dios y hagamos lo que Él nos llama a hacer!

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

Si esta publicación te bendijo, por favor ayúdame orando por mi servicio a Dios, compartiéndo esta página con tus amigos y seres queridos y dándole tu «me gusta» a la página de Facebook de «En Honor a Su Verdad»

Ante cualquier duda o consulta, puedes contactarte conmigo por e-mail a [email protected] o por mensaje privado en mi Facebook personal

Si este sitio te es de bendición, me ayudarías mucho haciendo una donación para poder seguir otorgando material de calidad y llegar a más personas en todo el mundo.

Donaciones

2 comentarios en «Marta y María»

  1. Dios bendiga a esta hermosa página “en honor a su verdad ”por estos hermosas enseñanzas de la palabra de Dios gracias queridos hermanos, muchas bendiciones para uds.

    Responder

Deja un comentario