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Más preciosa que el oro

Por Pablo Pereyra

En todo tiempo el ser humano ha tenido el deseo de acumular bienes materiales y el oro ha sido un representativo de riqueza. Sin embargo, las Escrituras nos muestran que hay cosas más valiosas que el oro y que son las que deberíamos procurar buscar por encima de todo otro bien.

SALMOS 19:7-11 (RVA)
|7| La ley de Jehovah es perfecta; restaura el alma. El testimonio de Jehovah es fiel; hace sabio al ingenuo.
|8| Los preceptos de Jehovah son rectos; alegran el corazón. El mandamiento de Jehovah es puro; alumbra los ojos.
|9| El temor de Jehovah es limpio; permanece para siempre. Los juicios de Jehovah son verdad; son todos justos.
|10| Son más deseables que el oro, más que mucho oro fino. Son más dulces que la miel que destila del panal.
|11| Además, con ellos es amonestado tu siervo; en guardarlos hay grande galardón.

A veces es fácil decir que ciertos valores espirituales son más valiosos que el oro o los bienes materiales, especialmente entre los que no lo tienen. Alguien que jamás tuvo riquezas quizá pueda decir que sus valores espirituales son más valiosos que el oro y así justificarse de no buscar el bienestar material. Pero aquí quien escribe es David, alguien que fue rey de Israel y estuvo lleno de riquezas. Él tuvo ambas cosas: las riquezas y el amor y respeto por Dios, él pudo disfrutar de un buen pasar económico, pero valoró más su relación con Dios que los deleites que le ofrecían sus riquezas.

David no dijo que tener oro y riquezas era malo, pero él tenía bien en claro que la ley de Dios, Su testimonio, Sus preceptos, Sus mandamientos, la relación con Él, y Sus juicios, eran más deseables que mucho oro y de la mejor calidad y que en guardarlos había gran galardón, él sabía que tendría una recompensa mucho mayor que todas las riquezas que poseía si andaba conforme a la voluntad de Dios.

David también dijo esto:

SALMOS 119:72-73 (RVA)
|72| Mejor me es la ley que procede de tu boca que miles de piezas de oro y plata.
|73| Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, para que yo aprenda tus mandamientos.

David realmente valoraba la ley de Dios y por eso pedía a Dios que le haga entender Sus mandamientos. Él no sólo quería conocer esos mandamientos, quería entenderlos, no alcanza que tengamos una Biblia en nuestra casa y la leamos de vez en cuando, necesitamos entender los mandamientos de Dios, entender Su Palabra y así desarrollar una relación con Dios.

En el libro de Proverbios leemos lo siguiente:

PROVERBIOS 3:13-18 (RVA)
|13| Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el que obtiene entendimiento;
|14| porque su provecho es mayor que el de la plata, y su resultado es mejor que el oro fino.
|15| Es más valiosa que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella.
|16| Abundancia de días hay en su mano derecha; y en su izquierda, riquezas y honra.
|17| Sus caminos son caminos agradables, y en todas sus sendas hay paz.
|18| Es árbol de vida a los que de ella echan mano; bienaventurados los que la retienen.

Aquí se nos habla del valor de la sabiduría, pero no cualquier sabiduría, sino la sabiduría que proviene de Dios y de tener un andar con Dios. Proverbios 1:7 nos dice que el principio de la sabiduría en es “temor de Jehová”. Así que esta sabiduría de la que habla proverbios no es sabiduría sobre algún asunto humano, sino la sabiduría sobre los asuntos de Dios, y el principio de esta sabiduría es respetar y honrar a Dios. Sin respeto por Dios no podemos siquiera acceder a la puerta de entrada de esta sabiduría.

Y lo que nos dice aquí Proverbios es que el provecho de esta sabiduría supera al provecho que pueda traer el oro y la plata o toda riqueza material. Con sabiduría de Dios obtenemos abundancia de días y también con ella podemos acceder a la riqueza y honra, si Dios así lo desea para nuestras vidas y esta sabiduría es “árbol de vida”, quiere decir que nos da la capacidad de vivir con una mejor calidad de vida, con más vitalidad, además de que es la que nos da acceso a la vida perpetua en la era futura.

PROVERBIOS 8:10-11 (RVA)
|10| Recibid mi corrección antes que la plata, y el conocimiento antes que el oro escogido.
|11| Porque la sabiduría es mejor que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella.

PROVERBIOS 16:16-19 (RVA)
|16| Es mejor adquirir sabiduría que oro fino, y adquirir inteligencia vale más que la plata.
|17| La vía de los rectos es apartarse del mal, y el que guarda su camino guarda su vida.
|18| Antes de la quiebra está el orgullo; y antes de la caída, la altivez de espíritu.
|19| Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir botín con los soberbios.

Muchas veces detrás de las riquezas desmedidas hay orgullo y soberbia, pero lo que Dios quiere de nosotros es que nos apartemos del mal, que no nos volvamos altivos y soberbios, ante Dios es mejor humillarnos junto con los humildes que repartir riquezas con los soberbios. Como dije antes, no es que tener riquezas esté mal, pero ésta no debe ser nuestro primer objetivo en la vida, hacer la voluntad de Dios tiene que ser nuestra prioridad, y si en el camino de hacer la voluntad de Dios obtenemos riqueza ¡bien! Pero no deberíamos jamás ir contra de la voluntad de Dios tan sólo para obtener ciertos placeres de este mundo.

MATEO 19:16-24 (RVA)
|16| He aquí vino uno a él y le dijo: —Maestro, ¿qué cosa buena haré para tener la vida eterna?
|17| El le dijo: —¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Hay uno solo que es bueno. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
|18| Le dijo: —¿Cuáles? Jesús respondió: —No cometerás homicidio, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio,
|19| honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
|20| El joven le dijo: —Todo esto he guardado. ¿Qué más me falta?
|21| Le dijo Jesús: —Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo. Y ven; sígueme.
|22| Pero cuando el joven oyó la palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
|23| Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —De cierto os digo, que difícilmente entrará el rico en el reino de los cielos.
|24| Otra vez os digo que le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.

Este joven vino preguntando a Jesús cómo hacer para tener vida eterna (el texto más correctamente leería “vida de la era”). Para poder tener vida en la era futura, Jesús le dijo que debía guardar los mandamientos. Esto seguramente alegró al hombre, porque esto ya lo venía haciendo desde pequeño. Sin embargo, luego Jesús le dijo que debía vender sus bienes y darlo a los pobres y seguirlo, y tendría tesoro en el cielo, pero el joven se entristeció y no estuvo dispuesto a cumplir el pedido de Jesús, porque tenía muchas posesiones. Jesús luego aprovechó para referir una metáfora exagerada señalando qué difícil es que un rico entre en el reino de Dios, usando la figura del camello en el ojo de la aguja.

Notemos que esto que dijo Jesús a este hombre no fue una instrucción general para todo el que es rico. Jesús no le anduvo diciendo a todos los ricos que vendan sus bienes, pero en este joven es evidente que sus riquezas le eran un obstáculo. Jesús puso a prueba su corazón, para saber si él amaba más a Dios o a las riquezas. Él amaba a Dios al punto de seguir los mandamientos antes mencionados por Jesús, pero el primer mandamiento, el más importante, era amar a Dios por sobre todas las cosas, y aquí este hombre demostró que él amaba a sus posesiones por encima de Dios.

Si de obras se trata, es muy difícil que un rico entre en el reino de Dios, porque difícilmente pongan a Dios por encima de sus riquezas. No obstante, Dios proveyó otro camino, ya que sabemos que luego de la resurrección de Jesús, si lo aceptamos como Señor de nuestras vidas, pasamos a tener parte en el reino venidero. De todos modos, nuestras acciones van a determinar qué recompensa tendremos en el reino futuro y hay muchos cristianos que aún prefieren hoy buscar la riqueza material por encima de la espiritual.

Pero la Biblia también nos relata el caso de alguien que sí puso a Dios por encima de sus riquezas, aún sin que Jesús se lo pidiera explícitamente:

LUCAS 19:1-4 (RVA)
|1| Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad.
|2| Y he aquí, un hombre llamado Zaqueo, que era un principal de los publicanos y era rico,
|3| procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.
|4| Entonces corrió delante y subió a un árbol sicómoro para verle, pues había de pasar por allí.

Imaginen hoy a un hombre de la alta sociedad, subiéndose a un árbol para poder ver a un predicador en medio de la multitud. ¡Tremenda demostración de humildad! La mayoría no se ensuciaría la camisa, quizá mandaría a un asistente a pedir cita con ese predicador. Pero Zaqueo reconoció la autoridad de Jesús y el valor espiritual que él era capaz de entregar.

LUCAS 19:5-9 (RVA)
|5| Cuando Jesús llegó a aquel lugar, alzando la vista le vio y le dijo: —Zaqueo, date prisa, desciende; porque hoy es necesario que me quede en tu casa.
|6| Entonces él descendió aprisa y le recibió gozoso.
|7| Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a alojarse en la casa de un hombre pecador.
|8| Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: —He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
|9| Jesús le dijo: —Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham.

Zaqueo recibió el mensaje de Jesús, él realmente se arrepintió de sus pecados, si había defraudado a alguien, lo iba a devolver cuadruplicado ¡quería enmendarse! Y dio la mitad de sus bienes a los pobres. Noten que esto lo dijo Zaqueo espontáneamente, Jesús no le dijo que lo haga (o al menos no está registrado que lo hiciera).

Zaqueo es un gran ejemplo de un camello pasando por el ojo de una aguja, Jesús dijo que era difícil que un rico entre en el reino, pero no imposible. Ahora bien, el problema con las riquezas no está solamente en el que las tiene, hay gente que no tiene riquezas, pero aún así las ama o las prioriza, quiere tenerlas y por eso intenta hacer favoritismo con otros que son adinerados con el fin de obtener su favor, pero no es así como Dios quiere que nos conduzcamos.

SANTIAGO 2:2-9 (RVA)
|2| Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido sucio,
|3| y sólo atendéis con respeto al que lleva ropa lujosa y le decís: “Siéntate tú aquí en buen lugar”; y al pobre le decís: “Quédate allí de pie” o “Siéntate aquí a mis pies,”
|4| ¿no hacéis distinción entre vosotros, y no venís a ser jueces con malos criterios?
|5| Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
|6| Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los que os arrastran a los tribunales?
|7| ¿No blasfeman ellos el buen nombre que ha sido invocado sobre vosotros?
|8| Si de veras cumplís la ley real conforme a las Escrituras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, hacéis bien.
|9| Pero si hacéis distinción de personas, cometéis pecado y sois reprobados por la ley como transgresores.

Lo que aquí está diciendo Santiago es que no está bien hacer favoritismo y dar privilegios al rico por ser rico, menospreciando al pobre. En aquel tiempo, los principales perseguidores de la Iglesia era gente adinerada, así que Santiago les dice cómo es que ellos podían hacer favoritismo por los ricos, si eran precisamente los ricos los que los oprimían. Por supuesto, Santiago no está diciendo que no acepten gente adinerada en la congregación, ni que todos los ricos eran opresores, sino que está exponiendo lo ilógico de la forma de actuar de esta congregación.

Lo que nos dice Santiago es que Dios no elige a la gente en base a sus riquezas materiales, sino por su riqueza en fe. Si una persona es rica en fe, sea materialmente rica o pobre, es bendecida por Dios y será parte del reino futuro de Dios. Cada persona que hace a Jesús Señor pasa a ser hija de Dios, por lo tanto, debemos tratar a cada cristiano como miembro de esta familia y no hacer distinciones según sus clases sociales.

1 TIMOTEO 2:9-10 (RVA)
|9| Asimismo, que las mujeres se atavíen con vestido decoroso, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos;
|10| sino más bien con buenas obras, como conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios.
1 PEDRO 3:3-4 (RVA)
|3| Vuestro adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro, ni en vestir ropa lujosa;
|4| sino que sea la persona interior del corazón, en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.

En estos versículos, tanto Pablo como Pedro señalan a las mujeres que no se vistan con peinados ostentosos y vestidos y adornos lujosos y caros, sino que se ocupen de hacer buenas obras y se “adornen” con un buen corazón, con reverencia a Dios. Esto no quiere decir que los hombres sí puedan hacerlo, ellos señalan a las mujeres, porque por costumbre de la época, eran mayormente las mujeres las que gastaban muchísimo dinero para vestirse de modo de sobresalir del resto, que los demás vieran que eran de una clase social alta. No obstante, la instrucción podemos tomarla como algo general, tanto hombres como mujeres debemos preocuparnos mayormente de vestirnos con buenas obras y con un buen corazón, agradable para Dios.

Dios no nos está prohibiendo el querer vestirnos bien, prolijos, o usar ropa de calidad. De hecho, la túnica de Jesús fue echada a la suerte por los soldados y no la quisieron romper porque era de gran calidad. El problema no está en la marca de ropa que usemos, sino en el mensaje que estamos transmitiendo a los demás a través de nuestra vestimenta y las cosas que compramos. ¿Vestimos cierta marca porque realmente nos es más cómoda y duradera o para ostentar ante los demás? ¿Cambiamos el automóvil por uno más grande porque lo necesitamos o para dar un mensaje de estatus social a los demás? ¿Compramos un celular de alta gama porque realmente tiene funciones que nos facilitan la vida o porque queremos que otros vean que tenemos un mejor celular que ellos? Tenemos que evaluar con qué intención hacemos lo que hacemos e intentar siempre que nuestras acciones y nuestras posesiones glorifiquen a Dios. No hay nada de malo con tener riqueza, Abraham fue muy rico, David también, y muchos otros creyentes, pero la cuestión es qué hacemos con esas riquezas y dónde está nuestro corazón.

1 TIMOTEO 6:10 (RVA)
Porque el amor al dinero es raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, fueron descarriados de la fe y se traspasaron a sí mismos con muchos dolores.

Desde el texto griego, una traducción más apropiada de la primera parte de este versículo sería “Porque el amor al dinero es raíz de toda clase de males…” No está diciendo que el amor al dinero sea raíz de TODOS los males (sabemos que hay muchos males que no se originan en el dinero y el mal existe antes que el dinero). Lo que está diciendo el versículo es que el amor al dinero es una raíz de toda clase de males, o sea, toda clase de males pueden surgir cuando una persona ama al dinero. No es la posesión de dinero la que da raíz a estos males, sino el AMOR al dinero. Nuestro amor debe estar puesto en Dios y luego Él nos proveerá de todo lo necesario en todas las cosas.

Para finalizar, veamos lo que dice Pedro a un grupo de cristianos que estaban siendo perseguidos a causa de su fe cristiana:

1 PEDRO 1:6-9 (RVA)
|6| En esto os alegráis, a pesar de que por ahora, si es necesario, estéis afligidos momentáneamente por diversas pruebas,
|7| para que la prueba de vuestra fe—más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego— sea hallada digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo.
|8| A él le amáis, sin haberle visto. En él creéis; y aunque no lo veáis ahora, creyendo en él os alegráis con gozo inefable y glorioso,
|9| obteniendo así el fin de vuestra fe, la salvación de vuestras almas.

Pedro nos dice que la fe es más preciosa que el oro, que perece. La palabra “perece” se usa para señalar el hecho de que el oro se puede descomponer y destruir, puede ser muy valioso, pero puede ser destruido.

Pedro también dice que el oro es probado con fuego, ya que el oro se pone en hornos ardiendo para así purificarlo y quemar las partículas extrañas. Del mismo modo, las situaciones difíciles en la vida son un “fuego” que ponen a prueba nuestra fe y “queman” todas las impurezas de esa fe. Todo aquello que es verdadero en nuestra fe sobrevivirá a las peores circunstancias. Y cuando nuestra fe es puesta a prueba y pasamos esa prueba, Pedro dice que será hallada digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo. Esto se refiere al día de nuestro encuentro con él. En ese tiempo futuro, cuando seamos transformados en inmortales y estemos en la presencia del Señor, la fe que hayamos tenido en esta era y tiempo va a ser recompensada.

Nuestro amor por el Señor es la muestra de nuestra verdadera fe. Amarlo sin haberlo visto, seguir amándolo aún cuando pasamos por situaciones adversas ¡esa es verdadera fe! Y esta fe es más preciosa que el oro.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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