Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
categorías

Miedo vs. amor de Dios

Por Pablo Pereyra

El miedo, sin dudas no es un sentimiento que viene de Dios. El miedo nos paraliza, nos lleva a no tomar las acciones necesarias para recibir las bendiciones que Dios nos quiere dar.

El miedo no es fe a la inversa, como algunos han dicho, no todo lo que tememos sucede y de eso hay decenas de ejemplos en la Biblia y en la vida de cada persona. Además, esta idea es un poco peligrosa, porque, al final, la gente termina teniendo miedo de tener miedo.

No obstante, muchas veces el miedo nos detiene, nos somete en la inacción, como cuando el ejército israelita quedó paralizado ante un solo hombre, Goliat. Y eso es lo que hace el miedo, hace que pensemos irracionalmente, porque ¿cómo iba un solo hombre vencer a todo un ejército? ¿Y qué necesidad tenían los israelitas de aceptar las condiciones de pelea de Goliat?

El miedo en sí no detiene a Dios y Su poder, pero muchas veces el miedo nos lleva a no hacer lo que Dios quiere que hagamos, y si no actuamos como Dios quiere, no podremos recibir Sus bendiciones. El mayor efecto que causa el miedo, entonces, es la inacción; porque si actuamos conforme a la voluntad de Dios aun teniendo miedo ¡Dios nos da la victoria!

El miedo nos paraliza, pero esa parálisis, además, con frecuencia es irracional. Quizá sería lógico, por ejemplo, que una persona sin entrenamiento pueda tener miedo a enfrentarse en una pelea a un experto en artes marciales de 2 metros de altura y 100kg de músculos. De hecho, a veces el miedo hasta puede ser “bueno”, por ejemplo, cuando alguien no comete un delito por “miedo” al castigo que puede recibir.

Pero muchas veces terminamos teniendo miedo a aquellas cosas que más deberíamos desear, tenemos el miedo a tener éxito, a prosperar, a hacer cambios que nos beneficien ¡tenemos miedo a entregar nuestras vidas a Dios! Dios es amor (1 Jn. 4:8), todo lo que hace es amor y nada malo sale de Él (Stg. 1:17), servirle a Él jamás traerá pérdida, nadie que cree en Él será jamás avergonzado (Ro. 10:11).

Pero entonces ¿por qué tenemos miedo de hacer Su voluntad? ¿Por qué nos da miedo hacer los cambios que sabemos que Dios quiere que hagamos? Quizá sea, porque no hemos entendido aún lo suficiente Su amor.

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor conlleva castigo, y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros amamos, porque él nos amó primero” – 1 Juan 4:18-19

¿Han visto cómo los niños pequeños sienten que nadie puede hacerles daño cuando están junto a su papá y mamá? ¿Vieron cómo se sienten de seguros y confiados? Ellos saben que papá y mamá los cuidan, los están protegiendo, conocen el amor de su papá y mamá y se sienten protegidos por ese amor.

¡Dios nos ama aún más! El amor echa fuera el temor, así que, si aún tenemos miedo de hacer Su voluntad, quizá nos falta entender mejor el amor de Dios. Si estamos cerca de nuestro Padre celestial ¡vamos a sentirnos protegidos y cuidados! No es con recursos humanos que vamos a ganarle a nuestros miedos, sino acercándonos más a Dios y “caminando de la mano” de nuestro Padre. Nosotros amamos porque Él nos amó primero, así que, para amar más y tener menos temor, debemos comprender más Su amor.

Salmos 34:4 (RV-1960)
Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

Si esta publicación te bendijo, por favor ayúdame orando por mi servicio a Dios, compartiéndo esta página con tus amigos y seres queridos y dándole tu «me gusta» a la página de Facebook de «En Honor a Su Verdad»

Ante cualquier duda o consulta, puedes contactarte conmigo por e-mail a [email protected] o por mensaje privado en mi Facebook personal

Si este sitio te es de bendición, me ayudarías mucho haciendo una donación para poder seguir otorgando material de calidad y llegar a más personas en todo el mundo.

Donaciones

Deja un comentario