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MUERTE FINAL Y VIDA PERPETUA

Por Pablo Pereyra

ROMANOS 6:23 (RVA)
Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Las Escrituras aquí nos dicen que la paga del pecado es la muerte y el don (el regalo) de Dios es vida eterna. Es importante notar que la palabra “eterna” en la mayoría de las versiones de la Biblia es una traducción errónea de la palabra griega aionios. Esta palabra es un adjetivo derivado del sustantivo griego aiön, que significa “era” y la palabra aionios significa “relativo o perteneciente a la era”, de ahí que deba traducirse “de la era”. El regalo de Dios en Cristo Jesús es “vida de la era”, lo cual refiere a la vida perpetua en la era futura en la que Dios establecerá Su reino sobre la Tierra.

APOCALIPSIS 21:1-5 (RVA)
|1| Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más.
|2| Y yo vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén que descendía del cielo de parte de Dios, preparada como una novia adornada para su esposo.
|3| Oí una gran voz que procedía del trono diciendo: “He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
|4| Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron.”
|5| El que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí yo hago nuevas todas las cosas.” Y dijo: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.”

APOCALIPSIS 22:1-5 (RVA)
|1| Después me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero.
|2| En medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones.
|3| Ya no habrá más maldición. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le rendirán culto.
|4| Verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
|5| No habrá más noche, ni tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol; porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

Estos textos de Apocalipsis nos muestran que en el futuro Dios hará cielo nuevo y tierra nueva donde habrá justicia y él mismo reinará junto con Jesús. En este reino será siempre de día, Dios mismo iluminará la Tierra y habrá paz, justicia y abundancia. Este reino será establecido en el tiempo final, la era final. Cuando la Biblia habla de “vida de la era”, se refiere a poder vivir en esta era, donde será establecido este reino bendito de Dios.

Volviendo a Romanos 6:

ROMANOS 6:23 (RVA)
Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna [vida de la era] en Cristo Jesús, Señor nuestro.

El apóstol Pablo aquí habla de una “paga” por el pecado, como si fuera un trabajo por el cual se recibe una remuneración. De este modo nos quiere dar a entender que cualquiera que comete algún pecado merece morir. Esto significa que para poder merecer vivir en el reino venidero, una persona tendría que pasar por esta vida sin jamás cometer ningún pecado. Un pecado es un acto de desobediencia a Dios, ya sea que conozcamos o no Sus leyes y mandamientos. Cualquier pecado nos hace inmerecedores de vivir en el reino futuro, la forma “justa” de ser parte del reino y tener vida perpetua sería jamás cometer ningún pecado. ¡Pero esto es imposible para cualquier ser humano!

ROMANOS 3:20-24 (RVA)
|20| Porque por las obras de la ley nadie será justificado delante de él; pues por medio de la ley viene el reconocimiento del pecado.
|21| Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas.
|22| Esta es la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen. Pues no hay distinción;
|23| porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,
|24| siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

Aquí se nos dice que por las obras de la ley nadie va a ser justificado delante de Dios. Ser “justificado”, significa, en términos simples, poder reclamar con justicia el vivir para siempre en la era venidera. Salmos 1:4-6 también nos dice que los impíos no van a ser levantados en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Si alguien cumpliera perfectamente la ley de Dios, sin jamás pecar, podría con justicia reclamar su vida en el reino venidero ¡pero nadie pudo! (excepto Jesús), por eso dice Pablo que nadie será justificado por las obras de la ley, de este modo, la ley de Dios lo que hace es simplemente mostrarnos nuestros pecados, nos señala el problema, para que seamos conscientes de que merecemos morir.

Por eso es que tuvo que venir Jesús, porque por medio de él es que Dios puede regalarnos la vida en la era futura sin que tengamos que tener un andar perfecto y sin pecado. Él fue perfecto en su andar, pero murió, siendo brutalmente torturado, como el peor de los pecadores, a causa de ese injusto castigo que recibió, es que Dios puede con total justicia dar vida perpetua a todos los que creen en Jesús como Señor.

ROMANOS 5:12 (RVA)
Por esta razón, así como el pecado entró en el mundo por medio de un solo hombre y la muerte por medio del pecado, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Vimos previamente que la paga del pecado es la muerte. Y aquí se nos dice que el pecado entró en el mundo por medio de un solo hombre (Adán en su pecado original, vean 1 Corintios 15:22) y que así la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecamos.

ROMANOS 5:15-19 (RVA)
|15| Pero el don no es como la ofensa. Porque si por la ofensa de aquel uno murieron muchos, cuánto más abundaron para muchos la gracia de Dios y la dádiva por la gracia de un solo hombre, Jesucristo.
|16| Ni tampoco es la dádiva como el pecado de aquel uno; porque el juicio, a la verdad, surgió de una sola ofensa para condenación, pero la gracia surgió de muchas ofensas para justificación.
|17| Porque si por la ofensa de uno reinó la muerte por aquel uno, cuánto más reinarán en vida los que reciben la abundancia de su gracia y la dádiva de la justicia mediante aquel uno, Jesucristo.
|18| Así que, como la ofensa de uno alcanzó a todos los hombres para la condenación, así también la justicia realizada por uno alcanzó a todos los hombres para la justificación de vida.
|19| Porque como por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.

Estos versículos nos muestran la justicia de Dios en Su plan de redención en Cristo. Fue un ser humano (Adán) el que dejó entrar al pecado al mundo (que es promovido por espíritus malignos, ver Efesios 6:12). Este pecado trae muerte a todos los que pecan. Pero como seres humanos no podemos vivir sin pecar, porque está impreso en nuestra naturaleza, hemos heredado la tendencia al pecado desde Adán, por eso es que todos estamos “muertos” a causa de la desobediencia de un solo hombre.

Y es por eso que lo justo ante Dios es que toda la humanidad tenga la oportunidad de vivir para siempre en base a la obediencia de un solo hombre: Jesús. Por su obediencia perfecta, muriendo en la cruz, pagó por nuestros pecados.

Pero depende de cada uno de nosotros aceptar el regalo de salvación de Dios, haciendo a Jesús nuestro Señor.

ROMANOS 10:9-10 (RVA)
|9| que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y si crees en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, serás salvo.
|10| Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se hace confesión para salvación.

SALVACIÓN

La palabra “salvar” (en griego sozö) significa “poner a salvo, liberar, restaurar, alejar del peligro o destrucción, sanar”. La palabra “salvación” (en griego soteria) significa “salvación, liberación, restauración, sanidad”. Esta salvación cubre los aspectos en lo físico, en lo mental y en lo espiritual. Una lectura más correcta de las palabras “serás salvo” (del versículo 9) sería “serás salvado” y se refiere a ser salvados o rescatados de la ira de Dios y la destrucción de los pecadores, que es la muerte definitiva. La muerte es lo que merecemos como “pago” por nuestros pecados, pero ese precio es cubierto por el sacrificio que Jesús hizo.

JUSTICIA

La “justicia” a la que se refiere Pablo aquí es la que viene enseñando en los capítulos previos, que consiste en que Dios, a causa de nuestra fe en Jesús, nos trata como a justos, a pesar de que no lo somos. Aquellos que hacemos a Jesús nuestros Señor, somos considerados “justos” por Dios. Esto implica tener el derecho a vivir perpetuamente en el futuro reino de Dios.

Para que alguien pudiera con justicia ganarse la vida en el reino de Dios, debía vivir su vida sin pecado, pero esto no es posible, nadie puede vivir toda su vida sin jamás pecar, porque hay una naturaleza de pecado en el ser humano. Por eso Dios envió a Jesús y por medio de la fe en él recibimos lo que sería “justo” recibir si no hubiéramos pecado.

CONFESIÓN

La palabra “confesar” aquí significa “decir con franqueza”, implica que lo que digo con mi boca se corresponde con lo que realmente pienso en mi corazón. Para decir con franqueza que Jesús es mi Señor, tengo que demostrarlo con mis acciones, mi mentalidad tiene que cambiar y tengo que dar un primer paso para comenzar a servir a Jesús.

Ambas cosas: decir con franqueza que Jesús es el Señor y creer que Dios lo resucitó de entre los muertos, están estrechamente conectadas, no podríamos hacer a Jesús Señor si no creyéramos que resucitó de entre los muertos. No obstante, puede que haya gente que sí crea que Jesús está vivo, pero que no quiera seguirlo como Señor (los demonios, por ejemplo, creen que Jesús está vivo, pero no le obedecen, como dice Santiago 2:19). Además, Jesús mismo dijo que no todos los que le llaman “Señor” van a ser salvos, sino que hay que demostrarlo con las acciones (Mt. 7:21). Así que, para obtener la vida en la era futura, hay que tener un deseo genuino de seguir a Jesús que comienza en el corazón, y se manifiesta en nuestras palabras y acciones.

JUAN 3:16-17 (RVA)
|16| Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna [vida de la era].
|17| Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Dios envió a Jesús para que todo el que cree en él no se pierda, no muera para siempre, sino que tenga vida perpetua en la era venidera. ¡Este es el mensaje del reino de Dios!

En el momento que dispongo mi vida al servicio de Jesús, la Biblia dice que seré salvado y justificado, lo cual significa que recibo el regalo de vida en la era futura.

Una vez recibido este regalo de vida en el reino venidero, Dios no va a quitarlo, pero, como iremos viendo, una mala conducta, un andar en pecado, trae sus consecuencias.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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