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¡NO TE DEJES MANIPULAR POR LOS QUE PIDEN DIEZMOS!

Por Pablo Pereyra

MALAQUÍAS 3:7-9 (RVA)
|7| Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes y no las habéis guardado. ¡Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros!, ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Pero vosotros dijisteis: ‘¿En qué hemos de volver?’
|8| ¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues vosotros me habéis robado! Pero decís: ‘¿En qué te hemos robado?’ ¡En los diezmos y en las ofrendas!
|9| Malditos sois con maldición; porque vosotros, la nación entera, me habéis robado.

Una primera norma a seguir al estudiar las Escrituras es que todo texto de las Escrituras debe ser comprendido en su contexto, tanto en su contexto inmediato (el párrafo o capítulo en que está), como en su contexto remoto (el mensaje general de las Escrituras que se relaciona con los versículos que estamos leyendo).

Además, hay que hacerse las siguientes preguntas: ¿quién está hablando? ¿A quién le está hablando? ¿En qué época y bajo qué circunstancias fue dicho lo que estamos leyendo? Prestar atención al texto para contestar estos interrogantes nos ayudará mucho a encontrar la verdad del mensaje bíblico y evitar confusiones.

En Números 18:20-32 leemos sobre las leyes que Dios dio con respecto al diezmo. Allí podemos ver que:

1. Debía ser recibido por los descendientes de Leví. Ninguna otra tribu de Israel podía recibir el diezmo.

2. Eran para la gente en Israel. No era una ley universal para todos los pueblos de la Tierra.

3. Eran para sustentar el trabajo de los levitas. Dios les encargó a ellos trabajar de tiempo completo en el templo, así que el diezmo iba a ser su sustento.

4. Eran para el tabernáculo de reunión. El diezmo sustentaba el ministerio levita en el tabernáculo. En el reinado de Salomón fue construido el Templo y el diezmo pasó a ser para sostener el trabajo levita en el Templo.

Otro punto a tener en cuenta es que “diezmo” no significa “diez por ciento”, el diezmo era uno de cada diez de aquello que había producido la persona. Por ejemplo, si a un pastor de ovejas le habían nacido 10 ovejas, la décima debía darla a los levitas; si le habían nacido 9, no debía dar nada, porque no llegaba a 10; si le habían nacido 22, daba 2 ovejas. O sea, una de cada 10 unidades producidas debía ser dada como diezmo.

LA “FIGURA Y SOMBRA” DE COSAS CELESTIALES

Si leemos el libro de Hebreos, capítulos 8 y 9, vemos que el templo y todo el servicio que se hacía allí era “figura” de cosas espirituales. Jesús entró en el cielo mismo como Sumo Sacerdote y se entregó una vez para siempre por nuestros pecados. Por esta causa ya no necesitamos ese templo donde los levitas ofrecían sacrificios de animales por los pecados, así que la antigua ley del diezmo quedó anulada, ya que el servicio sacerdotal levita ya no es necesario.

Quienes enseñan que el diezmo debe ser pagado a la Iglesia hoy, enfrentan un gran problema en el hecho de que desde Hechos hasta Apocalipsis ninguno de los apóstoles enseña al diezmo como obligación, de hecho, la palabra “diezmo” apenas se menciona unas pocas veces en el libro de hebreos con referencia a la antigua ley, nada hay en las cartas de los apóstoles que nos indiquen que el diezmo es una ley vigente.

EXPLICACIÓN DE MALAQUÍAS 3:8-10

MALAQUÍAS 3:6-18 (RVA)
|6| “¡Porque yo, Jehovah, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos!
|7| Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes y no las habéis guardado. ¡Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros!, ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Pero vosotros dijisteis: ‘¿En qué hemos de volver?’
|8| ¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues vosotros me habéis robado! Pero decís: ‘¿En qué te hemos robado?’ ¡En los diezmos y en las ofrendas!
|9| Malditos sois con maldición; porque vosotros, la nación entera, me habéis robado.
|10| “Traed todo el diezmo al tesoro, y haya alimento en mi casa. Probadme en esto, ha dicho Jehovah de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
|11| A causa de vosotros increparé también al devorador, para que no os consuma el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo se quede estéril, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.
|12| Y así todas las naciones os dirán: ‘Bienaventurados’, porque seréis tierra deseable,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

La primera pregunta para hacer es: ¿a quién se dirige Dios aquí? ¿Le habla a gente cristiana que ha aceptado a Jesús como Señor? ¡Por supuesto que no!

Jesús aún no había siquiera nacido para cuando Dios dijo esto, así que no puede estar hablando a gente cristiana, el versículo 6 dice claramente: “hijos de Jacob”, o sea, se refiere al pueblo de Israel, los descendientes de Jacob (que también es “Israel”).

Otra pregunta para hacer es: ¿por qué estaban pasando por malos momentos estas personas? ¿Era sólo por no diezmar? El versículo 7 nos dice que ellos se habían apartado de las leyes de Dios, el diezmo era sólo uno de sus problemas, pero no el único, no era sólo el diezmo lo que les faltaba a estas personas, sino el cumplimiento de todas las leyes de Dios.

En el versículo 10 leemos: “traed los diezmos al tesoro y haya alimento en mi casa”. La “casa” de Dios era el templo, y allí trabajaban los levitas. Los levitas no podían trabajar de otra cosa, por orden de Dios, por lo cual su sostenimiento dependía de los diezmos de la gente. El pueblo no estaba diezmando, por lo tanto, los sacerdotes levitas estaban sin alimento ¡Dios quería que Sus sacerdotes tuvieran su sustento! Por eso era tan importante diezmar y por eso Dios se enojó tanto contra esta gente que no estaba diezmando. Era tal el alejamiento de Dios que tenían, que no les importaba que los sacerdotes de Dios estuvieran pasando necesidad.

Otro dato importante a considerar es que la palabra “robará” y “robado” del versículo 8 son de la raíz hebrea cabá, que sólo se usa aquí y en Proverbios 22:23. Esta palabra hebrea primariamente significa “vaciar, despojar” y también tiene el sentido de “defraudar”. Estas personas estaban despojando y defraudando a Dios, es una forma figurada de expresar que la “casa terrenal” de Dios estaba siendo despojada, vaciada, no había abundancia para los sacerdotes servidores de Dios y esto, a su vez, era devuelto también al pueblo en forma de falta de abundancia para ellos también. Dios no iba a cuidar del pueblo si el pueblo no cuidaba de los sacerdotes de Dios.

En el versículo 11 vemos que se habla del “devorador”. Si bien esta palabra puede indicar, figurativamente, la acción del Diablo, en realidad la palabra “devorador” se usa para referirse a plagas que devoran las cosechas, como los gusanos y langostas. Por ejemplo, en Deuteronomio 28:38-42 Dios advierte sobre las consecuencias de alejarse de Él, entre las cuales estaban que iban a venir langostas y gusanos a consumir sus cosechas.

A la gente a la que le habla Malaquías le estaba pasando esto mismo, ellos se habían alejado de Dios y el “devorador” (insectos y plagas) se estaban comiendo sus cosechas, por eso sus campos estaban estériles. Si ellos se volvían a Dios, Dios iba a quitar esas plagas y ellos tendrían nuevamente cosecha. Y al tener buena cosecha, tendrían abundancia y entonces, se cumpliría lo dicho en el versículo 12: “…así todas las naciones os dirán: ‘Bienaventurados’, porque seréis tierra deseable”

Entonces, vemos que estos versículos de Malaquías están dirigido al pueblo de Israel, y el contexto de la situación es que ellos estaban desobedeciendo las leyes de Dios, y dentro de esa desobediencia ellos estaban descuidando el oficio de los sacerdotes a los que Dios mandó que no trabajaran de otra cosa.

Como dije antes, el diezmo fue una ley para mantención del templo, por lo tanto, no habiendo necesidad de un templo y no siendo necesario que haya sacerdotes que sirvan continuamente en ese templo, la ley del diezmo dada a Moisés no tiene ya validez y este texto no puede ser usado para obligar hoy a los creyentes a dar un 10% de su ingreso.

EL DERECHO A VIVIR DEL EVANGELIO

El que la ley del diezmo no esté vigente hoy, no significa que los creyentes no puedan dar dinero para la obra de Dios, ni que esté mal sustentar a algunos ministros de Dios que fueron llamados por Dios para trabajar a tiempo completo.

En 1 Corintios 9:4-18 el apóstol Pablo está dirigiéndose a una Iglesia que estaba desordenada. Algunos en la iglesia de corinto acusaban a Pablo de predicar para ganar dinero. Por esta causa, cuando Pablo fue a predicar a los de la iglesia de corinto, no aceptó de ellos dinero. Pablo dice, en el versículo 5, que tenía todo el derecho no sólo de recibir dinero de la Iglesia para su propio sustento, sino también podría tomar a una mujer por esposa y sustentar la familia con el dinero de la Iglesia. Ese mismo versículo nos sugiere que Pedro (que era casado) y otros apóstoles, junto con sus familias, eran sustentados por el dinero de la Iglesia. Pero como la iglesia de los corintios era una iglesia inmadura, Pablo prefirió no hacer uso de su derecho de recibir sustento de los creyentes y fue a predicarles en forma totalmente gratuita.

En este punto se hace obvio que si diezmar es una ley y el que no diezma roba a Dios, Pablo habría estado promulgando ese “robo” a Dios al no pedirles los diezmos. Si el diezmo es algo obligatorio para el creyente y Pablo no pidió los diezmos, Pablo habría estado oponiéndose a la voluntad de Dios al no exigirles los diezmos. Queda claro que para Pablo no existía una obligación para los creyentes de dar el diezmo, aunque esto no anula el privilegio que tenemos de dar nuestro dinero para apoyar a otros que trabajan para el evangelio, o para otras necesidades de los hermanos.

Pablo dijo a Timoteo:

1 TIMOTEO 5:17-18 (RVA)
|17| Los ancianos que dirigen bien sean tenidos por dignos de doble honor, especialmente los que trabajan arduamente en la palabra y en la enseñanza.
|18| Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Además: “El obrero es digno de su salario.”

Aquí los “ancianos” se refiere a los creyentes espiritualmente maduros que se dedican al servicio y cuidado de la Iglesia de Dios.

“No pondrás bozal al buey que trilla” se refiere a que el que trabaja para Dios tiene derecho a recibir la retribución necesaria para su sustento (1 Co. 9:9-10). La palabra que se traduce “honor” aquí es en griego timë, que se puede traducir como “precio, valor, dinero, honor, honra, reconocimiento”. El versículo 18 nos sitúa claramente en el contexto del sustento económico para el que trabaja para el evangelio. Es bastante claro que el “doble honor” aquí se refiere al dinero, o la contribución económica.

Según lo que vemos en la Biblia, el cristiano puede dar de su dinero para Dios ayudando a un pobre o necesitado, para financiar algún evento, viaje o necesidad que surja a los efectos de difundir la Palabra de Dios, o para sostener a una persona o grupo de personas que han sido llamadas por Dios para trabajar en tiempo completo a Su servicio.

No todos los que dicen servir a Dios son verdaderos servidores, y no todos los que están a cargo de una congregación (aún de forma genuina) son llamados a trabajar de tiempo completo y recibir sustento de la iglesia. Cada caso es distinto. Si un ministro es fiel a Dios y está dedicándose en tiempo completo al servicio, y ha probado ser fiel a Dios y al servicio a lo largo de los años, debe ser tenido con “doble honor” nos dicen las Escrituras. Pero también hay casos donde el ministro quizá deba renunciar a su derecho, como lo hizo Pablo, para no causar tropiezo a una iglesia inmadura.

Es así que un ministro fiel de Dios tiene derecho de recibir dinero u otros bienes materiales de parte de los creyentes, para ser sustentado, y tiene derecho de enseñar a hacerlo, si lo considera adecuado. Pero nunca debería enseñar que un cristiano está obligado a diezmar y de ningún modo debería decirles a las personas que le están “robando a Dios” cuando no dan sus diezmos. Una cosa es pedir una contribución voluntaria que salga del corazón de otros creyentes que estén siendo bendecidos con su trabajo y otra cosa es manipular las Escrituras para generar un sentimiento de obligación a dar en las personas, y un sentimiento de condenación en quienes no quieren o no pueden dar dinero.

DAR ALEGREMENTE

Hoy no hay ley de diezmo vigente, si alguien no puede dar dinero, no va a ser condenado, porque no hay condena para los que están en Cristo Jesús (Ro. 8:1), así que los líderes y pastores cristianos deberían dejar de asustar a la gente de la iglesia usando Malaquías 3:7-9 con la idea de que Dios no los va a bendecir si no diezman, y que son “malditos” por no dar el 10% de sus ingresos

2 Corintios 9:7-10 nos dice que quien da, debe dar con alegría, no con tristeza, ni por obligación. Si alguien da un diezmo porque se siente presionado por algún pastor, líder o maestro que le ha dicho que si no da le está robando a Dios y no va a recibir Sus bendiciones, entonces no estará dando alegremente, estará siendo manipulado psicológicamente por una mala utilización de las Escrituras y, por consiguiente, estará dando por obligación, y muchas veces, con tristeza. Así que ¡no dejes que nadie te obligue a dar un diezmo u ofrenda! ¡Si vas a dar, hazlo de corazón, con alegría, contribuyendo a la obra de Dios!

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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