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No te disfraces de creyente ¡sé creyente!

Por Pablo Pereyra

Supongamos que tengo un árbol de naranjas, alguien viene a hablarme y me dice que las naranjas no son buenas, y comienza a hablarme de las bondades y ventajas de las manzanas. Entonces, comienzo a avergonzarme de tener el árbol de naranjas en mi casa y planeo tener un árbol de manzanas.

Ahora supongamos que quito todas las naranjas del árbol y, con un pegamento especial y único logro pegar manzanas en todos los lugares donde había naranjas. Quizá venga a mi casa alguien totalmente ingenuo y piense “¡qué lindo árbol de manzanas!”.

Pero alguien que conoce cómo es un árbol de naranjas y uno de manzanas, en seguida podría notar que el tronco, las ramas, las hojas, no son del árbol de manzanas, de hecho, si se acerca y corta una hoja, podrá sentir el olor del naranjo. El “disfraz” de manzana podría engañar al ingenuo, o al que no presta atención, pero no a aquellos que conocen la diferencia entre los árboles.

Además, con el paso del tiempo, las mazanas van a caerse o podrirse, y el árbol volverá a dar naranjas, siendo así, aún los ingenuos van a descubrir que todo era un engaño.

¿Qué debería hacer para tener un genuino árbol de manzanas? Tengo que plantar una semilla de manzano, luego pacientemente regar y cuidar esa semilla. Dependiendo del tipo de semilla, la tierra, el ambiente y el cuidado que le doy podría tardar entre 5 a 10 años en dar frutos. La solución genuina no es rápida.

Por otro lado, si ya no quiero tener naranjas, tengo que dejar de cuidar, proteger y alimentar al naranjo.

Esto que es bastante simple, lógico y evidente, resulta que no se hace tan evidente cuando se trata de producir fruto espiritual.

Gálatas 5:22-23 (RVA)
|22| Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
|23| mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley,

Aquí el apóstol Pablo habla del “fruto” del espíritu. No dice “frutos”, en plural, porque más bien estas son características de un único fruto, que es el andar espiritual, el andar conforme a la guía de Jesús, quien es el Espíritu. Todas estas características se producen de forma conjunta en un creyente que anda conforme a la guía del Señor.

Ahora bien, en muchas reuniones y denominaciones, los pastores o predicadores impulsan a la gente a un cambio en sus vidas, pero, en lugar de centrarse en la semilla, se centran en los frutos. Enseñan una doctrina de “cambio de frutos”, sin enseñar la importancia de hacer crecer un nuevo árbol.

Es así que, por ejemplo, cuando a un cristiano se le dice que perdone a alguien que le hizo un daño, sucede que esa persona va a decir que lo perdona, quizá intente volver a hablar con esa persona para hacerle saber que lo “perdona en Cristo”, pero, como es una manzana “pegada” en el lugar de la naranja, al final ese perdón dura poco, era un disfraz de perdón y no un perdón verdadero.

Otro ejemplo es el de aquél que se le dice que no tiene que enojarse tan fácilmente, quizá la persona quiere cambiar, ante una situación estresante intenta contener su ira, y puede que le funcione en ocasiones, pero si su interior no ha cambiado, en algún momento va a soltar todo el enojo junto, incluso la ira contenida, aunque no está haciendo daño al otro, le hará daño a esa misma persona.

La solución para el cambio no es tratar de cambiar el fruto, sino cambiar la semilla. No tenemos que disfrazarnos de creyentes, sino ser creyentes.

Pero ¿Qué es un creyente? Algunos piensan que ser creyentes es hacer buenas obras, pero no es así, hay incrédulos cuya conducta es mucho mejor que la de muchos cristianos. Ser creyente es CREER en algo, ser creyente cristianos es CREER en las instrucciones y guía del Señor Jesucristo. Andar en espíritu es andar conforme a la voluntad del Señor.

Creer es sinónimo de confiar, es actuar en base a una información que recibimos porque confiamos en quien da esa información. Para confiar en alguien tenemos que conocerlo, así que, si queremos creer más en el Señor, primero tenemos que conocerlo más, conocer la obra de Dios en Cristo, entender que Dios quiere lo mejor para nosotros y que hacer Su voluntad es lo mejor para nuestras vidas.

Hebreos 11:6 (RVA)
Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.

1 Juan 4:16-19 (RVA)
|16| Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor. Y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.

|19| Nosotros amamos, porque él nos amó primero.

Nosotros amamos porque Dios nos amó primero. Así que, si queremos amar más, tenemos que conocer más el amor de Dios. Si queremos tener fruto del Espíritu, tenemos que plantar la semilla correcta, que es la Palabra de Dios (Lc. 8:11).

Cuando plantamos, regamos y cuidamos la semilla de la Palabra de Dios en nuestros corazones, el “árbol” del Espíritu comienza a crecer. No va a dar frutos de un día para otro, pero cuando comience a darlos, será un fruto genuino y duradero.

Querer falsificar el fruto no va a dar ningún provecho real, pero cuando hacemos crecer la Palabra en el corazón, no vamos a tener que fingir el perdón, éste nacerá solo de nosotros; no vamos a tener que controlarnos de un ataque descontrolado de ira, la paz del Señor ya estará en nosotros para dominar la situación; nadie va a tener que presionarnos para ser bondadosos con otros, o para servir a Dios, sino que eso nacerá de nosotros por el amor y agradecimiento que tenemos para con nuestro Padre y nuestro Señor Jesús.

Así que, si lo que quieres es ser un verdadero creyente y no sólo tener un disfraz de creyente, no te centres tanto en el fruto, más bien, ocúpate de hacer crecer la semilla de la Palabra de Dios y de no seguir alimentando el mal árbol, el cual se sustenta con mentiras, negatividad, chismerío, peleas, banalidades, pecados, etc.

Filipenses 4:8-9 (RVA)
|8| En cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto pensad.
|9| Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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