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¿Qué es el “nuevo nacimiento” y la “simiente incorruptible de la que habla la Biblia?

Por Pablo Pereyra

En la Biblia tenemos las palabras de Pedro que dijo, en 1 Pedro 1:23, que hemos “nacido de nuevo” de una “simiente incorruptible”, y Jesús dijo a Nicodemo, en Juan 3:3, que a menos que alguien “nazca de nuevo” no puede ver el reino de Dios.

De estos pasajes algunos han deducido que el nuevo nacimiento refiere a tener el don de espíritu santo, como si éste fuera una “simiente” de Dios en el cristiano. Sin embargo, estudiando el contexto cercano y remoto y haciendo un análisis lógico de éstos, podremos entender qué quisieron realmente decir al hablar de un “nuevo nacimiento” o “renacimiento”.

Nacer desde lo alto

El primer pasaje que vamos a analizar es el de Juan 3, donde Jesús, le dice a Nicodemo que para ver el reino de Dios es necesario “nacer de nuevo”.

Juan 3:1-10 (RVA)
|1| Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos.
|2| Este vino a Jesús de noche y le dijo: —Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, a menos que Dios esté con él.
|3| Respondió Jesús y le dijo: —De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.
|4| Nicodemo le dijo: —¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
|5| Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
|6| Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es.
|7| No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo.”
|8| El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu.
|9| Respondió Nicodemo y le dijo: —¿Cómo puede suceder eso?
|10| Respondió Jesús y le dijo: —Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto?

Hay varias cosas a notar aquí. Primero veremos algunas correcciones necesarias que tenemos que hacer con respecto a la traducción del texto.

La palabra que se traduce “de nuevo” en el versículo 3 y en el versículo 7, es la palabra griega anöthen, que no significa “de nuevo”, sino “desde arriba” o “desde un plano superior”. Por ejemplo, la tenemos en Mateo 27:51, donde dice que el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; también en Santiago 1:17, donde dice que toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto; o en Santiago 3:15 y 17, donde se habla de la sabiduría que desciende de lo alto.

Este nacimiento, por supuesto, también es un nuevo nacimiento, pero más específicamente es un nacimiento “desde lo alto”.

En el versículo 8, donde dice “el viento sopla”, la palabra “viento” es en griego pneuma, que si bien en ocasiones puede traducirse como “viento”, esta palabra en la Biblia se usa casi exclusivamente con el significado de “espíritu”, de hecho, es traducida “espíritu” en los versículos previos. Se debería traducir como “el Espíritu sopla…” Ya veremos la importancia de esto más adelante.

Otro punto interesante a notar es que el versículo 1 nos dice que Nicodemo era un fariseo. Los fariseos creían en la resurrección, pero también, influenciados por la cultura griega, creían en la inmortalidad del alma. Estas dos creencias son difíciles de reconciliar, pero algunos creían que la resurrección se producía con un “alma” entrando en otro cuerpo.

La Biblia, por otro lado, nos enseña que el alma es la vida misma y muere cuando una persona muere, no puede sobrevivir sin cuerpo, por eso es que no hay memoria de Dios en la muerte

Ezequiel 18:4 (RVA)
He aquí que todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo son mías. El alma que peca, ésa morirá.

Apocalipsis 16:3 (RV-1858)
Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de un muerto, y toda alma viviente fue muerta en el mar.

Josué 11:11 (VM)
E hirieron a filo de espada todas las almas que en ella había, destruyéndolas por completo; no quedó ninguno que respirase; y a Hazor la quemó a fuego.

Eclesiastés 9:10 (VM)
Todo cuanto hallare que hacer tu mano, hazlo con tus fuerzas; porque no hay obra, ni empresa, ni ciencia, ni sabiduría en el sepulcro adónde vas.

Cuerpo, alma y espíritu no pueden sobrevivir si no están completos, no hay vida si falta alguno de éstos, por eso es necesaria la resurrección futura, porque ni el alma ni el espíritu pueden vivir uno sin el otro.

Esto también le explicó Dios a Ezequiel en una visión:

Ezequiel 37:1-14 (RVA)
|1| La mano de Jehovah vino sobre mí; me llevó fuera por el Espíritu de Jehovah y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
|2| Me hizo pasar junto y alrededor de ellos, y he aquí que eran muchísimos sobre la superficie del valle. Y he aquí que estaban muy secos.
|3| Entonces me preguntó: —Oh hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y respondí: —Oh Señor Jehovah, tú lo sabes.
|4| Entonces me dijo: —Profetiza a estos huesos y diles: “Huesos secos, oíd la palabra de Jehovah.
|5| Así ha dicho el Señor Jehovah a estos huesos: ‘He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.
|6| Pondré tendones sobre vosotros, haré subir carne sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré espíritu en vosotros; y viviréis. Y sabréis que yo soy Jehovah.’”
|7| Profeticé, pues, como se me ordenó; y mientras yo profetizaba, hubo un ruido. Y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron, cada hueso con su hueso.
|8| Miré, y he aquí que subían sobre ellos tendones y carne, y la piel se extendió encima de ellos. Pero no había espíritu en ellos.
|9| Entonces me dijo: —Profetiza al espíritu. Profetiza, oh hijo de hombre, y di al espíritu que así ha dicho el Señor Jehovah: “Oh espíritu, ven desde los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, para que vivan.”
|10| Profeticé como me había mandado, y el espíritu entró en ellos, y cobraron vida. Y se pusieron de pie: ¡un ejército grande en extremo!
|11| Luego me dijo: —Oh hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. He aquí que ellos dicen: “Nuestros huesos se han secado. Se ha perdido nuestra esperanza. Somos del todo destruidos.”
|12| Por tanto, profetiza y diles que así ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, oh pueblo mío, yo abriré vuestros sepulcros. Os haré subir de vuestros sepulcros y os traeré a la tierra de Israel.
|13| Y sabréis que soy Jehovah, cuando yo abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, oh pueblo mío.
|14| Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis. Os colocaré en vuestra propia tierra, y sabréis que yo, Jehovah, lo dije y lo hice,” dice Jehovah.

Como podemos ver, lo que Dios hará en el futuro no es meter un “alma” en un nuevo cuerpo, sin memoria y con una vida totalmente diferente, sino que va a reconstruir la vida de la persona muerta y darle una nueva vida inmortal. La promesa de resurrección no se trata de algún tipo de “reencarnación” en una persona totalmente diferente, sino en volver a la vida con un cuerpo totalmente renovado e incorruptible, pero siendo las mismas personas, con nuestros mismos recuerdos y esencia, de lo contrario, nada en esta vida tendría sentido.

Resucitar siendo alguien sin recuerdos y con un cuerpo y forma totalmente distintos no tendría sentido, para eso Dios hubiese hecho de cero a toda la humanidad ¿qué sentido, además, tendría un juicio sobre personas que no recuerdan nada de lo que hicieron? Pero Dios nos va a juzgar por nuestras obras y dar castigos a los incrédulos y recompensas a los creyentes.

Nicodemo era de las personas que creían en la inmortalidad del alma, por lo tanto, su concepto de la resurrección estaba errado. Cuando Jesús le dice que para ver el reino debían “nacer desde lo alto”, Nicodemo no entendió lo que Jesús le decía, sin embargo, Jesús le pregunta, en Juan 3:10: “Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto?”.

¡Se suponía que Nicodemo tenía que saber todas estas cosas! ¡Todo esto ya estaba revelado en las Escrituras! Jesús no estaba diciendo nada nuevo, pero como los fariseos habían hecho una interpretación incorrecta de las Escrituras, Nicodemo no podía entender lo que Jesús le decía a pesar de ser un “maestro”.

De aquí podemos entender que el nacimiento “desde lo alto” no es más que la resurrección futura. Cuando alguien muere, muere por completo, no hay un “alma” o “espíritu” con vida para entrar al reino. La única forma de ver el reino (y entrar en éste) es que esa persona reciba la resurrección, lo cual es un nuevo nacer, no de vientre materno, sino por el poder de Dios.

Juan 3:3-10 (RVA corregida)
|3| Respondió Jesús y le dijo: —De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca desde lo alto no puede ver el reino de Dios.
|4| Nicodemo le dijo: —¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
|5| Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
|6| Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es.
|7| No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer desde lo alto.”
|8| El Espíritu sopla de donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu.
|9| Respondió Nicodemo y le dijo: —¿Cómo puede suceder eso?
|10| Respondió Jesús y le dijo: —Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto?

Cuando nacemos, nacemos “de agua”, esto representa al nacimiento humano. Cuando seamos resucitados en la era venidera, vamos a nacer “del Espíritu”, o sea, Dios, quien es Espíritu, nos dará una nueva vida, la cual será inmortal. Si Dios no nos da esta nueva vida, no podríamos jamás entrar en el reino venidero.

Cuando se dice que “El Espíritu sopla de donde quiere…” se refiere a Dios. El “soplo” es una figura que se refiere a Dios dando vida a Su creación.

Génesis 2:7 (RVA)
Entonces Jehovah Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.

Dios es quien “sopla” vida a quien Él quiere. Esto no significa que va a resucitar gente al azar, sino que es Él quien pone las reglas de cómo se hacen las cosas. Dios decidió dar vida a quienes creen en Jesús como Señor, esa es la condición para entrar en el reino venidero.

Por eso es que, inmediatamente después Jesús le dice a Nicodemo:

Juan 3:14-18 (RVA)
|14| Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
|15| para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna.
|16| Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.
|17| Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
|18| El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

El hilo de la conversación es siempre el mismo: Jesús está diciendo a Nicodemo que si quería entrar en el reino iba a tener que recibir el nacimiento desde lo alto (de Dios) y que Dios daba vida (soplo) a quien Él quiere, y por eso envió a Jesús, para que por medio de la fe en él todos tengan la oportunidad de entrar en el reino y vivir para siempre.

Renacidos para salvación

Otro texto que ha sido malinterpretado y suele traer confusión es el de 1 Pedro. Teniendo en cuenta lo que ya hemos visto, será más fácil comprender la enseñanza de Pedro, pero igualmente nos hará falta profundizar en algunos puntos.

1 Pedro 1:3-5 (RVA)
|3| Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos;
|4| para una herencia incorruptible, incontaminable e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros
|5| que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación preparada para ser revelada en el tiempo final.

En el versículo 3, las palabras “nacer de nuevo” son una sola palabra en los textos griegos: anagennaö, la cual es una palabra que sólo se usa aquí y en el versículo 23 y no aparece en ninguna otra parte de los textos del Nuevo Testamento.

Pedro usa aquí una palabra única. Lo interesante es que esta palabra griega está compuesta de otras dos palabras: ana y gennaö. Gennaö significa “nacer” o “dar a luz”; y ana puede traducirse como “de nuevo”, pero su sentido primordial es “arriba, sobre, encima”. Por lo tanto, podemos ver que esta palabra guarda relación con el “nacimiento desde lo alto” del cual Jesús habló a Nicodemo.

Pedro nos dice que Dios “nos ha hecho renacer”, hablando en tiempo pasado, no obstante, ya vimos que el nacimiento desde lo alto del que habló Jesús es aún futuro. Esto ha hecho pensar a algunos que Pedro está hablando de otra cosa, pero no es así, lo podemos ver en el contexto.

Pedro nos está hablando de una “esperanza viva”, de una “herencia incorruptible… reservada en los cielos” y de la “salvación preparada para ser revelada en el tiempo final”. Claramente nos está hablando de eventos futuros.

Lo que sucede es que aquí tenemos una figura literaria que algunos han llamado “perfecto profético” o “pasado profético”; el Dr. E.W. Bullinger identificó esta figura como heterosis del tiempo, no obstante, el sentido es el mismo. La figura consiste en usar un verbo en tiempo pasado para referirse a un evento futuro con el fin de dar certeza a lo dicho.

En otras palabras, aunque el nuevo nacimiento es algo futuro (la resurrección), Pedro habla en tiempo pasado porque para Dios esto ya es un hecho, una vez que aceptamos a Jesús como Señor, nuestra futura resurrección está garantizada, es un hecho irreversible, por eso se habla de ésta en tiempo pasado. Es el mismo tipo de figura que usa Pablo en Efesios:

Efesios 2:5-6 (RVA)
|5| aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!
|6| Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales,

2 Corintios 4:14 (RVA)
sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará a su lado juntamente con vosotros.

Noten que en 2 Corintios Pablo habla de ser resucitados en el futuro y ser presentados a su lado, mientras que en Efesios dice esto mismo, pero en tiempo pasado, como si ya hubiese ocurrido. Esto es porque en 2 Corintios Pablo está hablando literalmente, mientras que en Efesios usa la figura del pasado profético para enfatizar la certeza de que esto sucederá así. ¡Tenemos la garantía de Dios de que resucitaremos en la era venidera!

Del mismo modo, Pedro en esos primeros versículos está usando el pasado profético, mostrando que para el creyente cristiano ya está garantizada la resurrección futura, el cual es el nuevo nacimiento o “nacimiento desde lo alto”.

Lo mismo sucede con el concepto de salvación. La salvación no es un hecho presente, sino futuro. “Salvar” significa “poner a salvo”, “rescatar”, “alejar de un peligro”. ¿De qué fuimos salvados? Fuimos salvados de la ira de Dios (Ro. 5:9). Dios va a dar castigo a los pecadores por sus pecados. Todos somos pecadores, así que todos merecemos el castigo por los pecados, que es la muerte final (Ro. 3:23; 5:12; 6:23).

Por eso es que la salvación es un hecho futuro, en el futuro, cuando Dios derrame Su ira sobre los pecadores y dé el castigo merecido a todos, los que hemos creído en Jesús como Señor seremos puestos aparte, a salvo. ¡Fuimos rescatados de la muerte final! Por eso Pedro dice, en el 1:5 que somos guardados para la salvación preparada para ser revelada en el tiempo final, y también dice, en el versículo 9, que en el fin obtendremos la salvación de nuestras almas (nuestras vidas).

La simiente incorruptible

Más adelante Pedro dice:

1 Pedro 1:23 (RVA)
pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible sino de incorruptible, por medio de la palabra de Dios que vive y permanece.

¿Qué sería la simiente incorruptible? Algunos han sugerido que es el don de espíritu santo o la naturaleza de Dios en el creyente. También hay quienes dicen que esa simiente es la Palabra de Dios, u otras cuantas cosas.

La explicación es realmente muy sencilla, leamos el contexto:

1 Pedro 1:18-19 (RVA)
|18| Tened presente que habéis sido rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata,
|19| sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.

Aquí Pedro dice que fuimos rescatados, no con cosas corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha ni contaminación. Así que, ya podemos ver, del contexto mismo, que lo “incorruptible” es Cristo mismo.

Sigamos leyendo:

1 Pedro 1:20-21 (RVA)
|20| El, a la verdad, fue destinado desde antes de la fundación del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por causa de vosotros.
|21| Por medio de él creéis en Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y le ha dado gloria; de modo que vuestra fe y esperanza estén en Dios.

Nos está diciendo que Jesús fue “destinado desde antes de la fundación del mundo”, lo cual quiere decir que en el plan de Dios Jesús estuvo desde antes de la creación (Dios ya sabía que el ser humano iba a caer y necesitar un redentor), pero fue manifestado en los últimos tiempos, o sea, ese plan se había concretado en esos tiempos.

Luego Pedro dice que por medio de Jesús es que creemos en Dios. En todo el contexto se está poniendo a Jesús como el punto central de nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra salvación.

1 Pedro 1:22-25 (RVA)
|22| Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos los unos a los otros ardientemente y de corazón puro;
|23| pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible sino de incorruptible, por medio de la palabra de Dios que vive y permanece.
|24| Porque: Toda carne es como la hierba, y toda su gloria es como la flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;
|25| pero la palabra del Señor permanece para siempre. Esta es la palabra del evangelio que os ha sido anunciada.

Nosotros recibimos el nuevo nacimiento (la esperanza y garantía de la resurrección para vida perpetua en el reino venidero) por medio de la fe en Jesús.

¿Hay más evidencias de que esta simiente incorruptible es Jesús? ¡Claro que sí!

La palabra “simiente” en el texto griego es spora que sólo se usa aquí en el Nuevo Testamento, por lo tanto, no podemos comparar sus usos con otros textos, sin embargo, tenemos una palabra griega muy similar, que también se traduce como “simiente”, que es la palabra griega sperma, la cual puede traducirse como “semilla”, “simiente” o “descendencia”. Esta palabra la tenemos en la Septuaginta (la traducción al griego del Antiguo Testamento), en Génesis 3:15:

Génesis 3:15 (RV-1960)
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

La “simiente” aquí se refiere a Jesús. Dios estaba prometiendo a un salvador humano, que vendría de la descendencia de una mujer e iba a derrotar al Diablo.

Gálatas 3:16-20 (RV-1960)
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

La simiente prometida siempre fue una sola, la “simiente” en la Biblia siempre es Cristo.

Al resucitar de entre los muertos Jesús se convirtió en la “simiente incorruptible”. Él era la simiente prometida que iba a derrotar las obras del Diablo, no obstante, él podría haber fallado en su obediencia a Dios y no concretar el plan. Al realizar su más sublime acto de obediencia a Dios, dando su vida por nosotros, Jesús fue resucitado con un cuerpo inmortal, incorruptible y él ahora es “la simiente incorruptible”.

“Por medio de la Palabra de Dios”

Un último punto a analizar en 1 Pedro es la expresión “por medio de la palabra de Dios” que, contrario a lo que muchos piensan, no se refiere a la Biblia en sí, sino a aquello dicho por Dios.

1 Pedro 1:23-25 (RVA)
|23| pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible sino de incorruptible, por medio de la palabra de Dios que vive y permanece.
|24| Porque: Toda carne es como la hierba, y toda su gloria es como la flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;
|25| pero la palabra del Señor permanece para siempre. Esta es la palabra del evangelio que os ha sido anunciada.

Nosotros recibimos el nuevo nacimiento (la futura resurrección) por medio de la fe en la simiente incorruptible (Jesús) y esto es posible por medio de la Palabra de Dios, porque Dios mandó que sea así y Dios es quien dio a Jesús el poder para que esto suceda, sin la acción de Dios nada de esto sería posible.

Cuando Pedro dice “Esta es la palabra del evangelio que os ha sido anunciada”, no se refiere a la “palabra de Dios” previa, sino que está diciendo que el evangelio que fue anunciado por ellos consiste en dar a conocer aquello que Dios hizo en Cristo mediante Su Palabra.

Los versículo 24 y 25 son una cita de Isaías, en las que podemos ver que también se habla de la obra de Dios y la futura resurrección para vivir para siempre en Su reino:

Isaías 40:1-8 (RVA)
|1| “¡Consolad, consolad a mi pueblo!,” dice vuestro Dios.
|2| “Hablad al corazón de Jerusalén y proclamadle que su condena ha terminado y su iniquidad ha sido perdonada, que de la mano de Jehovah ya ha recibido el doble por todos sus pecados.”
|3| Una voz proclama: “¡En el desierto preparad el camino de Jehovah; enderezad calzada en la soledad para nuestro Dios!
|4| ¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina rebajados! ¡Lo torcido será convertido en llanura, y lo escabroso en amplio valle!
|5| Entonces se manifestará la gloria de Jehovah, y todo mortal juntamente la verá; porque la boca de Jehovah ha hablado.”
|6| Una voz decía: —¡Proclámalo! Y yo respondí: —¿Qué he de proclamar? —Que todo mortal es hierba, y toda su gloria es como la flor del campo.
|7| La hierba se seca, y la flor se marchita; porque el viento de Jehovah sopla sobre ella. Ciertamente el pueblo es hierba.
|8| La hierba se seca, y la flor se marchita; pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.

Isaías estaba hablando de la futura gloria de Su pueblo. En el tiempo futuro toda condena será terminada, los que entren en el reino tendrán todos los pecados perdonados. La gloria humana es efímera, como la hierba que se seca, pero por medio de la fe en Jesús Dios va a “soplar” sobre nosotros y hacernos vivir para siempre por Su Palabra.

¡Si Dios dice que vamos a vivir para siempre, entonces vamos a vivir para siempre!

Isaías 55:10-13 (RVA)
|10| Porque como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sino después de haber saciado la tierra y de haberla hecho germinar, producir y dar semilla al que siembra y pan al que come,
|11| así será mi palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual la envié.
|12| Ciertamente, con alegría saldréis y en paz os iréis. Los montes y las colinas irrumpirán en cánticos delante de vosotros, y todos los árboles del campo aplaudirán.
|13| En lugar del espino crecerá el ciprés; y en lugar de la ortiga, el mirto. Esto servirá de renombre a Jehovah, y de señal eterna que nunca será borrada.”

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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