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Sembrar sobre bendición – Estudio de 2 Corintios 9:6

Por Pablo Pereyra

2 CORINTIOS 9:6 (RVA)
Y digo esto: El que siembra escasamente cosechará escasamente, y el que siembra con generosidad también con generosidad cosechará.

Este versículo tal como se lee, se suele usar para enseñar que mientras más dinero uno “siembre” para un ministerio, más “cosechará”. Por un lado, si bien el contexto viene hablando de ofrendas, aquí no se dice que necesariamente lo que uno “siembra” tiene que ser dinero, cada uno de nosotros tiene muchas otras cosas que podemos dar, como tiempo, trabajo, amor, conocimiento, etc.

Por otro lado, cuando estudiamos en detalle el texto griego de la Biblia, vemos que hay algunas palabras que no han sido traducidas correctamente.

La palabra “escasamente” en el texto griego de la Biblia es pheidomenos, que significa “de forma escasa o limitada”.

La palabra “generosidad”, en griego son dos palabras: epi elogia. Epi significa “en” o “sobre” y eulogia es “bendición, alabanza, buena palabra, beneficencia”.

Ajustado al texto griego este versículo podemos traducirlo como:

“Y esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también cosechará; y el que siembra sobre bendición, sobre bendición también cosechará”.

Ahora bien, aquí no se dice que “escasamente” y “sobre bendición” se refiera a la cantidad de dinero que alguien da. Para poder determinar a qué se está refiriendo Pablo, tenemos que revisar el contexto. Si leemos el siguiente versículo, se hace más claro de qué está hablando Pablo:

2 CORINTIOS 9:7 (RVA)
Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación; porque Dios ama al dador alegre.

Pablo ahora dice que cada uno tiene que dar como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por obligación.

La palabra “dé” aquí, no está en el texto griego, el versículo está siguiendo la idea del versículo 6, así que está hablando de cómo se debe “sembrar”.

La palabra “tristeza” en el griego es lupë, que Friberg define como “dolor, sufrimiento, tristeza, ansiedad…”. Bauer-Danker la definen como “dolor de la mente o el espíritu: dolor, pesar, aflicción”.

La palabra “obligación” en griego es anagke, que puede traducirse como “obligación, necesidad, imposición”. El diccionario de Friberg nos dice que esta palabra puede referirse a un sentimiento interno de necesidad u obligación; también puede referirse a algo que es inevitable; también a algo que es impuesto por obligación, a la fuerza.

Este versículo nos está hablando de la condición del corazón para dar: no tenemos que hacerlo porque nos sintamos obligados o forzados a dar, ya sea por motivos de conciencia o por la presión que alguien nos ejerza. Pero tampoco hay que dar cuando eso que damos nos causa algún tipo de dolor, aflicción o pesar. Si vamos a dar ¡tiene que ser alegremente!

Ahora bien, conectemos esto con el versículo anterior, hagamos una traducción más literal en base al texto griego:

“Y esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también cosechará; y el que siembra sobre bendición, sobre bendición también cosechará. Cada uno siembre conforme lo que propuso en el corazón, no desde el dolor o la obligación, porque Dios ama al dador alegre”.

Entonces, “escasamente” y “sobre bendición” no se refieren a la cantidad de dinero que se da, sino a la actitud del corazón.

Si mi conocimiento de Dios es escaso o limitado, si mi deseo de dar es limitado, si algo me limita a dar, porque siento que estoy dando por una obligación interna o con tristeza y angustia, si me “duele” dar, entonces lo que voy a cosechar de parte de Dios va a ser limitado. Pero si doy alegremente, doy “sobre bendición”, o sea, que doy porque estoy bendecido y quiero bendecir a otros, entonces, aunque lo que dé sea poco, lo que voy a recibir es “sobre bendición”, o sea, Dios va a bendecirme a causa de lo que estoy dando.

Cuando entendemos el amor de Dios, comenzamos a amarlo más y más y eso nos impulsa a estar bendecidos y agradecidos y querer servirle con todo nuestro ser. El dinero es sólo parte de lo que tenemos para dar, pero no es lo único, como ya dije antes.

Lo importante es que, sea lo que sea que demos, nunca demos por sentirnos presionados por alguien, o por nosotros mismos, ni tampoco desde la angustia, dolor o tristeza, sino siempre alegremente, sabiendo que la Tierra y su plenitud son de Dios, que todo lo que tenemos no es nuestro, sino de Él y que la mejor forma de usar nuestras vidas y recursos es para Su gloria.

Cuando existe la actitud correcta, entonces sucede lo que Pablo dice a continuación:

2 CORINTIOS 9:8-10 (RVA)
|8| Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra;
|9| como está escrito: Esparció; dio a los pobres. Su justicia permanece para siempre.
|10| El que da semilla al que siembra y pan para comer, proveerá y multiplicará vuestra semilla y aumentará los frutos de vuestra justicia.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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