Ser cristianos en los hechos y no en las palabras
Muchos cristianos…
… hablan de la importancia de la unidad de la Iglesia y el amor entre hermanos, pero crean divisiones por cualquier cosa, se pelean por diferencia doctrinales triviales, se dejan de hablar por cosas que ni a los incrédulos les causaría tal reacción…
… dicen que están abiertos al cambio, pero se enojan si alguien les señala un error…
… dicen buscar y amar la verdad, pero cuando se encuentran con una verdad incómoda, que les provocaría tener que cambiar lo que creen hace años, la hacen a un lado y siguen con su pensamiento de siempre, buscando excusas para seguir con su camino de siempre…
… dicen que no tienen dinero para apoyar a la obra de Dios o ayudar al hermano necesitado, pero se compran el celular último modelo, las zapatillas más caras y la TV más grande que encuentran…
… no apoyan a los músicos cristianos, pero pagan fortunas para ir a los recitales de sus grupos seculares favoritos…
… dicen ser humildes, pero en la práctica sólo son soberbios con buenos modales. ¡No hay que confundir humildad con amabilidad, ni seguridad con soberbia!…
… tienen la boca llena de las Escrituras, teología e intelectualismo bíblico, pero no hay poder de Dios en sus vidas…
… intentan alejarse de «gente tóxica», pero no quitan la toxicidad que llevan dentro…
… dicen estar dispuestos a morir por Cristo, pero no pueden siquiera morir a sus pecados más comunes…
… quieren tener la sanidad, poder y milagros de la Iglesia del primer siglo, pero no quieren vivir sus vidas con el amor y santidad que ellos vivieron…
Efesios 4:13 (RVA)
hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
¿Cómo vamos a estar llenos del poder, amor y bendición de Dios si no hacemos lo que Él realmente quiere, que es que busquemos la unidad en la fe y en el conocimiento de Su hijo?
¿Cómo vamos a recibir de Dios el alimento sólido si aún no hemos siquiera aprendido las lecciones más básicas? ¿Cómo podemos decir que conocemos a Dios si ni siquiera hemos aprendido a amar a los hermanos?
¡Quiero conocerte Padre! ¡Quiero conocer Tu amor! ¡Ayúdame a ser más como tú y menos como yo! ¡Ayúdame a entender mis errores! Dame valor para hacer los cambios necesarios, fortaleza para no seguir la corriente de este mundo y los recursos y herramientas necesarias para ayudar a mis hermanos.
2 Corintios 7:1 (RVA)
Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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