SERVIR A LOS DEMÁS ES LA MEJOR FORMA DE AMOR PROPIO
El diccionario de la RAE define “egoísmo” como: “Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás”.
Entonces, una persona egoísta es la que tiene un amor propio desmesurado y a la que no le importa lo que le sucede al otro con tal de obtener su propio beneficio.
Esta palabra viene de “ego” que significa “yo”, por lo cual es también definida como “persona que sólo piensa en sí misma”.
Marcos 12:28-31 (RVA)
|28| Se le acercó uno de los escribas al oírles discutir; y dándose cuenta de que Jesús había respondido bien, le preguntó: —¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
|29| Jesús le respondió: —El primero es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
|30| Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
|31| El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos.
Amarse uno mismo no es algo malo, nadie podría cumplir este segundo mandamiento si primero no se ama a sí mismo. El problema es cuando ese amor es desmedido y cuando no está Dios primero en el corazón.
Pero si amamos primero a Dios, eso nos llevará a amar a otros, a intentar ver a las demás personas tal como Dios las ve y querer la salvación para toda la humanidad, así como Dios la desea.
La Escritura, nos dice que Dios va a dar recompensas incorruptibles para el reino venidero, entonces, una persona que se interese por su propio bien y que piense con lógica debería entender que el mayor bien que puede obtener para sí misma es esa recompensa de parte de Dios. ¿Cómo se obtiene?
Marcos 10:42-44 (RVA)
|42| Pero Jesús los llamó y les dijo: —Sabéis que los que son tenidos por príncipes de los gentiles se enseñorean de ellos, y sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
|43| Pero no es así entre vosotros. Más bien, cualquiera que anhele hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
|44| y cualquiera que anhele ser el primero entre vosotros será siervo de todos.
Para obtener los “primeros puestos” en el reino venidero ¡hay que ser servidores de todos! Jesús es ejemplo de esto, él fue el mayor ejemplo de servicio y obediencia a Dios, a tal punto fue su servicio, que dio su vida por nosotros. ¿Y qué obtuvo a cambio? ¡Fue exaltado hasta lo sumo sobre todo ser, fue puesto como el segundo después de Dios!
Así que, si alguien es de ese tipo de personas que sólo piensa en su propio beneficio, no va a obtener mayor beneficio que esas recompensas de Dios que las dará a los que sirvan a los demás.
Quizá servir a otros sólo para obtener recompensas de Dios no sería la mejor motivación, pero si a alguien le motiva sólo el obtener su propio beneficio, lo mejor que podría hacer es servir a otros. Además, el pecado siempre trae consecuencias negativas en el tiempo presente, así que, por mera conveniencia no conviene andar en pecado y sí es bueno servir a los demás.
No obstante, creo que tenemos motivos más profundos para servir a Dios, entre ellos, el simple agradecimiento por habernos salvado por medio de Cristo, habernos rescatado de la muerte perpetua. Aún si Dios no diera más recompensas en el reino venidero, el hecho de que nos haya dado vida perpetua debería ser motivo para querer hacer Su voluntad.
De una forma u otra, siempre vamos a obtener el máximo beneficio para nuestras vidas si servimos a Dios y hacemos Su voluntad, sirviendo también a nuestros hermanos.
1 Corintios 9:24-25 (RVA)
|24| ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero sólo uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
|25| Y todo aquel que lucha se disciplina en todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; nosotros, en cambio, para una incorruptible.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia
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