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UNA NUEVA CREACIÓN

Por Pablo Pereyra

Introducción

A lo largo de la carta de Pablo a los gálatas podemos ver que Pablo escribe para señalar y corregir problemas doctrinales y prácticos que se habían presentado en esta congregación. En los primeros capítulos aprendemos que cierto grupo de personas estaban enseñando que era necesario seguir con antiguas prácticas religiosas judías con el fin de poder agradar a Dios. Entre otras cosas, estas personas estaban enseñando que debían circuncidarse para ser “perfeccionados” en su andar. Estas personas estaban usando las Escrituras, fuera de su contexto histórico adecuado, para promover la práctica de cosas que son contrarias a la voluntad de Dios. Ellos predicaban otro “evangelio”, aunque Pablo les dice que en verdad no existe otro evangelio y que nadie debería predicar otra clase de evangelio sino el de la gracia de Dios por medio de Cristo (Gá. 1:6-9).

En capítulos posteriores Pablo va dejando en claro que estas prácticas no son requisito para el andar cristiano, todo lo contrario, entorpecen la capacidad de recibir la gracia de Dios por medio de Cristo (Gá. 2:21). Pablo luego les recuerda que ellos recibieron el don de espíritu santo y recibieron la salvación y justificación por medio de la fe, por lo tanto, el perfeccionamiento en la relación con Dios no puede estar basada en actos religiosos externos, sino en un andar de obediencia a Dios, lo cual se logra mediante una relación espiritual con Dios por medio del don de espíritu santo y por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor (Gá. 3:1-13).

La ley, dice Pablo, fue dada como ayo (preceptor, guía, instructor) para llevarnos a Cristo, pero no puede ser tomada como objeto de salvación, porque nadie puede cumplirla perfectamente como para merecer la salvación de Dios.1

Ya concluyendo con su exposición doctrinal, Pablo explica que la circuncisión no vale nada, ni tampoco la incircuncisión, sino que lo que tiene valor para Dios es una nueva criatura o nueva creación.

GÁLATAS 6:12-15 (LBLA)
|12| Los que desean agradar en la carne tratan de obligaros a que os circuncidéis, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo.
|13| Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, mas ellos desean haceros circuncidar para gloriarse en vuestra carne.
|14| Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.
|15| Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.

En este caso estoy citando a la versión “Biblia de las Américas”, porque correctamente traduce “nueva creación”. Otras versiones traducen “nueva criatura”, pero, como veremos, “creación” es más exacto. La pregunta que surge es ¿a qué se refiere Pablo con “nueva creación”? Esto es lo que intentaremos comprender a lo largo de este estudio.

La palabra “creación”

La palabra griega que se traduce “creación” en el versículo 15 es ktisis, algunas versiones al español la traducen como “criatura”, pero su significado raíz es “creación”; se puede referir tanto al acto de crear como a las cosas creadas, por eso es que algunas versiones traducen “criatura”. Estudiando el contexto, veremos que lo que aquí se nos está diciendo es que Dios ha hecho una nueva creación por medio de Cristo y por esta causa los antiguos rituales señalados por Dios a los judíos ya no tienen validez.

La palabra griega ktisis se usa con distintos sentidos conforme al contexto en que se encuentra, pero siempre nos da la idea de algo que fue creado. En Mateo 10:6 la palabra ktisis se usa con referencia a la creación inicial de Dios, relatada en Génesis 1 y 2. En Marcos 16:15 se habla de predicar el evangelio (buena noticia) a “toda criatura” (o “toda creación”), este es un uso figurado (si lo quieren estudiar en más detalle, la figura es sinécdoque) y se refiere a los seres humanos en general (se sobreentiende en el contexto, ellos no iban a predicar a animales, plantas y objetos inanimados). En Romanos 8:39 se usa refiriéndose a todo tipo de cosa creada, enseñándonos que nada nos podrá separar del amor de Dios.

Pero también hay un uso de esta palabra que puede sorprendernos. Pedro usa la palabra ktisis en referencia a los grados de autoridad definidos por el ser humano, en 1 Pedro 2:13 leemos:

1 PEDRO 2:13-14 (RVA)
|13| Estad sujetos a toda institución humana por causa del Señor; ya sea al rey como quien ejerce soberanía,
|14| o a los gobernantes como quienes han sido enviados por él para el castigo de los que hacen el mal y para la alabanza de los que hacen el bien.

La palabra “institución”, en el versículo 13, es la palabra griega ktisis, se refiere a las posiciones de autoridad que existen entre los seres humanos. Así que, vemos que esta palabra ktisis, en determinados contextos también puede referirse a puestos de autoridad “creados” para dar un orden gubernamental.

La palabra “nueva”

En el griego de la Biblia tenemos dos palabras que primordialmente pueden traducirse como “nuevo”, una de ellas en neos y la otra es kainos. La diferencia entre estas dos palabras griegas es que neos denota algo que es “nuevo en tiempo”, algo recién hecho, recién fabricado, algo sin uso; cuando se usa con respecto a personas describe a alguien que es más joven o de menor edad. Por otro lado, la palabra kainos nos indica algo que es “nuevo en calidad o carácter”, es algo que ha adquirido una nueva calidad o nuevas características, aunque no necesariamente está recién hecho.

Para ejemplificar el sentido de estas dos palabras griegas, supongamos que compro un automóvil 0km cuyo modelo viene siendo vendido desde el año 2000, este automóvil sería “nuevo en tiempo” (neos), pero no es nuevo en calidad (kainos), porque el mismo modelo ha estado a la venta durante muchos años. Por otro lado, si yo refaccionara un viejo automóvil, dándole un nuevo diseño, pintándolo y añadiendo nueva tecnología o nuevos accesorios, este auto podría considerarse nuevo en calidad (kainos), pero no sería nuevo en tiempo (neos), porque yo ya tenía ese auto desde hace tiempo. Ahora bien, cuando una marca importante nos presenta una nueva línea de automóviles que sale a la venta, éstos pueden considerarse que son nuevos en tiempo (neos), porque están recién salidos de fábrica, pero también son nuevos en calidad (kainos), porque tiene cualidades y características que lo hacen distinto de otros modelos.

Cuando la Biblia habla de “nueva creación”, la palabra griega utilizada es kainos y no neos. Esto significa que la nueva creación a la que Dios se refiere no es nueva en tiempo, sino que es nueva en calidad, en características o en cualidades. Dios tomó cosas ya existentes de Su creación y las hizo “nuevas”, en el sentido de que les dio una nueva calidad y nuevas características.

Veamos algunos usos de la palabra kainos en las Escrituras:

MATEO 9:17 (RVA)
Tampoco echan vino nuevo [neos] en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo [neos] en odres nuevos [kainos], y ambos se conservan.

Noten que en este versículo se usan las dos palabras griegas que pueden ser traducidas como “nuevo”. En la versión en español no se puede ver la diferencia, por esta causa he señalado entre corchetes cuál es la palabra griega utilizada en cada caso. Como puede verse, se usa la palabra neos para referirse al vino nuevo, pero se usa kainos para referirse a los odres nuevos. Este uso no es al azar, lo que aquí se está mostrando es que el vino que está recién hecho debe colocarse en odres que tengan una nueva calidad, que esté preparado para recibir esta clase de vino.

Este versículo es una respuesta en forma de parábola a ciertos fariseos que preguntaron a Jesús por qué sus discípulos no seguían las mismas practicas que los ellos (versículo 14). Esta parábola responde a un cuestionamiento en cuanto a la doctrina y práctica. El odre y el vino hacen referencia a la doctrina y el andar. Cristo trajo doctrina nueva (kainos) acerca de cuál era la voluntad de Dios, esta nueva doctrina no podría sostenerse dentro de la “vieja” estructura religiosa de los judíos, sino que necesitaba de una nueva estructura, con prácticas “nuevas”. Jesús estaba trayendo nueva información acerca de la voluntad de Dios, esta nueva información era nueva en calidad, no contradecía lo que Dios había mandado a Moisés, sino que lo completaba (Mt. 5:17).

Pablo explica, a lo largo de sus cartas a los romanos y a los gálatas, que la ley de Dios sólo proporcionaba de una guía sobre las prácticas que agradaban a Dios, pero no les proveía de la capacidad para alcanzar la salvación, porque nadie la podía cumplir perfectamente. La ley dada a Moisés era tan sólo una guía hacia la voluntad de Dios. Jesús vino a mostrar, a través de Su doctrina y de Su ejemplo, cuán grande es el amor de Dios y cuál es Su deseo para la humanidad (Jn. 14:6-12). Al entender más profundamente la voluntad de Dios, el andar cambia, porque éste ya no se basa en una serie de reglamentos rígidos y estrictos, sino en una relación estrecha con el Padre. Por esta causa es que Jesús no exigía a sus discípulos que siguieran muchos de los actos religiosos que los fariseos practicaban regularmente.

La parábola de Jesús acerca del vino y el odre nos enseña que la doctrina nueva (kainos), requiere de obras nuevas (neos). Si estas obras nuevas se colocan dentro del antiguo marco doctrinal se produce conflicto. Esto le sucedió a los creyentes de la iglesia de Galacia, quienes, siendo desviados por falsos maestros, terminaron por colocar las viejas prácticas dentro de la nueva doctrina y así se estaban perdiendo de vivir en plenitud la gracia de Dios (Gá. 3:1-5; 4:9-11; 5:1-4).

MARCOS 1:22-27 (RVA)
|22| Y se asombraban de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
|23| Y en ese momento un hombre con espíritu inmundo estaba en la sinagoga de ellos, y exclamó
|24| diciendo: —¿Qué tienes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres: ¡el Santo de Dios!
|25| Jesús le reprendió diciendo: —¡Cállate y sal de él!
|26| Y el espíritu inmundo lo sacudió con violencia, clamó a gran voz y salió de él.
|27| Todos se maravillaron, de modo que discutían entre sí diciendo: —¿Qué es esto? ¡Una nueva doctrina con autoridad! Aun a los espíritus inmundos él manda, y le obedecen.

En el versículo 27 tenemos el uso de la palabra griega kainos refiriéndose a la “nueva doctrina” que Jesús estaba promoviendo. Esta doctrina de Jesús era nueva en calidad, por ejemplo, ninguna doctrina (ni siquiera la doctrina basada en las Escrituras) proveía de la capacidad y autoridad para echar fuera demonios, no hay relatos bíblicos anteriores al tiempo de Jesús en que algún profeta, sacerdote o creyente haya echado fuera demonios, de hecho, la actividad espiritual demoníaca no está muy documentada en el Antiguo Testamento. Cuando Jesús estuvo en la Tierra, comenzó a mostrar al mundo que existían huestes espirituales de maldad atacando y afectando a los seres humanos y demostró que Dios podía dar la capacidad y autoridad para luchar y vencer a estas huestes espirituales. Su doctrina no era nueva en tiempo (neos), porque estaba basada en las Escrituras de Dios, y promovía al mismo Dios de los judíos, pero era nueva en calidad (kainos), porque él estaba mostrando nuevas cualidades de Dios y estaba manifestando características del poder de Dios que no habían sido evidenciadas antes.

El nuevo pacto

En tiempos antiguos, Dios hizo un “pacto” con el pueblo de Israel: aquellos que guardaban los mandamientos de Dios vivirían bajo Su protección y tendrían vida perpetua en el reino futuro de Dios (Dt. 4:13, 23; Lv. 18:5; 26:9-15; Ez. 20:11; Ro. 10:5-6). Sin embargo, Dios sabía la propia naturaleza pecaminosa no permitiría al ser humano guardar perfectamente Sus estatutos, por tanto, Dios prometió que haría un nuevo pacto por medio del cual Sus leyes iban a ser escritas en el corazón mismo de las personas:

JEREMÍAS 31:31-34 (RVA)
|31| “He aquí vienen días, dice Jehovah, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
|32| No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser yo su señor, dice Jehovah.
|33| Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehovah: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
|34| Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce a Jehovah.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehovah. Porque yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.”

Jesús, por medio de Su sacrificio, hizo posible el comienzo de este nuevo pacto.

LUCAS 22:19-20 (RVA)
|19| Entonces tomó pan, y habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo: —Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí.
|20| Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa y dijo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

Aquí, cuando se habla del “nuevo pacto”, la palabra griega traducida “nuevo” es kainos, esto nos indica que este pacto es “nuevo en calidad”, las cualidades y características de este nuevo pacto son distintas del pacto anterior. Como vimos en la promesa hecha por medio de Jeremías, una de las más notables diferencias entre el antiguo pacto y el nuevo es que Dios haría algo en el interior de los creyentes de modo que éstos pudieran conocerlo. Anteriormente, los creyentes sólo podían conocer a Dios superficialmente por medio de Sus leyes escritas en piedra, pero llegado el nuevo pacto, los creyentes podrían conocer a Dios más acabadamente, desde el interior de su corazón y sus entrañas.

Otra gran característica que distingue al nuevo pacto es que, por medio de este, Dios promete que nunca más se acordará de nuestros pecados. Cuando los israelitas habían establecido el pacto con Dios, ellos debían mantenerse fieles y obedientes a las leyes de Dios, el pecado los dejaba fuera de la salvación de Dios y por ello debían constantemente ofrecer sacrificios de animales como muerte sustituta a causa de los pecados. Pero el nuevo pacto nos pone en una posición de relación con Dios que es inalterable, nuestros pecados no nos pueden hacer “desheredar” la salvación de Dios, porque Dios prometió nunca más acordarse de nuestros pecados. Cada pecado trae sus consecuencias, pero estando bajo el nuevo pacto, jamás podemos llegar al punto de perder la vida perpetua que Dios nos ha dado.

2 CORINTIOS 3:4-6 (RVA)
|4| Esta confianza tenemos delante de Dios, por medio de Cristo:
|5| no que seamos suficientes en nosotros mismos, como para pensar que algo proviene de nosotros, sino que nuestra suficiencia proviene de Dios.
|6| El mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

Aquí Pablo explica que él había sido hecho ministro de un nuevo pacto, el cual era establecido mediante el Espíritu. “El Espíritu” se refiere aquí al Señor Jesucristo en su función de mediador entre Dios y los creyentes renacidos.4 “La letra” se refiere a la ley escrita que fue dada a Moisés. Al decir que “la letra mata” Pablo no está queriendo decir que literalmente la ley de Dios mate a las personas, sino que da a entender que no se puede obtener vida perpetua mediante el cumplimiento de la ley, porque nadie puede cumplir perfectamente la ley. Pero mediante la acción de Cristo Dios ha perdonado todos nuestros pecados y tenemos vida perpetua sin la necesidad de cumplir perfectamente Su ley escrita.

La epístola escrita a los hebreos contiene una explicación del simbolismo de los antiguos rituales que Dios ordenó a los israelitas y su significado espiritual, con su actual aplicación. Es esta epístola tenemos más información acerca del nuevo pacto establecido por Dios:

HEBREOS 8:1-13 (RVA)
|1| En resumen, lo que venimos diciendo es esto: Tenemos tal sumo sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
|2| ministro del lugar santísimo y del verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre.
|3| Porque todo sumo sacerdote es puesto para ofrecer ofrendas y sacrificios; de ahí que era necesario que él también tuviera algo que ofrecer.
|4| Si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque ya hay sacerdotes que presentan ofrendas según la ley.
|5| Ellos sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le había advertido a Moisés cuando estaba por acabar el tabernáculo, diciendo: Mira, harás todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
|6| Pero ahora Jesús ha alcanzado un ministerio sacerdotal tanto más excelente por cuanto él es mediador de un pacto superior, que ha sido establecido sobre promesas superiores.
|7| Porque si el primer pacto hubiera sido sin defecto, no se habría procurado lugar para un segundo.
|8| Porque reprendiéndoles dice: “He aquí vienen días,” dice el Señor, “en que concluiré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto;
|9| no como el pacto que hice con sus padres en el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto. Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo dejé de preocuparme por ellos,” dice el Señor.
|10| “Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,” dice el Señor. “Pondré mis leyes en la mente de ellos y en sus corazones las inscribiré. Y yo seré para ellos Dios, y para mí ellos serán pueblo.
|11| Nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Señor’; porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor.
|12| Porque seré misericordioso en cuanto a sus injusticias y jamás me acordaré de sus pecados.”
|13| Al decir “nuevo,” ha declarado caduco al primero; y lo que se ha hecho viejo y anticuado está a punto de desaparecer.

De estos versículos aprendemos que el tabernáculo y templo que Dios envió a construir en tiempos antiguos no era más que una representación terrenal del verdadero habitáculo de Dios que es el cielo mismo. Los sacerdotes terrenales ofrecían sacrificios por el pecado en el templo, pero Jesús, siendo a la vez un sumo sacerdote y la ofrenda misma por el pecado, se ofreció a sí mismo, no en un templo terrenal, sino en el verdadero templo: el cielo mismo. Sólo él cumplía los requisitos para tal sacrificio y mediante él Dios estableció Su nuevo pacto con la humanidad.

Como se nos explica en el versículo 7, el pacto que Dios estableció con Israel no era perfecto. Aquello fue lo mejor que Dios tuvo disponible para la humanidad en ese momento, para poder ofrecer una vía perfecta de salvación, Dios requería de un ser humano perfecto que se ofreciera voluntariamente para quitar el pecado del mundo. Esto fue lo que Jesús hizo como “cordero de Dios” (Jn. 1:29). Al hacerlo, el nuevo pacto entró en vigencia y el antiguo pacto fue declarado caduco, aunque algunos aún se empeñan por vivir conforme a éste.

HEBREOS 9:1, 9-15, 22-28 (RVA)
|1| Ahora bien, el primer pacto tenía reglamentos acerca del culto y del santuario terrenal.

|9| Esto es una figura para el tiempo presente, según la cual se ofrecían ofrendas y sacrificios que no podían hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que rendía culto.
|10| Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.
|11| Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por medio del más amplio y perfecto tabernáculo no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
|12| entró una vez para siempre en el lugar santísimo, logrando así eterna redención, ya no mediante sangre de machos cabríos ni de becerros, sino mediante su propia sangre.
|13| Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo,
|14| ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de las obras muertas para servir al Dios vivo!
|15| Por esta razón, también es mediador del nuevo pacto, para que los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna, ya que intervino muerte para redimirlos de las transgresiones bajo el primer pacto.

|22| pues según la ley casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
|23| Era, pues, necesario purificar las figuras de las cosas celestiales con estos ritos; pero las mismas cosas celestiales, con sacrificios mejores que éstos.
|24| Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor.
|25| Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar santísimo con sangre ajena.
|26| De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo.
|27| Entonces, tal como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio,
|28| así también Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos. La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvación a los que le esperan.

Como vemos en todo este pasaje, Cristo es mediador de un nuevo pacto. En el antiguo pacto, era necesario constantemente ofrecer sacrificios para cubrir los pecados en un templo hecho con manos. Pero en el nuevo pacto tenemos a Cristo, Quien se ofreció como perfecto sacrificio en el templo verdadero, que es el cielo mismo, y así cubrió todos nuestros pecados de una vez para siempre, no sólo los pecados que ya hemos cometido, sino también todos aquellos que cometeremos. Mediante Su sacrificio hoy podemos vivir con la confianza de que nada nos podrá separar del amor de Dios (Ro. 8:39).

HEBREOS 10:1-10 (RVA)
|1| Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros y no la forma misma de estas realidades, nunca puede, por medio de los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente de año en año, hacer perfectos a los que se acercan.
|2| De otra manera, ¿no habrían dejado de ser ofrecidos? Porque los que ofrecen este culto, una vez purificados, ya no tendrían más conciencia de pecado.
|3| Sin embargo, cada año se hace memoria del pecado con estos sacrificios,
|4| porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
|5| Por lo tanto, entrando en el mundo, él dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo.
|6| Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron;
|7| entonces dije: “¡Heme aquí para hacer, oh Dios, tu voluntad!” como en el rollo del libro está escrito de mí.
|8| Habiendo dicho arriba: Sacrificios, ofrendas y holocaustos por el pecado no quisiste ni te agradaron (cosas que se ofrecen según la ley),
|9| luego dijo: ¡Heme aquí para hacer tu voluntad! El quita lo primero para establecer lo segundo.
|10| Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

Nuevamente leemos acerca de lo maravilloso e inmutable de este nuevo pacto con Dios. La ley tenía una “sombra” de las realidades espirituales. La ley no daba a conocer a Dios en profundidad, nadie podía comprender lo maravilloso del amor y poder de Dios por medio de la ley, sólo se podía tener un conocimiento superficial sobre Dios. Pero por medio de Cristo lo primero es quitado para dar lugar a lo segundo, Su sacrificio nos santifica espiritualmente, esto quiere decir que ante Dios, espiritualmente somos tan santos como Jesús mismo, aunque en la práctica necesitamos aprender a vivir en santidad, obedeciendo a Dios por medio de la fe.

HEBREOS 4:14-16 (RVA)
|14| Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra confesión.
|15| Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado.
|16| Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.

Por el hecho de que hemos recibido justificación y santificación por medio del sacrificio de Jesús, en el presente tenemos la posibilidad de acercarnos con confianza al trono de la gracia para alcanzar misericordia y oportuno socorro. No es necesario que tengamos un andar “intachable” para ser recibidos por Dios, el hecho de que creamos en Cristo como Señor nos posibilita tener una estrecha relación con Dios, con Cristo como constante mediador.

Una nueva creación

Luego de haber visto cómo es que Dios estableció un nuevo pacto por medio del sacrificio de Cristo, podremos comprender mejor el concepto de “nueva creación” que es objeto de este estudio.

GÁLATAS 6:15 (LBLA)
Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva [kainos] creación [ktisis].

2 CORINTIOS 5:17 (RVA)
De modo que si alguno está en Cristo, nueva [kainos] criatura [ktisis] es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas [kainos].

En ambos versículos tenemos los usos de la palabra ktisis: “creación”; y kainos: “nueva en calidad”. También la palabra “nuevas”, al final del versículo 18 es en griego kainos.

“Estar en Cristo” significa haber recibido a Cristo como Señor, tal como enseña Romanos 10:9 y 10. Al hacer a Cristo nuestro Señor pasamos a ser una nueva creación, todo se ha hecho nuevo en calidad, con nuevas características. La pregunta es ¿qué cosas han sido hechas nuevas? ¿Qué cosas han adquirido nuevas características o condiciones?

Un texto en Efesios nos dará claridad sobre este asunto:

EFESIOS 2:11-16 (RVA)
|11| Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por los de la llamada circuncisión que es hecha con mano en la carne.
|12| Y acordaos de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, apartados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo.
|13| Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido acercados por la sangre de Cristo.
|14| Porque él es nuestra paz, quien de ambos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad;
|15| y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos hombres un solo hombre nuevo, haciendo así la paz.
|16| También reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad.

Antiguamente, los judíos tenían el pacto de Dios, Sus promesas y Sus mandamientos, mientras que el resto de los pueblos (llamados aquí “gentiles”) no tenían acceso a la salvación de Dios, a menos que ellos mismos se hicieran judíos. Los israelitas eran considerados “ciudadanos” del reino de Dios, mientras que los gentiles estaban sin Dios y sin esperanza de salvación. Pero aquí vemos que luego de su ascensión Cristo “creó” en sí mismo un hombre nuevo, uniendo a los dos pueblos (judíos y gentiles) y aboliendo enemistades. En otras palabras, Cristo creó un nuevo orden espiritual por medio del cual todos tienen acceso a la gracia de Dios para salvación. A este conjunto de personas que han creído en Jesús como Señor la Biblia lo llama “el Cuerpo de Cristo” y “el nuevo hombre”.

EFESIOS 2:17-22 (RVA)
|17| Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para vosotros que estabais lejos y paz para los que estaban cerca,
|18| ya que por medio de él, ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.
|19| Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
|20| Habéis sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.
|21| En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo hasta ser un templo santo en el Señor.
|22| En él también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Dos figuras se utilizan en este capítulo de Efesios:

1 – La figura del CUERPO, el hombre nuevo, del cual cada uno de nosotros (los creyentes) somos miembros de ese único Cuerpo en Cristo del cual Cristo es la Cabeza.

2 – La figura del EDIFICIO, en la cual cada uno de nosotros (los creyentes) somos piedras de un mismo edificio o morada en la cual Cristo es la piedra angular.

A esto mismo se refiere Pablo en su carta a los colosenses:

COLOSENSES 1:9-18 (RVA)
|9| Por esta razón también nosotros, desde el día en que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de rogar que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y plena comprensión espiritual;
|10| para que andéis como es digno del Señor, a fin de agradarle en todo; de manera que produzcáis fruto en toda buena obra y que crezcáis en el conocimiento de Dios;
|11| y que seáis fortalecidos con todo poder, conforme a su gloriosa potencia, para toda perseverancia y paciencia.
|12| Con gozo damos gracias al Padre que os hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.
|13| El nos ha librado de la autoridad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo amado,
|14| en quien tenemos redención, el perdón de los pecados.
|15| El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación;
|16| porque en él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él.
|17| El antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten.
|18| Y además, él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo él sea preeminente;

Por no comprender que Dios ha hecho una nueva creación en Cristo luego de que Él hizo Su sacrificio, estos versículos son frecuentemente malinterpretados y utilizados para enseñar que Jesús fue el primer ser creado. Pero si leemos el contexto, nada nos indica que se esté hablando acerca de la creación de Dios en Génesis, sino que se está hablando de todo aquello que Cristo logró por el derramamiento de Su sangre.

Cristo es el primogénito en esta nueva creación de Dios, esto quiere decir que él fue el primer ser humano que ha sido resucitado en un glorioso cuerpo espiritual, el primer ser humano en el cual Dios comenzó Su nueva creación.

En el versículo 15 se dice que Jesús es el “primogénito” de toda la creación, y en el versículo 18 se dice que él es “primogénito” de entre los muertos. Esto conecta a la palabra “creación” con la resurrección de entre los muertos. Se hace más claro que al decir que Jesús es “primogénito de toda la creación” se está refiriendo a la nueva creación que Dios ha hecho en Cristo a partir de Su resurrección. Parte de esa nueva creación de Dios consiste en haber dado a Jesús un cuerpo resucitado que es incorruptible e inmortal. Nadie antes recibió un cuerpo de esa clase y nadie lo ha recibido hasta ahora, Él fue el primero en recibir esta clase de vida y es la “muestra” de lo que nosotros recibiremos en el futuro (Fil. 3:20, 21).

Y no sólo ésto, se nos dice también que Dios creó cosas nuevas “en él” “por medio de él” y “para él”. Él no sólo es el primogénito de esta nueva creación de Dios, sino que todo lo que Dios ha hecho nuevo lo hizo por medio de él y para él. En otras palabras, a Dios le fue posible hacer todo esto porque Jesús se sacrificó, pero también, como recompensa, Dios puso en manos de Jesús toda su nueva creación.

Como hemos visto, nosotros somos una “nueva creación” en Cristo, porque ahora somos parte de un Cuerpo cuya Cabeza es Jesucristo. Esto mismo es lo que el versículo 18 vuelve a señalar: Él fue puesto como Cabeza del Cuerpo y el deseo de Dios es que en todo tenga preeminencia.

Esta nueva creación incluye cosas visibles e invisibles, tronos, dominios, principados y poderes. No es que Dios haya traído a la existencia nuevos seres espirituales, sino que aquellos que existen fueron reordenados en cuanto a su autoridad. Recordemos que esta nueva creación no es neos (nueva en tiempo), sino kainos (nueva en calidad y cualidades), en otras palabras, por medio de la obra de Cristo, Dios dio nuevas cualidades a Su creación. Lo que Dios “creó” fue un nuevo sistema de autoridades que rige sobre los seres ya existentes.

En 1 Pedro 2:13 habíamos visto que la palabra “creación” puede referirse al orden de autoridades existentes, el mismo sentido tenemos aquí. Cristo fue puesto como el segundo al mando en el Universo (1 Co. 15:27; Ef. 1:20-23; Col. 2:10), por lo tanto, Jesús ahora tiene autoridad por sobre toda la creación de Dios y está encargado de mediar entre todo asunto entre Dios y los seres humanos (1 Ti. 2:5; He. 8:9; 9:15; 12:24). Todo esto necesitó de un nuevo orden en cuanto a las funciones y posiciones de autoridad de todos los seres espirituales. Esto, a su vez, genera nuevas capacidades entre los seres humanos, ya que cuando creemos en Cristo como Señor pasamos a ser miembros de Su Cuerpo (Ro. 12:4-5; 1 Co. 12:12-27; Ef. 4:16) y tenemos una conexión con Cristo por medio de la cual disponemos de todo Su poder cuando andamos en fe.

Por eso el versículo 17 dice que él “antecede a todas las cosas”. La palabra “antecede” en griego es la palabra pro, que significa literalmente “delante de”. Cristo está delante de todas las cosas, o sea, él es que tiene el rango más alto de autoridad.

Por otro lado, la palabra “subsisten” en griego es sunistemi, que significa “unir, combinar, juntar”. Al leer “en él”, tenemos que la preposición “en” es en griego en, que frecuentemente en los escritos de Pablo implica una conexión íntima con Cristo. Así que este versículo nos estaría diciendo que en conexión con Cristo es que todas las cosas son reunidas. “Las cosas”, por contexto, es todo este nuevo orden de autoridades que Dios creó luego de la resurrección de Jesús. Todo esto está unido a Cristo, todos los tronos, dominios, principados y autoridades espirituales (los de Dios) están conectados con Jesús y también todos los creyentes estamos unidos a él y, al estar unidos a él, nos vamos uniendo entre nosotros.

Sigamos leyendo Colosenses 1:

COLOSENSES 1:19-22 (RVA)
|19| por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
|20| y por medio de él reconciliar consigo mismo todas las cosas, tanto sobre la tierra como en los cielos, habiendo hecho la paz mediante la sangre de su cruz.
|21| A vosotros también, aunque en otro tiempo estabais apartados y erais enemigos por tener la mente ocupada en las malas obras, ahora os ha reconciliado
|22| en su cuerpo físico por medio de la muerte, para presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de él;

Por el sacrificio de Cristo es que fuimos reconciliados con Dios y por su sangre derramada tenemos paz para con Dios. Esta paz con Dios nos pone en un nuevo orden de cosas, establecido bajo un nuevo pacto, ya no necesitamos cumplir perfectamente la ley escrita para ser merecedores de la salvación de Dios, sino que por medio de Cristo recibimos la gracia de Dios por medio de la cual somos salvos. Además ahora Dios actúa en nuestro interior para hacernos conocer Su voluntad y podemos conocerlo con mucha más profundidad en la medida en que vamos andando en fe.

Un nuevo mandamiento

El nuevo pacto nos pone en otra forma de relación con Dios, por lo que promueve también nuevos mandamientos. Esto anticipó Jesús y fue luego ratificado por Juan:

JUAN 13:33-35 (RVA)
|33| Hijitos, todavía sigo un poco con vosotros. Me buscaréis, pero como dije a los judíos: “A donde yo voy vosotros no podéis ir,” así os digo a vosotros ahora.
|34| Un mandamiento nuevo [kainos] os doy: que os améis los unos a los otros. Como os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. |35| En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.

Antes de ser sacrificado, Jesús dio a sus discípulos “un mandamiento nuevo”: amarse unos a otros como Él los amó. Al hablar de un mandamiento “nuevo”, Jesús usó la palabra griega kainos, porque este mandamiento no era “nuevo” en tiempo, sino nuevo en calidad. El mandamiento se centra en el amor, esto no es nuevo, porque Jesús ya había enseñado que el amor resumía a todos los mandamientos (Mr. 12:28), lo cual ya había sido declarado desde los tiempos de Moisés (Dt. 6:4-5). El mandamiento de Jesús no era nuevo en su esencia, porque se centraba en el amor, pero era nuevo en sus cualidades y características, porque Jesús mostró una clase de amor jamás vista, Jesús dio testimonio del amor de Dios de un modo mucho más profundo y completo. Al pedir a sus discípulos que se amen como Él los había amado estaba poniendo al andar cristiano en una categoría muy superior a lo que hasta entonces se conocía, no se trata tan sólo de obedecer una serie de reglamentos escritos, sino de andar con un amor que refleja el amor de Dios.

1 JUAN 2:1-7 (RVA)
|1| Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo.
|2| El es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
|3| En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos.
|4| El que dice: “Yo le conozco” y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él.
|5| Pero en el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en él.
|6| El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo.
|7| Amados, no os escribo un mandamiento nuevo [kainos] sino el mandamiento antiguo que teníais desde el principio. El mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído.

Aquí Juan habla acerca del andar cristiano, como vimos, Jesús mandó a sus discípulos a amar como Él los amó. Aquí Juan nos dice que el andar cristiano, el andar en amor, consiste en andar como anduvo Jesucristo. Cada vez que nuestro andar se desvía del andar de amor que ejemplificó Jesucristo, estamos cometiendo pecado. Juan aquí no está dando un mandamiento “nuevo en calidad”, sino el mismo tipo de mandamiento que había dado Jesús, lo que hace aquí Juan es explicar un poco mejor en qué consiste el andar cristiano conforme al amor de Dios.

1 JUAN 2:8 (RVA)
Otra vez os escribo un mandamiento nuevo [kainos], que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya está alumbrando.

Aquí Juan parece contradecirse, porque en el versículo 7 dijo que no escribía un mandamiento nuevo (kainos) y ahora dice que les escribe un mandamiento nuevo (kainos). Pero no hay contradicción, Juan comienza diciendo “otra vez os escribo…”, estas palabras indican un cambio entre el versículo 7 y el 8. Lo que Juan escribió hasta el versículo 7 no era “nuevo” (kainos), sino que era lo que ellos ya habían oído de parte de Jesús, sin embargo, por la obra de Dios en Cristo, luego del día de Pentecostés los cristianos tenemos una conexión con Dios y con Cristo que no era posible tener en la época en que Jesús habló a Sus discípulos. Esta nueva relación espiritual que tenemos en Cristo nos permite ser alumbrados con la “luz verdadera” y conocer en más profundidad el amor de Dios. Por lo tanto, el mismo mandamiento que Jesús dio a Sus discípulos cobra un nuevo sentido para nosotros, que tenemos el espíritu santo de Dios, por medio del cual Dios actúa en nuestro interior para darnos a conocer Su voluntad.

1 JUAN 3:23-24 (RVA)
|23| Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros, como él nos ha mandado.
|24| Y el que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y por esto sabemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.

Los discípulos de Jesús no tenían el don de espíritu santo en ellos en el momento en que Jesús les dio Su mandamiento de amarse como Él los había amado. Ellos recibieron espíritu santo tiempo después, en el día de Pentecostés. Hoy en día todo aquél que ha hecho a Jesús su Señor ha recibido el don de espíritu santo y por medio de éste es que sabemos que Dios permanece en nosotros. Por medio de este don Dios actúa en nosotros, escribiendo Su ley en nuestros corazones y haciéndonos entender Su amor de un modo mucho más completo. Los mandamientos de Dios siempre apuntaron hacia el andar en amor, pero ahora esos mandamientos se hacen “nuevos” porque cobrar un más profundo sentido al comprender más profundamente cómo es el amor de Dios y cuál es Su propósito y plan para la humanidad.

1 JUAN 4:7-12 (RVA)
|7| Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
|8| El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
|9| En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él.
|10| En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados.
|11| Amados, ya que Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
|12| Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.

A Dios nadie lo ha visto. Colosenses 1:15 nos dice que Dios es “invisible”, Él es espíritu (Jn. 4:24), así que está más allá del reino de lo físico y material, por lo cual es lógico que no pueda ser visto con ojos físicos. Él quizá pueda manifestarse de forma física si lo quiere, pero sería una imagen creada para nosotros, no Su esencia misma.

Pero también hay que tener en cuenta que en la época en que esto fue escrito la palabra “ver” estaba siempre asociada con “conocer”, por lo tanto, al decir Juan aquí que a Dios nadie le ha “visto”, nos arroja también el sentido de que a Dios nadie le ha conocido, al menos no de forma completa, sólo conocemos una pequeña parte de lo que es Dios, Sus pensamientos, intenciones y planes.

En Juan 5 leemos:

JUAN 5:37-39 (RVA)
|37| Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Pero nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su apariencia,
|38| ni tenéis su palabra permaneciendo en vosotros; porque vosotros no creéis a quien él envió.
|39| Escudriñad las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.

Noten que aquí Jesús dice que Dios dio testimonio de Él. Él luego dice que ellos nunca habían oído la voz de Dios ni visto Su apariencia, ellos no tenían Su Palabra permaneciendo en ellos ni creían a Jesús, que había sido enviado por Dios. Aquí se ve claro que el acto de “ver y oír” a Dios está asociado con conocerlo, estas personas no conocían nada acerca de Dios y por eso Jesús los alienta a escudriñar (indagar, estudiar) las Escrituras, porque ellas daban testimonio de Jesús.

Si bien es cierto que nadie ha “visto” físicamente a Dios, en este contexto no tiene mucho sentido hablar de una apariencia física de Dios. Lo que Juan expresa es el hecho de que nadie conoce en profundidad a Dios, nadie sabe bien cómo es Dios. Dios jamás se ha mostrado completamente en toda Su gloria. Jesús dio a conocer el amor de Dios a través de Su andar y fue quien mejor representó a Dios en la Tierra (Jn. 15:9; 8:28; 10:37-38), por eso dijo que quien lo ha visto ha visto al Padre (Jn. 14:9). Esto significa que quien conoció a Jesús y entendió Su mensaje, también conoció a Dios y el mensaje de Dios, porque Jesús siempre hizo la voluntad de Dios.

Entonces, cuando Juan dice (en 1 Juan 4:12) que “nadie ha visto a Dios jamás”, se está refiriendo específicamente a que nadie conoció en profundidad a Dios, nadie lo ha visto en toda Su gloria y nadie comprende cabalmente Su propósito, Su plan y Sus designios, nadie conoce a Dios en toda Su grandeza.

1 JUAN 4:12-13 (RVA)
|12| Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
|13| En esto sabemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.

Nuevamente se nos dice que el don de espíritu santo que Dios nos ha dado es la confirmación de que Dios permanece en nosotros. Su don de espíritu santo es irrevocable, por lo tanto, Dios siempre permanecerá en nosotros, aún si nos desviamos de Su voluntad. Nada nos puede separar del amor de Dios (Ro. 8:29). Si andamos en pecado puede que no recibamos todos los beneficios de Su amor, pero jamás podremos pecar lo suficiente como para separarnos del amor de Dios ¡Esta es la grandeza de Su amor!

1 Juan 4:14-17 (RVA)
|14| Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo como Salvador del mundo.
|15| El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
|16| Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor. Y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.
|17| En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio: en que como él es, así somos nosotros en este mundo.

Espiritualmente nosotros somos con Él es: perfectos. En nuestra parte humana somos pecadores y esto es irremediable, pero en la parte espiritual que Dios ha creado en nosotros somos perfectos, por lo tanto, en el día del juicio no tendremos condena ¡viviremos para siempre en el reino futuro!

1 JUAN 4:18-19
|18| En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor conlleva castigo, y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.
|19| Nosotros amamos, porque él nos amó primero.

La frase “en el amor no hay temor” puede entenderse de dos formas distintas. La primera forma es la comúnmente enseñada: que quien ama de verdad no tendrá temor al actuar a favor de aquél a quien ama. En realidad, amar mucho a alguien no nos quita el temor, pero sí nos impulsa a enfrentar nuestros temores para poder hacer un bien a esa persona.

La segunda forma de interpretar esta frase es que en el amor DE DIOS no hay temor. En otras palabras, comprender el amor que Dios tiene por nosotros nos va quitando los temores que tenemos de hacer Su voluntad. En la medida en que comprendemos que Su voluntad para nuestras vidas en mucho mejor que nuestra propia voluntad, vamos quitándonos los temores de actuar conforme a Su voluntad. Esta interpretación es apoyada por el contexto.

El versículo 18 nos dice que el temor conlleva castigo, no es que Dios castigue a los temeroso, sino que cuando tememos hacer la voluntad de Dios, solemos paralizarnos, no hacemos lo que Dios quiere, y así actuamos pecaminosamente y obtenemos las consecuencias de esos actos, o nos perdemos las bendiciones que Dios quería darnos, lo cual también puede considerarse como un castigo. Tener menos de lo que podríamos tener es, en sí mismo, un castigo.

Además, el versículo 19 nos resalta de que nuestra capacidad para amar surge del hecho de que Dios nos amó primero. Si Dios no nos amara, nosotros no podríamos amar con la clase de amor que Dios tiene. Por eso, en la medida en que vamos comprendiendo y experimentando más y más el amor de Dios, vamos adquiriendo mayor capacidad de amar como Él ama y nuestros temores a hacer Su voluntad se van disipando.

1 JUAN 5:1-5 (RVA)
|1| Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró ama también al que es nacido de él.
|2| En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.
|3| Pues éste es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos.
|4| Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
|5| ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

En estos versículos Juan dice que el amor hacia Dios requiere que amemos a Sus hijos y que guardemos Sus mandamientos, y Sus mandamientos no son gravosos, todo lo contrario, nos llevan hacia la victoria, cuando los obedecemos por fe.

En el andar en fe está la victoria, por eso es que en la medida que vamos comprendiendo y experimentando el amor de Dios, nuestros temores de hacer Su voluntad se van yendo y vamos obteniendo victoria en las distintas áreas de nuestras vidas. Pero cuando no hacemos Su voluntad, dejándonos vencer por el temor, obtenemos derrota en vez de victoria y nos perdemos de aquellas bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros.

Al hacer una “nueva creación” en Cristo, Dios nos dio todas las armas para luchar contra huestes espirituales de maldad (Efesios 6:10-12), nos dio todo lo necesario para que obtengamos victoria en nuestras vidas, de nosotros depende el aprovechar la gracia de Dios y todo lo que ha hecho por nosotros, eligiendo obedecerle y andar en amor, o hacer a un lado todo, andando en pecado, o buscando establecer una justicia por obras y no por fe que no aprovecha la gracia y don de Dios (Gá. 2:15-16; 3:1-5; Gá. 3:9-12; Ro. 3:19-28, 9:30-32).

Una nueva manifestación de poder

Más allá de todo aquello que hemos visto, la nueva creación de Dios en Cristo también ha hecho disponible al creyente una nueva manifestación de poder: el hablar en lenguas.

HECHOS 2:1-4 (RVA)
|1| Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
|2| Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados.
|3| Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
|4| Todos fueron llenos del Espíritu Santo [debería decir: “llenos de espíritu santo”, sin artículo y mayúsculas] y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu [“el Espíritu” aquí se refiere a “Jesús”] les daba que hablasen.

En el día de Pentecostés, los discípulos que estaban reunidos recibieron por primera vez el don de espíritu santo. En ese mismo momento comenzaron a hablar en otras lenguas. En 1 Corintios 13:1 el apóstol Pablo habla de “lenguas humanas o angelicales”, por lo cual podemos entender que las lenguas del hablar en lenguas no son lenguas neos, nuevas en tiempo, porque ya existían, pero sí son nuevas en calidad (kainos), ya que son una forma de comunicarnos con Dios.

El hablar en lenguas es una manifestación del espíritu santo de Dios que antes no estaba disponible, y es una forma de usar nuestras palabras distinta a la habitual, ya que no sabemos lo que estamos diciendo, pero estamos hablando secretos espirituales con Dios.

1 Corintios 14:2 (RVA)
Porque el que habla en una lengua no habla a los hombres sino a Dios; porque nadie le entiende, pues en espíritu habla misterios.

La palabra “misterios” puede traducirse como “secretos espirituales”. Son cosas secretas en el campo de lo espiritual.

Hay quienes enseñan que el hablar en lenguas es una habilidad para hablar en varios lenguajes extranjeros, o que es una lengua creada en el primer siglo para evangelizar y que ya ha cesado, sin embargo, ningún pasaje de la Escritura nos dice que haya cesado, y por lo que leemos aquí en 1 Corintios 14, no puede referirse a una lengua dada para evangelizar, ya que claramente nos dice que el que habla en lengua no habla a los hombres (seres humanos) sino a Dios. La dirección del hablar en lenguas no es del creyente a otras personas, sino desde el creyente hacia Dios, mientras que para predicar, le hablamos a las personas y no a Dios.

Las palabras “nadie le entiende”, deben traducirse “nadie entiende”, la palabra “le” no está en el texto griego. Esto refuerza la idea de que el hablar en lenguas no puede ser para evangelizar, porque, de ser así, sería una lengua que alguien entiende. La confusión viene porque en Hechos 2 leemos que cada uno que oía hablar en lenguas a los discípulos, los oían en sus propios dialectos y entendían. Pero esto fue un caso especial, un “milagro auditivo”, por medio del cual Dios permitió que cada creyente allí entendiera, aunque los fariseos incrédulos no los estaban entendiendo, por lo cual los acusaron de estar borrachos.

El hablar en lenguas es una manifestación del espíritu santo que no se menciona en el Antiguo Testamento, jamás veremos que algún creyente anterior a Cristo haya hablado en lenguas, esta manifestación es una nueva manifestación para esta nueva era cristiana, esta manifestación es el resultado de los logros de Jesucristo en la Cruz.

HECHOS 2:1-4 (RVA)
|1| Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
|2| Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados.
|3| Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
|4| Todos fueron llenos del Espíritu Santo [debería decir: “llenos de espíritu santo”, sin artículo y mayúsculas] y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu [“el Espíritu” aquí se refiere a “Jesús”] les daba que hablasen.

Jesús es “el Espíritu”, él es quien da las palabras para hablar. Si las palabras las da Cristo, no es posible que esta manifestación sucediera antes de que Él fuera ascendido y conectado espiritualmente con el creyente, por eso los antiguos creyentes no pudieron hablar en lenguas. Pero ahora, por la conexión que tenemos con Cristo ¡Él puede darnos estas palabras espirituales!

1 CORINTIOS 14:4 (RVA)
El que habla en una lengua se edifica a sí mismo, mientras que el que profetiza edifica a la iglesia.

Como podemos ver, el que habla en lenguas se edifica a sí mismo. Así que, queda claro que el hablar en lenguas no es una manifestación que tenga como propósito evangelizar, sino que Dios la ha dado para que podamos edificarnos espiritualmente a través de hablar secretos espirituales con Dios.

1 CORINTIOS 14:14-15 (RVA)
|14| Porque si yo oro en una lengua, mi espíritu ora; pero mi entendimiento queda sin fruto.
|15| ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento. Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

Aquí Pablo nos dice que al orar en lenguas lo que ora es el espíritu, o sea, es una oración que se produce a nivel espiritual, pero nuestro entendimiento humano, nuestra capacidad de razonamiento, queda sin fruto, porque no podemos entender y razonar sobre lo que estamos hablando. Estos versículos también nos instruyen a cantar en lenguas y nos da a entender que el hablar en lenguas no reemplaza a la oración con el entendimiento, ambos tipos de oración son necesarias.

Si bien en algunos casos Dios ha dado un “impulso” a las personas para hablar en lenguas (como en el día de Pentecostés), normalmente esta manifestación debe ser iniciada por el cristiano por fe en la instrucción de las Escrituras y en respuesta al deseo de Dios de que hablemos en lenguas. La Biblia nos dice que Dios jamás da piedra por pan (Mateo 7:9), así que, si estamos buscando a Dios y creyendo en Cristo, no hay que tener miedo, sino orar a Dios y comenzar a hablar en lenguas.

También debo advertir que he visto (y oído) cristianos que creen estar hablando en lenguas y sólo hacen zumbidos, balbuceos o repiten una sílaba una y otra vez como si fueran tartamudos. Esto no es hablar en lenguas, ya que el hablar en lenguas conforma un lenguaje desarrollado y no es un simple “bla bla”. A veces este lenguaje comienza con unas pocas palabras, y suena raro al oído, porque es un lenguaje que no conocemos y que jamás hemos hablado, pero al hablar podemos reconocerlo como un lenguaje y no como balbuceo o un ruido sin sentido.

Si están deseando hablar en lenguas, oren a Dios por ayuda e inspiración y ¡comiencen a hablar! Al comprender cuán bendito es este nuevo lenguaje el deseo de utilizarlo será tan grande que lo difícil será mantenerse callados. El más grande freno para hablar en lenguas suele ser el miedo, especialmente el miedo a estar haciendo algo contrario a Dios. Pero como he dicho, Dios no da piedra a quien le pide pan, y no se va a enojar si nos equivocamos queriendo hacer Su voluntad. No olviden que el amor echa fuera al temor, por lo tanto, busquen comprender más y más el amor de Dios para ir venciendo el temor al error y animarse a comenzar a hablar en lenguas. La confianza en el amor del Padre nos debe alentar a buscar el hablar en lenguas, sabiendo que Dios podrá bendecirnos y edificarnos de un modo especial a través de esta manifestación y de que podremos también agradecerlo y alabarlo de un modo superior y más completo.

Si quieren investigar más sobre el hablar en lenguas, les recomiendo también ver la serie sobre hablar en lenguas de John Schoenheit, que he subtitulado y subido a mi canal: “Hablar en lenguas”

Conclusión

Como hemos visto, por medio del sacrifico de Cristo, Dios ha hecho una nueva creación en el mundo espiritual y una nueva creación en nosotros. En el mundo espiritual él ha establecido un nuevo orden de autoridades que obedecen a la voluntad del Señor Jesucristo. Entre nosotros, él ha establecido un nuevo pacto por medio del cual somos hijos de Dios y ciudadanos de Su reino, no por las obras que hagamos, sino por Su gracia y amor derramados en nosotros cuando creímos en Cristo como Señor. Como “nueva creación”, somos miembros de un Cuerpo en el cual Cristo es la Cabeza, estamos unidos a Él para siempre y somos hijos de Dios perpetuamente.

El nuevo pacto con Dios nos pone en una posición muy superior a los antiguos creyentes, porque ahora Dios puede escribir Su ley, Su voluntad y Sus mandamientos en nuestros corazones, en nuestro interior, y desde dentro nuestro puede obrar en nosotros, haciéndonos conocer Su amor. Siendo una nueva creación en Cristo, también tenemos la responsabilidad de seguir Su nuevo mandamiento, que es conducirnos con la misma clase de amor con la que Cristo se conduce, que es el amor que Dios mismo ha operado desde siempre sobre toda la humanidad.

Además de esto, Dios nos ha provisto de todo un equipo espiritual con la cual podemos batallar contra las huestes espirituales de maldad y una nueva manifestación de espíritu con la cual podemos edificarnos a nosotros mismos, por medio de hablar secretos espirituales con Dios. Este equipo espiritual nos ha sido dado para poder manifestar el amor y poder de Dios en el mundo y anunciar Su salvación a la humanidad. ¡Qué bendición sería si cada uno de nosotros, de todo corazón, pudiéramos repetir lo dicho por el apóstol Pablo es estos versículos!

2 CORINTIOS 5:14-17 (RVC)
|14| El amor de Cristo nos lleva a actuar así, al pensar que si uno murió por todos, entonces todos murieron;
|15| y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
|16| Así que, de aquí en adelante, nosotros ya no conocemos a nadie desde el punto de vista humano; y aun si a Cristo lo conocimos desde el punto de vista humano, ya no lo conocemos así.
|17| De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo!

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia

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